A la memoria de Gustavo Groba
Detenido – desaparecido por la dictadura
militar el 3 de Junio de 1977
Este trabajo sobre trasformaciones en la estructura social introducidas por la última dictadura de cuyo comienzo se cumplen el lunes 49 años trata de observar una faceta relativamente invisibilizada de las transformaciones que se inician con el golpe militar del 24 de marzo de 1976 : El desembarco a sangre y fuego del neoliberalismo económico y el inicio del ciclo de inequidad distributiva, concentración del ingreso y empobrecimiento argentino para la construcción de un país socialmente desintegrado. En esta perspectiva la última dictadura fue el bautismo de fuego hacia el modelo peruano que reivindica el actual gobierno nacional.
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Como señalara Eduardo Basualdo: “En Marzo de 1976, la dictadura militar modificó el régimen social interrumpiendo la industrialización basada en la sustitución de importaciones que en ese momento se encontraba en los albores de su consolidación .El nuevo régimen estuvo en consonancia con el orden neoliberal que acabó con la economía mundial surgida de la posguerra y se sustentó en la valorización financiera, cuyo predominio en el país se prolongó hasta el año 2001” (1)
Este post se propone analizar la estructura social metropolitana y sus transformaciones desde el año 1974 hasta el año 1980, en base a la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. Se trata de observar el impacto que sobre la morfología social argentina tuvieron las decisiones de política económica que, centrada en la valorización financiera del capital, fue impuesta por la dictadura militar el 24 de marzo del año 1976.
El análisis se circunscribe a la región metropolitana porque es la única que posee memoria estadística oficial desde mediados de los años setenta, pero por el peso de esta región donde reside el 36% de la población y se realiza más del 50% del ingreso nacional, resulta representativo de lo ocurrido en todo el país. Analizando específicamente las transformaciones acontecidas en la estructura social nacional entre los años 1974 y 1980, el gráfico N1º1 muestra la estructura social correspondiente a la zona metropolitana, representativa del conjunto nacional para Octubre de 1974, desagregado los diversos sectores sociales en orden a sus ingresos por hogar.
Como se observa, la estructura social configurada en el mes de Octubre del año 1974 en las postrimerías del modelo industrial sustitutivo inaugurado en su segunda fase en la segunda mitad del siglo pasado, y según los datos de aquella Encuesta Permanente de Hogares, mostraba características de muy bajos niveles de pobreza e indigencia que apenas impactaban sobre el 4 % y el 2% de la población respectivamente.
Por otra parte se constituía un muy amplio sector de clase media plena y media alta equivalente en conjunto al 78% de la población metropolitana total que, a pesos actuales, residía en hogares con ingresos comprendidos entre los $2.200.00 y $11.000.000 mensuales
El 16% de la población residía en hogares que superaban la línea de pobreza aunque no la duplicaban, por lo cual se ubicaba en el segmento medio bajo en riesgo de empobrecimiento, con ingresos por hogar que van desde los $1.100.000 hasta los $2.000.000 mensuales en su equivalente monetario actual.
Cabe acotar por último que la totalidad de los segmentos indigentes, pobres y medios bajos en riesgo inminente de pobreza, agregaban además en el año 1974, pobreza estructural o de Necesidades Básicas Insatisfechas, en particular por la insatisfacción de las condiciones de hábitat (casa con paredes y piso de material apta para vivienda) y saneamiento (ausencia de baño o retrete con descarga de agua al interior de la vivienda).
La brecha de ingresos entre el 10% más pobre y más rico superaba apenas las 12 veces, el coeficiente GINI era muy bajo, 36,42, en tanto el desempleo abierto apenas alcanzaba al 2,8% y el trabajo informal al 17,2%
En el gráfico Nº2 se observa la transformación impresa a la estructura social metropolitana por las prácticas económicas neoliberales impulsadas al calor de la última dictadura militar , ya en la madurez del proceso de cambio estructural, mediante la información de la Encuesta Permanente de Hogares de la región metropolitana realizada en Octubre de 1980 por el INDEC.
La desarticulación del régimen industrial sustitutivo y su reemplazo por el de valorización financiera por parte de la última dictadura militar supuso en sus orígenes quintuplicar y triplicar los niveles de pobreza e indigencia hasta alcanzar el 20% y el 4,3% respectivamente, al tiempo que desmoronó a los estratos medios altos y medios plenos que, si en el año 1974 representaban el 78% de la población, en el año 1980 apenas expresaban el 38% de los residentes en la región metropolitana.
En sentido contrario, la clase media baja, en riesgo de empobrecimiento, creció complementariamente 130% en apenas un lustro, pasando de representar el 16% al 37% de la población metropolitana, mostrando el derrotero de empobrecimiento de las franjas medias plenas y medias altas durante la dictadura que en un 52% descendieron al estamento medio bajo. Retomando el análisis de la estructura social metropolitana del año 1980 y como modalidad específica del colosal proceso de transformación social con vértice en la desarticulación de la clase media que indujo la última dictadura militar, considérese que mientras la brecha de ingresos polar ente el 10% más rico y más pobre de los perceptores de ingresos se mantuvo constante el desmoronamiento de los sectores medios plenos y altos se patentiza en el enorme crecimiento del coeficiente GINI en dirección a mayor desigualdad.
El GINI pasa de 0,3642 a 0,4134 en tan sólo cinco años, producto fundamental del nivel inflacionario superior al 87% anual promedio, sin correcciones salariales por clausura de toda actividad sindical como medida de disciplinamiento ampliada a todos los trabajadores que estaban efectivamente sindicalizados, puesto que el trabajo informal alcanzaba al 15,8%, sin modificaciones sustantivas respecto a la etapa anterior e incluso con leve descenso.
En este contexto de brecha estable, un crecimiento del 13% en el coeficiente GINI en sólo cinco años, señala claramente la enorme magnitud de la concentración de ingresos con correlato en el empobrecimiento acelerado y profundo de los sectores medios.
Complementariamente, la participación de los asalariados en la distribución del ingreso se redujo de 48,5% en 1975 a 30,4% en 1977. (2)
El mecanismo de deterioro social masivo resultó el proceso inflacionario que registró en promedio entre los años 1976 y 1980 un 181% acumulado anual con un mínimo de 87,6% y un máximo de 347,5%. La sistematicidad y profundidad de la inflación se constituyó rápidamente en el dispositivo central de empobrecimiento de vastos sectores comunitarios, asalariados, empleados, profesionales bajo relación de dependencia, en un contexto político de clausura sindical, disolución de la CGT, intervención de los sindicatos, clausura de las actividades gremiales y la eliminación del derecho de huelga en el que no existían, entre tantas otras cosas, discusiones salariales a punto que como señala Adolfo Canitrot, el salario real cayó entre 1974 y 1983 un 18%.
En rigor, queda claro con datos de Encuesta Permanente de Hogares que desde el punto de vista socioeconómico, la dictadura militar inició el ciclo de empobrecimiento masivo de sectores medios vía congelamiento de salarios viabilizado por la clausura absoluta de toda actividad sindical , combinada con altos niveles de inflación, por lo que se puede afirmar que la dictadura militar de mediados de los años setenta, a la par de practicar el terrorismo estatal con sus secuelas de desapariciones, exilios, represión y muertes; puso fin al perfil socioeconómico tradicional de país integrado con amplios segmentos de ingresos medios en su composición social que distinguieron a la Argentina del resto de los países latinoamericanos, desde mediados del siglo XX .
Es responsable principal del tipo de país socialmente desintegrado, empobrecido y asimétrico que se consolidó con la recuperación democrática y cuyos rasgos fundamentales, en particular el nivel de empobrecimiento, perduran.
Así las cosas, ya no solo los ensayos teóricos y análisis particulares de la etapa, sino los datos empíricos oficiales suministrados por la Encuesta Permanente de Hogares del año 1980, prueba la centralidad de la última dictadura en las transformaciones socioeconómicas de los últimos treinta años en particular la declinación de los segmentos de ingresos medios y muestra de manera inequívoca el tipo de formato estatal terrorista que requirió originalmente la implantación y desarrollo del modelo neoliberal que dominó las últimas tres décadas de nuestro país.
i bien es indudable el carácter de “revancha clasista” dado por diversos autores al formato de estado terrorista expresado en la clausura de toda actividad gremial y la persecución a sangre y fuego de las organizaciones de trabajadores junto al secuestro y muerte de miles de dirigentes gremiales, es conceptualmente sólo parte de la verdad suponer que los efectos de esta política afectaron con mayor intensidad a los sectores populares en general y a los trabajadores en particular ubicados en 1974 en los segmentos medios plenos y bajos dominantemente.
Esta situación de deterioro de las condiciones materiales de existencia de los trabajadores existió sin duda pero, el análisis de las modificaciones en la estructura social mostró que el sector de mayor transferencia de ingresos hacia la cúpula de la pirámide social fue el sector medio en general y en particular el medio alto, compuesto a mediados de los años setenta por pequeños y medianos comerciantes e industriales, profesionales independientes y un segmento minoritario de los trabajadores industriales mejor pagos, que de representar el 38% de la estructura social metropolitana en 1974, se angostó a sólo al 10% en 1980, en pleno desarrollo de las prácticas económicas de la dictadura.
Paradojas de los procesos históricos, este sector medio alto, mayoritariamente urbano, con altos niveles educativos y bien informado que resultó el de mayor deterioro socioeconómico durante el proceso dictatorial, fue el que inicialmente y por un largo tiempo ofertó los mayores niveles de legitimidad social a la dictadura, cuyo pensamiento como sector social , más allá de la edad de sus integrantes, en líneas generales aún asigna legitimidad al golpe de estado del año 1976 y en particular a la vieja "madre de todas las batallas" del plan de la última dictadura anunciada con claridad por Alfredo Martínez de Hoz en el video de apertura donde La Libertad y La Eliminación organizan su narrativa que hoy, 49 años después, regresa como “novedad”.
Final: Actualidad de la dictadura
El modelo de país fragmentado y empobrecido con alta concentración del ingreso implantado por la última dictadura perduró recuperada la democracia.
Con la sola excepción del lapso comprendido entre los años 2003 y 2015, los niveles de pobreza e inequidad distributiva continuaron empeorando hasta culminar en el actual gobierno que no solo reivindica las políticas económicas de la dictadura sino, en muchos casos sus prácticas terroristas.
Por citar solo algunos indicadores relevantes, en el gobierno que encarna Javier Milei, la concentración del ingreso medida por GINI es la peor de los últimos 17 años, como lo hiciera la dictadura.
Por otra parte, por la caída de los salarios, la participación de los trabajadores en relación con el valor de la producción de las empresas cayó del 45% al 43,4% entre el segundo trimestre de 2023 y el mismo trimestre de 2024, de acuerdo a la “Cuenta Generación del Ingreso e insumo de mano de obra” que informó el INDEC y seguirá su curso descendente a medida que se informen nuevos datos, como en la dictadura.
Para tener una dimensión del deterioro en la participación de los trabajadores, @mattosernesto -Director Instituto de Estudios para el Desarrollo Productivo y la Innovación #idepi #unpaz #UNAJ #UBA muestra la evolución de la distribución del ingreso:
Con Cristina Kirchner los trabajadores participaban con el 54,2%, Con Mauricio Macri bajan al 48%, Alberto Fernández la deja en 47% (3er trimestre de 2023), y con Javier Gerardo Milei ya cae al 43,4% (2do trimestre de 2024, último dato).
Igualmente el consumo doméstico manifiesta caídas consecutivas récord, como sucedió en la dictadura.
La capacidad instalada en la industria es 7 puntos menos que en el año 2023, mostrando un proceso de creciente desindustrialización, como en la dictadura.
Y finalmente los aparatos represivos capaces de sostener estas políticas de exclusión escalan cada día contra trabajadores públicos, privados, y muy particularmente jubilados que son el punto de apalancamiento del ajuste y víctimas de la represión creciente del gobierno, como vimos, un heredero cabal de la última dictadura.
Nota
1 - Basualdo Eduardo, Página 12, Suplemento Cash, 19 /03/06.
2- Eduardo Basualdo, Juan Santarcángelo y otros: El Banco de la Nación Argentina y la dictadura. El impacto de las transformaciones económicas y financieras en la política crediticia, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2016.