Un día después de haber asegurado que el viernes todos los gobernadores serían convocados a la Casa Rosada, el ministro del Interior, Guillermo Francos -experto en materia de desdecirse-, explicó que los mandatarios se reunirán por grupos, por cuestiones de "agenda" de algunos de ellos. Durante la jornada repartida en Expoagro y apariciones en medios, gobernadores de peso como el cordobés Martín Llaryora y el santafesino Maximiliano Pullaro mostraron reparos a los términos de la convocatoria al "Pacto de Mayo", por el que deberían aprobar previamente la ley Bases a libro cerrado, como si todo eso no se hubiera discutido ya en enero. Por el lado del gobernador bonaerense Axel Kicillof anticiparon que si lo invitan a la Casa Rosada para discutir propuestas, allí estará. El encuentro previo que mantendrán hoy los ministros de Economía provinciales en Hacienda servirá para aclarar el panorama.
"No es la idea hacer una reunión con todos los gobernadores en conjunto porque sé que hay algunos que están fuera del país. Hay otros que no están y hay otros que no quieren venir por lo que he escuchado, con lo cual seguramente haré dos reuniones con los gobernadores que quieran participar entre el viernes y el lunes o martes", volvió sobre sus pasos Francos. El martes se había mostrado alrededor de una mesa sin papeles con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro de Economía, Luis Caputo, "para organizar el encuentro de este viernes al que se convoca a todos los gobernadores". Decir un día una cosa y otra al otro ya es una práctica habitual en Francos.
Es cierto, los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de San Juan, Marcelo Orrego, están en un congreso de minería en Canadá. Más allá de estas dos ausencias, los demás estaban dispuestos a asistir siempre y cuando haya margen para discutir propuestas. Ahí radica el problema: el Gobierno no quiere una discusión abierta y por eso convocará de a grupos. Francos adelantó que la idea del Ejecutivo para ayudar a las cuentas provinciales será volver a implementar el impuesto a las Ganancias a los trabajadores, algo que los gobernadores ya descartaron en su momento. Ellos contraproponían que se coparticiparan otros tributos como el impuesto PAIS o el impuesto al Cheque.
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Da toda la sensación que Milei cree que luego de hacer una demostración de fuerza cortando fondos para las provincias para transporte, docentes, universidades y obra pública, ahora los gobernadores estarán dispuestos a votarle lo que semanas atrás rechazaron. "Si van a presentar lo mismo, ¿por qué los legisladores van a votar distinto? Van a tener que hacer algunas modificaciones", expresó el cordobés Llaryora respecto a la ley Bases que la Casa Rosada quiere que se vote como primer paso hacia el Pacto de Mayo. El gobernador compartió escenario con Francos y colegas como Pullaro y el entrerriano Rogelio Frigerio en Expoagro. Expresó su rechazo a la reimplantación de Ganancias e imaginó que había que buscar por el lado de los altos ingresos porque ya demasiado golpeados estaban los salarios para sumarles una poda.
Pullaro, por su lado, anticipó su rechazo a la suba de retenciones tanto al campo como la industria y adelantó que sumaría sus propios reclamos a una eventual mesa de diálogo. "A nosotros el Gobierno nos debe 600 mil millones de pesos. Hay provincias que hemos puesto mucho para sostener el federalismo, para sostener el Gobierno Nacional", recalcó el santafesino. En tanto, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien días atrás promovió el reclamo por los recortes de subsidios, rechazó los términos que se planteaba el acuerdo: "alivio fiscal contra aprobar una ley". "Lo que se plantea es una reparación del federalismo", recalcó.
Es decir, con distintos argumentos Llaryora (peronismo cordobés), Pullaro (radicalismo) y Torres (PRO), adelantaron que no estaban dispuestos a aprobar a libro cerrado la propuesta del Gobierno, más allá de que consideraron valiosa la propuesta de firmar un pacto el 25 de Mayo en Córdoba. A ellos, obviamente, hay que agregar a los gobernadores de Unión por la Patria que tampoco piensan aprobar nada sin discutir previamente.
Luego del contundente mensaje de apertura de las sesiones ordinarias del lunes, en el entorno del gobernador bonaerense Axel Kicillof aclaraban que estaba dispuesto a concurrir a la Casa Rosada a discutir proyectos. "Nuestro pacto es con el pueblo, con la Patria y con la Provincia y nunca lo vamos a traicionar", subrayó Axel en su discurso en La Plata. "Arranquen nomás si no llegamos", fue la irónica frase del gobernador que tuvo amplia repercusión. La percepción en el peronismo fue que luego del mensaje el gobernador bonaerense quedó posicionado como el líder de la oposición a Milei, con un discurso diametralmente diferente.
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, directamente adelantó que no tenía pensado participar del encuentro del viernes porque no sabía cuál era el temario a discutir y, según ya había adelantado el Gobierno, no estaba previsto que se incorporaran temas a conversar. Quintela aseguró que había 12 mandatarios provinciales que se oponían al acuerdo pero que todavía no todos se animaban a expresarlo públicamente. También el pampeano Sergio Ziliotto evaluó "imposible" un acuerdo con el Gobierno si antes no se respetaba la Constitución Nacional. "Los acuerdos devienen del consenso, no de la imposición", destacó.
Previo a esta discusión del Pacto de Mayo, el Ministerio de Economía había convocado a todos los ministros del país a un encuentro este miércoles para discutir posibles alivios a las situaciones provinciales. Nadie tenía claro si el encuentro estará encabezado por Caputo o delegará la responsabilidad en su secertario de Hacienda, Carlos Guberman, que fue quien envió las invitaciones. Es probable que Caputo evalúe su participación en función del éxito de la convocatoria y del clima en el que se desarrolle. Lo que sí es seguro que luego del encuentro, hoy por la noche, Caputo partirá a República Dominicana, así que no formará parte de los contactos con los gobernadores.
Todo indica que el ahogo a las economías provinciales no dio el resultado que Milei esperaba. "Los voy a dejar sin plata, los voy a fundir a todos", fue la frase que trascendió de una reunión de gabinete posterior al rechazo a la ley Omnibus. A juzgar por la decisión de suspender la cumbre y transformarla en encuentros más chicos, la reacción no fue la imaginada.