La semana en el Congreso le está resultando al Gobierno todo lo poco propicia que se pronosticaba y aún más. Luego de la derrota sufrida el martes cuando Martín Lousteau fue elegido para presidir la Comisión de Inteligencia y el miércoles con una mayoría abrumadora de Diputados votando por la derogación del decreto que le otorgó una suma millonaria de fondos reservados a la SIDE, este jueves el Senado tendría los votos para aprobar la nueva movilidad jubilatoria que tan nervioso puso a Javier Milei cuando se le dio media sanción en la Cámara baja. De yapa, anoche se discutía la posibilidad de que se alcanzaran los dos tercios para terminar de finiquitar el DNU de los espías, que se convertiría así en el primer decreto en la historia en ser rechazado por el Congreso. Todo esto sucede en medio de una interna oficialista que arde.
En una semana tan convulsionada, la sesión especial está convocada a las 10 para discutir la dieta de los senadores, que tuvieron un nuevo aumento dado que están enganchados a la paritaria del personal legislativo. El incremento generó la habitual indignación en cadena del presidente Milei, sus trolls y los medios paraoficialistas, por lo que la vicepresidenta Victoria Villarruel -presionada- anunció la convocatoria para que los senadores discutan sobre sus salarios "de frente y en forma pública". Una manera elegante de deesentenderse de lo que ella misma avaló en su momento, pero hoy el horno no está para bollos, con una interna desatada que la tiene entre los apuntados.
Hay proyectos presentados que directamente derogan el aumento de las dietas -uno es del cordobés Luis Juez-, pero el mayor interés está centrado en el que elaboró el jefe del interbloque de Unión por la Patria, José Mayans, que equipara el sueldo de los legisladores con equivalentes en los otros tres poderes del Estado y les pone un límite. De esa forma, es que lo quieren la mayoría de los senadores, dejará de generarse un escándalo que cada vez que haya un aumento. O, en todo caso, el costo no lo pagarán únicamente los senadores, como viene ocurriendo. "Es una traición al pueblo argentino", encabezó un largo tuit Milei, siempre en su costumbre de ganarse amigos en un Congreso que ahora parece dispuesto a ponerle límites y votarle en contra
Esto podrá comprobarse inmediatamente después que se discutan las dietas, de acuerdo a la agenda que planteó Villarruel. Se tratará el proyecto de movilidad jubilatoria que tiene media sanción de Diputados desde inicios de junio, cuando Milei llamó "degenerados fiscales" a los legisladores y aseguró que lo vetaría en caso de ser aprobado. El Senado postergó todo lo que pudo el tratamiento, pero las negociaciones no habrían resultado fructíferas. El Ejecutivo sólo acepta que las jubilaciones se actualicen mensualmente mediante el índice del Indec y únicamente reconoce el porcentaje de inflación de enero que nunca les pagaron a los jubilados. El resto de los artículos del proyecto no los admite. Entre ellos están el reconocimiento a 13 provincias de la deuda con las cajas previsionales y una actualización anual extra para todas las jubilaciones que se calcularía en base al índice Ripte, que mide los salarios privados.
Junto a Unión por la Patria y las fuerzas provinciales también votaría el radicalismo, que parece haber perdido el miedo a confrontar con el oficialismo. El acuerdo tejido para que el senador y presidente de la UCR, Martín Lousteau, encabece la Comisión Bicameral de Inteligencia puede haber abierto una puerta para otros consensos entre los principales bloques. Si efectivamente el radicalismo vota completo la movilidad jubilatoria, es posible que lleguen a los dos tercios necesarios para esquivar un veto presidencial. Si las cámaras consiguen ese porcentaje, la ley queda ratificada por más que el Presidente aplique el veto.
Los funcionarios que pasaron por el debate en comisión alertaron sobre un panorama complicado para el equilibrio de las cuentas fiscales en caso de que los senadores aprueben la ley. Pero la estrategia del miedo y de las presiones a través de las redes sociales ya no parecen hacer el mismo efecto con una gestión que comienza a ver erosionada su popularidad. En esa línea, si se juntaban los dos tercios, entonces quedarían en condiciones de tratar también la derogación del DNU 256/2024 que incrementó en 100 mil millones de pesos los gastos reservados de la SIDE. La votación del miércoles en Diputados por 156 votos contra apenas 52 que lo defendieron dio una muestra del grado de rechazo que se generó por esta medida, en un contexto en que el Ejecutivo le responde a todos que "no hay plata".
En la votación confluyeron diputados de la UCR, el PRO y fuerzas provinciales. Si se repite la conjunción en el Senado, significará otro duro traspié para el Gobierno en una semana negra en el Parlamento, que además profundizó diferencias dentro del propio oficialismo y también con sus principales aliados. La situación de la Casa Rosada, recibiendo un golpe político tras otro y sin poder mostrar mejoras en la situación ecoómica, se complica paso a paso.