Argentina está ocupando la presidencia pro tempore del Mercosur, pero los vínculos con los países de la región siguen de mal en peor. Luego de recibir un nuevo agravio de parte de un funcionario argentino -en este caso del ministro de Economía, Luis Caputo-, el presidente de Chile, Gabriel Boric, dedicó el último tramo de un discurso de este jueves a responderle con altura a su par Javier Milei. "No me voy a referir con adjetivos e insultos hacia el presidente de Argentina como él está acostumbrado a hacerlo", advirtió. Le explicó que "los presidentes pasamos, pero las instituciones y los pueblos quedan" y detalló, en el estilo que suele hacerlo el gobernador bonaerense Axel Kicillof, las medidas que había tomado en su gestión para defender la educación y la salud públicas, por una mayor igualdad social y con respeto por quien piensa distinto. Conceptos "comunistas", al decir de la ultraderecha que hoy se pavonea en la Casa Rosada, que sigue con la costumbre de agredir gratuitamente a otros gobiernos en pos de la "batalla cultural" que quiere librar.
"Le quiero decir al presidente Javier Milei que para mí y para todos nuestros compatriotas Argentina es un país hermano", dijo Boric. En otros tiempos una gran obviedad, pero hoy un dato a reivindicar dada la prédica de agresión constante de parte de Milei y sus seguidores. El último episodio ocurrió el martes, cuando en una entrevista Caputo consideró a Boric como "un comunista que está por hundir" a los chilenos, asegurando que la derecha en el país trasandino había "descuidado la batalla cultural". Caputo, habitualmente moderado en sus expresiones públicas, comenzó desde hace unas semanas a experimentar con el lenguaje violento de los trolls libertarios. Ya lo había hecho en las redes en un cruce con Cristina Kirchner y esta vez lo reiteró con Boric. Curiosamente, en un discurso de días atrás se había expresado casi en los mismos términos sobre Chile, como si se lo hubiera aprendido de memoria.
La agresión absolutamente gratuita de un funcionario argentino de primer nivel motivó una carta formal de protesta que el secretario de Política Exterior chileno, Rodrigo Olsen, entregó al embajador en Santiago, el ex canciller Jorge Faurie. "Somos un país pequeño, pero un país que no se deja arrasar por nadie", explicó la ministra del Interior, Carolina Tohá. el motivo de la protesta. Por supuesto, desde la ulraderecha chilena aprovecharon para sumarse a los argumentos de Caputo. “Las fuerzas políticas que durante años representaron a la derecha en Chile descuidaron durante mucho tiempo la batalla cultural y así fue como terminamos con un gobierno marxista", apuntó el ex candidato presidencial José Antonio Kast, quien supo compartir actos con Milei.
El presidente argentino intervino a su manera, comentando posteos a través de la red X. El ideólogo Agustín Laje escribió un tuit justificando el calificativo de comunista a Boric y le apuntó al periodista Ernesto Tenembaum, que había salido a criticar a Caputo. "Poniendo zurdos en su lugar", lo avaló el Presidente. Vale recordar que por los próximos seis meses, Milei ocupará la presidencia pro témpore del Mercosur, donde Chile mantiene el estatus de estado asociado. Desde se cargo, Milei debería trabajar durante este semestre para unificar criterios entre los países, no para generar diferencias.
A esta altura, seguro que nada sorprende a Boric respecto al trato por parte del presidente argentino. El chileno participó el año pasado de la asunción de Milei en señal de buena voluntad "más allá de las diferencias que pueda tener". En agosto pasado, Milei viajó a Chile para un encuentro empresarial y sólo a último momento pidió una reunión con Boric. Ante lo que consideró una falta de respeto, el presidente chileno adujo "problemas de agenda" para no recibirlo. El último round se produjo en noviembre durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro. Allí, Milei realizó sus habituales críticas al rol del Estado y Boric recogió el guante. No sólo defendió la acción del Estado sino que sostuvo que el modelo neoliberal sólo había producido pobreza en su país. El colombiano Gustavo Petro fue otro de los que respondió, lo que dejó a Milei y Caputo enojados. Se notó en este retruque tardío.
Interrumpido varias veces con aplausos, Boric dedicó este jueves un tramo de su discurso a la polémica y retomó la idea de la importancia del Estado. "Aquí hemos optado por fortalecer la salud pública, lo han visto recién en el hospital que estamos pronto a inaugurar. Hemos optado por fortalecer la educación pública, no destruirla. Estamos invirtiendo más y valorando mucho la cultura y las ciencias. Tenemos un compromiso con seguir reduciendo la pobreza e imponernos estándares más exigentes para avanzar contra ese flagelo", enumeró. Se reinvindicó progresista y de izquierda, pero que aceptaba todos los pensamientos "porque soy el presidente de todos los chilenos, comprometidos en disminuir la desigualdad". Todo lo contrario de lo que se alardea hoy en la Argentina.