La causa que investiga las fotocopias de los cuadernos del chofer Oscar Centeno cumple dos años. Se trata de uno de los más claros ejemplos del lawfare en Argentina, con ribetes cinematográficos que van desde la desaparición de las pruebas hasta su reaparición oportuna, poco antes de las elecciones que Mauricio Macri perdió contra Alberto Fernández en octubre de 2019.
La historia, como muchos recordarán, comenzó con un artículo del periodista Diego Cabot en La Nación. Alguien, no se sabe quién, entregó una bolsa con la supuesta documentación para dar el puntapié inicial a la novela. Un cuento que comenzó con fotocopias porque el propio Centeno declaró haber quemado los originales. Una quema que no dejó ningún rastro físico de esos cuadernillos Gloria ya que él mismo, según dijo, se encargó de eliminar hasta el último resabio.
Quienes conocen a Centeno aseguran que él jamás podría haber pensado ni llevado a cabo una operación de semejante dimensión. Estuvo internado en un psiquiátrico, acusado de homicidio, por tirarle una granada a su superior militar y lanzó una insólita alarma por un sangrado que se produjo él mismo al bañarse.
La denuncia de las fotocopias llevó a que el chofer terminara bajo el Programa de Protección de Testigos e Imputados. Un espacio que el macrismo utilizó para comprar testimonios y armar causas con un sistema de premios y castigos, como reveló El Destape el año pasado. Centeno estuvo alojado en una "casa segura" de El Bolsón y dejó al descubierto el desmanejo PRO respecto a los cuidados de supuestas personas clave por sus testimonios. Allí, el testigo protegido se sacó una foto con una especie de tótem, muy feliz en medio de la nieve. La imagen comenzó a circular, dejando en evidencia el desmanejo del Programa durante el macrismo.
Pero, mágicamente, los cuadernos reaparecieron el 23 de octubre del año pasado, en época de elecciones. En ese momento, el diario La Nación justificó que "la aparición de los cuadernos originales cuatro días antes de los comicios, de manos anónimas, podría tener un efecto electoral", publicaron como línea editorial. Y añadieron: "Pero el periodismo está expuesto a esta contradicción: por un lado, saber que puede ser utilizado para un fin particular, pero al mismo tiempo tener una responsabilidad frente a su audiencia de dar a conocer información de interés, previo aporte a la Justicia".