En el marco de la pata financiera del D’Alessiogate, el juez Alejo Ramos Padilla dictó el procesamiento y la prisión preventiva del financista ítalo-argentino Aldo Sánchez. Se trata de una persona vinculada a la banda de Marcelo D’Alessio. Fue detenido en Panamá e indagado el 8 de enero pasado. El magistrado lo considera parte de una asociación ilícita dedicada a lavar dinero. Sin ir más lejos, una de las operaciones que se investigan se llama “Operación Sánchez” y hace referencia al movimiento de 500 millones de euros. A pedido del juez intervienen la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Dirección General de Asesoramiento Financiero y Económico en las Investigaciones (DAFI) de la Procuración General de la Nación.
De acuerdo a la resolución de 98 páginas que firmó este lunes, Ramos Padilla procesó a Sánchez “por encontrarlo prima facie penalmente responsable del delito de asociación ilícita dedicada a efectuar de forma organizada, con división de roles específicos y de manera continuada en el tiempo, transferencias financieras internacionales a sabiendas del origen ilícito de los fondos y con la finalidad de simular dicho origen ilícito, dar apariencia de licitud a los mismos y ponerlos en circulación en el mercado; ello en carácter de miembro”.
El juez federal de Dolores también ordenó “el congelamiento de activos de todas las cuentas bancarias, depósitos en efectivo presentes y futuros (cuentas corrientes, cajas de ahorro, plazos fijos, etc.), fondos comunes de inversión, valores y títulos financieros y bursátiles en pesos y/o moneda extranjera y bienes registrales correspondientes al nombrado”. A su vez, dispuso su inhibición general de bienes.
El magistrado recordó que “investiga en estos actuados una organización criminal paraestatal que utilizó diversas herramientas del espionaje ilegal con fines políticos, económicos y judiciales, y que actuó en varias jurisdicciones del país y en el exterior, para beneficio de sí misma, de sus integrantes y de diversos organismos estatales y funcionarios públicos”. “Se trata de una organización extensa, de tipo modular, que modificó su composición y despliegue de acuerdo a los distintos tipos de operaciones a desarrollar”, ilustró.
Uno de esos módulos estaba “dedicado a la realización de maniobras delictivas financieras trasnacionales por montos varias veces millonarios en moneda extranjera (euros y dólares)”. Participaron de este módulo el recientemente procesado Sánchez, D’Alessio, Ricardo Bogoliuk, Pablo Bloise y Marcelo González Carthy de Gorriti. Todos integran lo que los investigadores denominan “la pata argentina” de esta asociación ilícita dedicada supuestamente al lavado de dinero. Según surge de la pesquisa también intervinieron en las maniobras españoles, turcos, mexicanos, dominicanos y ceilandeses, entre otros.
MÁS INFO
La reconstrucción que hicieron los investigadores surgió principalmente de las conversaciones y documentos que se observan en el chat grupal “BUENOS AIRES”, que se creó el 20 de marzo de 2018 y se extrajo del celular Iphone Xplus de D’Alessio.
En aquel chat grupal participaban todos los mencionados salvo Aldo Sánchez, al que no obstante se hacía “constante referencia en las conversaciones” como en los documentos que se circulaban. Sánchez aparecía como sender, “surgiendo que era quien tenía vínculo directo y personal con González Carthy de Gorriti y con aquellos que necesitaban colocar dinero de origen ilícito en el sistema bancario formal”.
“En ese grupo, se observa la deliberada vinculación entre sus miembros con la finalidad específica de armar esquemas financieros en miras a lograr la colocación de fondos de origen ilícito en cuentas offshore, con expresas referencias a que se trataría de maniobras que buscarían darles apariencia de realidad”, señaló Ramos Padilla.
“Concretamente, las actividades del grupo se centraban en relacionar a los actores intervinientes en estas operaciones, con trato directo con ellos en diversas oportunidades —tales como el caso de Sánchez—, y materializar de ese modo transferencias monetarias de cientos de millones de euros entre distintos países, con procedimientos que dificultasen tanto la trazabilidad de los verdaderos emisores y receptores de los fondos, como conocer su verdadero origen y, al mismo tiempo, para intentar darle sustento legal a la tenencia del dinero al introducirlo al circuito bancario”, añadió. El grupo se llevaba una comisión por esta tarea, que cobraban “a través de Paymasters, esto es, empresas que gestionan cobros en nombre de terceras personas cuya identidad no se expresa en la documentación de las operaciones”. De acuerdo a la pesquisa, todos cobrarían del mismo paymaster, la empresa Goldmax Development Limited, una firma que surge vinculada al caso de los Panamá Papers.
Los investigadores aún no lograron establecer quiénes estaban detrás de estos movimientos. “En ningún momento de los intercambios se nombra a las verdaderas partes involucradas, con excepción de aquellos con los que mantienen trato directo para precisar los detalles de la transferencia —tal el caso de Sánchez—. Tal es así que en diversas oportunidades refieren haberse reunido ‘con tres personas’ o ‘con la persona que referencié en nuestra comida del sábado’ o manifiestan ‘las razones que no las puedo expresar por acá’”, indicó Ramos Padilla.
En este contexto, un dato no pasa desapercibido: el organizador del grupo de chat era Bogoliuk, un policía retirado, ex agente de la AFI macrista, procesado en el D’Alessiogate pero también en el caso de las bases AMBA por espionaje ilegal, ya que fue el jefe de la base de Ezeiza que la exSIDE desplegó junto a otras 8 dependencias en Buenos Aires durante la gestión de Arribas y Majdalani. Lo que abre un interrogante: ¿El dinero que se circulaba puede tener relación con el submundo del espionaje? La pregunta que se hacen los investigadores aún no tiene respuesta.
La mecánica y el rol de Sánchez
De acuerdo a la reconstrucción que hicieron los investigadores, “se observa a una parte o grupo que busca colocar dinero dentro del sistema financiero con la finalidad de simular su origen, darles apariencia de licitud y ponerlos en circulación —la parte que mantiene contacto con Carthy de Gorriti y entre quienes podemos identificar a Aldo Sánchez— y, por el otro, otra que presta el nombre y la estructura formal empresarial de su entidad para figurar en los contratos como receptora de los fondos, a través de una ingeniería financiera coordinada por los miembros del grupo Buenos Aires y, principalmente, por Pablo Bloise”.
A través de esa ingeniería se produce un retorno del dinero a quien lo coloca “bajo figuras de empresas pantalla (shell companies), valiéndose para ello de numerosos contactos y operaciones bancarias en distintas partes del mundo; ello, claro está, a cambio de una comisión porcentual para los miembros del grupo que ultiman los detalles y para el 'receiver' que ofrece su nombre y estructura empresarial —de entre el 21% y el 27% del dinero colocado-”.
En lo que hace al rol de Sánchez, oriundo de Totoras, Santa Fe, “se observa un contacto directo con las personas que buscan colocar el dinero en el sistema bancario —para blanquearlo— y poder disponer libremente de él en cualquier parte del mundo. Incluso, es Sánchez quien figura en los contratos como parte sender”, señaló Ramos Padilla.
MÁS INFO
La “Operación Sánchez” y el informe de la UIF
Esta operación, que se retrotrae a marzo de 2018, menciona la participación de bancos ubicados en Turquía y Estados Unidos. Según la reconstrucción que hizo el juzgado, el dinero ilegal se intenta enviar por la misma persona que en última instancia recibiría la plata ya “blanqueada” en los EE.UU: Aldo Sánchez, dueño de la firma Aldo Eduardo Sánchez Buldings & Entertainement, radicada en Italia, según dijo en su indagatoria.
“Se trataría de la primera operación que la organización delictiva intentó llevar adelante e implicaba un monto millonario de dinero en moneda extranjera. En ese sentido, las partes refieren que la transferencia sería de 500 millones de euros, cifra que las personas que tenían contacto con Carthy de Gorriti necesitaban colocar en el sistema bancario”, afirmó Ramos Padilla. Incluso, “en algunos documentos se explicita la suma de 2.500 millones de euros como límite máximo del negocio”, agregó el juez.
MÁS INFO
En el caso de la operación Sánchez, la estructura es facilitada por Eglain Villanueva, a quien Bloise describe como “un hombre difícil de ubicar. Es dueño de empresas de petróleo, de logística, de varios barcos petroleros y también de hoteles”. Villanueva realizaría las negociaciones en nombre del Eksi Group, una empresa turca dedicada a la obra pública y a la construcción de viviendas de lujo, tanto en Turquía como en Nigeria.
Es que la parte receptora de la operación “está conformada por el Eksi Group, ubicado en Turquía y representado por Ahmet Cakmak, con la intermediación de la entidad bancaria Is Bankasi (Turquía) y el oficial bancario Aziz Ozben”, precisó el juez.
Según informó la UIF en esta pesquisa, “se ha confirmado la existencia de la cuenta de Ahmet Cakmak en la entidad Is Bankasi de Turquía —banco receptor de las transferencias madre tanto en la operación Sánchez como en la de Menes Ortega-”. Para Ramos Padilla, “estas novedosas confirmaciones no hacen más que corroborar la hipótesis de investigación que se ha venido desarrollando en esta causa respecto de las transferencias financieras detalladas”.
De acuerdo a la documentación recabada, el dinero colocado se distribuiría en un 75% para la firma HS Global Company Limited, un 21% para el Eksi Group y un 4% para Gold Max Development Limited.
HS Global Company Limited es una empresa “que posee una cuenta bancaria en el Union Bank de California, Estados Unidos, justamente, a nombre de Aldo Sánchez. Esto demuestra que, en realidad, un 75% del dinero que transfiere Aldo Sánchez regresa a él mismo en forma de depósito bancario en los Estados Unidos”, señaló el juez. “Según el reciente informe de la UIF antes citado, esta empresa pertenece a Michael THIEL, alemán residente de los Estados Unidos y se trataría de una empresa alertada en aquel país por numerosos casos de fraude”, añadió Ramos Padilla.
Por ejemplo, un caso de fraude fue reportado por el MUFG Union Bank por operaciones por un total de USD 1.892.720,47 realizadas entre el 15 de noviembre de 2017 y el 20 de abril de 2018, “período que incluiría la operación ‘Sánchez’ iniciada el 26 de marzo de 2018”, indicó el magistrado. Además, el MUFG Union Bank incluye a Aldo Sánchez entre las operaciones reportadas. “El alerta del banco surge a partir de que se trataría de operaciones que involucraban las jurisdicciones de Panamá, México y Colombia y que habrían involucrado moneda virtual”.
Del mismo trabajo de la UIF también surge que desde el MUFG Union Bank se realizaron transferencias a Aldo Sánchez a entidades bancarias de México y Uruguay. Y que Thiel aparece reportado por otra operación, en el banco US BANK NATIONAL ASSOCIATION, en el período que abarca del 25 de marzo de 2019 al 28 de octubre de 2019 “por un monto de USD 4.666.895,10 ‘con apariencia de lavado de activos y fraude con cheques’”.
El entrecruzamiento que surge de esta investigación involucra a personajes de distintas nacionalidades radicados en países de lo más diversos, empresas pantallas, bancos internacionales, personas acusadas de fraude y espías ilegales como D’Alessio o Bogoliuk. Ni Netflix llegó a tanto.