DeepSeek, ó la “búsqueda profunda” de China en la carrera tecnológica y digital del siglo XXI

06 de abril, 2025 | 19.55
DeepSeek, ó la “búsqueda profunda” de China en la carrera tecnológica y digital del siglo XXI DeepSeek, ó la “búsqueda profunda” de China en la carrera tecnológica y digital del siglo XXI

El reciente lanzamiento de DeepSeek (“búsqueda profunda”, en inglés) ha sacudido el escenario mundial de despliegue intensivo y extensivo del sector tecnológico que acaparó la mirada (y las finanzas) de los últimos dos años: la Inteligencia Artificial.

Desarrollada por High-Flyer Capital Management, esta innovación tecnológica china ha generado un impacto considerable, tanto en el ámbito económico como en el geopolítico, situando a China en una posición disruptiva frente a Estados Unidos en la carrera por “ganar el siglo XXI”, que llevaba la delantera en el desarrollo de modelos de IA de acceso masivo.

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DeepSeek, un modelo IA de código abierto, ha superado a sus principales competidores occidentales en varios aspectos técnicos, incluyendo eficiencia energética, capacidad de procesamiento y costos de operación. A diferencia de modelos previos como GPT-4 de OpenAI o LLaMA-3 de Facebook-Meta, DeepSeek utiliza una arquitectura basada en el 'modelo de experto', lo que le permite activar modos específicos para tareas concretas, optimizando así su desempeño y reduciendo la carga computacional.

Esta capacidad ha permitido que empresas tecnológicas chinas como Huawei y Alibaba anuncien rápidamente su adopción para mejorar sus procesos productivos. No obstante, el éxito de DeepSeek no es solo el resultado de un avance puntual, sino el reflejo de una estrategia integrada del despliegue económico chino para disputar la hegemonía tecnológica en el marco del denominado Enfrentamiento del G2.

El factor distintivo del lanzamiento de ésta IA tiene que ver con haber hecho público el modo de entrenamiento del modelo. DeepSeek no es el primer modelo de IA de código abierto en el mercado. Sin ir más lejos, muchos de los modelos LlaMa (cuyo dueño es Meta) han sido de código abierto. Pero el paper de lanzamiento de la versión de DeepSeek anunciada a principios de este año incluyó, como novedad, la publicación de los modos de entrenamiento del modelo, basados en resultados destilados de otros modelos más grandes (principalmente Qwen, de Alibaba, y Llama, de Meta).

Es decir, la disrupción generada por este lanzamiento no sólo tuvo que ver con la posibilidad de entrenar un modelo superior a otros en muchos aspectos, y con una infraestructura digital (hardware) mucho menos costosa, con mayor eficiencia energética, entre otras virtudes, sino que además fue entrenado de una manera cualitativamente distinta a los modelos que logró superar.

Las peculiaridades técnicas y económicas de ésta IA china construyeron una parte relevante del contundente, preciso y planificado golpe sobre el sector de la IA del modelo tecnológico angloamericano, posicionando a China en una disputa de claro contenido estratégico.

Sin ir más lejos, su lanzamiento se realizó pocos días después de otro evento de gran relevancia geopolítica mundial: el anuncio de apoyo de Donald Trump al Stargate Project, el mega plan de OpenAI, Oracle y SoftBank que contempla una inversión en EEUU de 500.000 millones de dólares en cuatro años.

Lejos de ser un desarrollo aislado, DeepSeek representa la convergencia de esfuerzos financieros, tecnológicos y estatales chinos, en una clásica dinámica económica de desarrollo desigual y combinado, donde el gigante asiático intenta, todavía corriendo desde atrás, consolidar sus capacidades tecnológicas y productivas para ganar el siglo XXI.

Liang Wenfeng: El estratega detrás de DeepSeek

El CEO de High-Flyer, Liang Wenfeng, es una figura clave en este proceso de desarrollo tecnológico con implicancias económicas y geopolíticas para toda China.

Proveniente de una experiencia previa en automatización financiera, Wenfeng comenzó sus primeros experimentos con IA en un pequeño apartamento en Chengdu. La evolución de su proyecto fue meteórica, respaldada por financiamiento público y privado, y con un claro apoyo del gobierno chino, en una dinámica que nos recuerda -y mucho- la dinámica de despegue empresarial de la única empresa tecnológica china que no tiene penetración accionaria de capitales angloamericanos: Huawei.

El pasado 20 de enero, Liang Wenfeng sostuvo una reunión con el primer ministro chino, Li Qiang, lo que sugiere un respaldo estratégico del más alto nivel que se puede tener en Beijing, que pretende liderar la industria de la IA antes de 2030.

Otra muestra del respaldo fue la reunión del pasado 17 de febrero entre Xi Jinping y líderes empresariales del sector privado, en la que participó Wenfeng junto a otras figuras destacadas del ámbito tecnológico, como Jack Ma, el relanzado fundador de Alibaba, que otrora supo tener cortocircuitos con Zhongnanhai, la oficina presidencial china.

El respaldo estatal se hace evidente con la construcción de los centros de supercomputación que sostienen DeepSeek, permitiendo su  desarrollo como un modelo a gran escala, en un contexto de restricciones tecnológicas impuestas por EEUU y todo Occidente.

Sin embargo, no se puede desconocer que Wenfeng también ha mostrado una enorme capacidad de crear vínculos sólidos con actores financieros e industriales privados del gigante asiático. Su empresa, High-Flyer, ha logrado posicionarse como uno de los principales fondos de cobertura que utiliza IA en sus estrategias de inversión, manejando activos por más de 8.000 millones de dólares.

El impacto económico y político de DeepSeek

El impacto económico no se hizo esperar: las acciones de Nvidia y Broadcom, desarrolladores y fabricantes de semiconductores y chips, sufrieron caídas históricas tras el lanzamiento de DeepSeek. La incertidumbre sobre el futuro de la demanda de chips avanzados afectó enormemente su valoración en el mercado, lo que sugiere que, aunque el modelo chino no ha superado por completo a sus contrapartes occidentales, ha generado una disrupción lo suficientemente significativa como para cuestionar el dominio tecnológico estadounidense.

En síntesis, aunque la carrera tecnológica continúa siendo favorable para la Aristocracia Financiera y Tecnológica angloamericana, la brecha se ha acortado. Sin embargo, Estados Unidos aún mantiene el control sobre el eslabón crítico: China sigue estando lejos de contar con las capacidades necesarias para fabricar, en cantidad y calidad, los chips y semiconductores que la tecnología IA requiere. En ese sentido, se sabe que parte importante de la infraestructura crítica de DeepSeek fue provista por Nvidia.

Esa situación exige realizar análisis con cautela, evitando tanto la sobreestimación como la subestimación de las implicancias geopolíticas de DeepSeek. Su irrupción ha suscitado comentarios de diversos actores económicos y políticos, que oscilan entre el escepticismo y el reconocimiento de un competidor serio. En este contexto, las reacciones en los Estados Unidos reflejan la percepción de que China ha dejado de ser un simple seguidor en el ámbito tecnológico, para convertirse en un competidor directo con capacidad de innovación propia. Quizás detrás de este hecho se pueda comprender cómo los aranceles impuestos por Trump a las importaciones hacia Estados Unidos golpean, antes que a nadie, a China.

Sam Altman, CEO de OpenAI, declaró que el avance de DeepSeek es “estimulante”, ya que representa la llegada de un nuevo competidor en el ámbito de la inteligencia artificial avanzada. Por su parte, Donald Trump, en un tono más desafiante, aseguró que el desarrollo chino no representa una amenaza real para la supremacía tecnológica estadounidense, aunque admitió que es una llamada de atención para el sector.

Más allá de DeepSeek, lo que está en juego es el modelo de desarrollo tecnológico del siglo XXI. China no sólo busca imponer su desarrollo de IA en el mercado mundial, sino consolidar una red de actores financieros, tecnológicos y políticos que disputen la hegemonía de Occidente en el ámbito digital. Así, el avance de DeepSeek podría ser un hecho que refleja una transición más profunda, donde China emerge con una estrategia tecnológica integral para disputar el futuro de la economía mundial. De hecho, no sólo se trata de DeepSeek: recientemente el diario globalista Financial Times describió como Jack Ma y Alibaba estaban desplegando una agresiva estrategia de desarrollo de la IA.

Reflexiones finales: ¿Es realmente una victoria china?

A pesar del avance de DeepSeek, no todo es un triunfo rotundo. El desarrollo desigual y combinado de la tecnología muestra que, si bien China ha logrado un hito significativo, aún depende de los semiconductores avanzados de Nvidia, producidos en Estados Unidos y bajo control del gran capital de origen angloamericano.

Esta situación resalta la paradoja estructural del desarrollo capitalista chino: mientras intenta consolidar su propia soberanía digital, sigue teniendo niveles de dependencia con la arquitectura económica y tecnológica mundial, dominada por la aristocracia financiera y tecnológica del gran capital de origen angloamericano.

Por ello, aunque el lanzamiento de DeepSeek es un paso importante en la estrategia de China por liderar la tecnología del siglo XXI, el camino hacia el dominio aún enfrenta desafíos y nudos estructurales. Estados Unidos, por su parte, debe asumir que sus políticas tecnológicas deben desarrollarse en un contexto en el que los competidores ya no son simples imitadores, sino innovadores capaces de redefinir el rumbo de la economía digital mundial, algo que, por cierto, no se resuelve con la mera imposición de aranceles.

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Paula Giménez

Psicóloga, magister en Seguridad de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).