19 de agosto, 2020 | 07.38

Espionaje ilegal: se cierra el círculo en torno a Mauricio Macri

Los fiscales pidieron las indagatorias de funcionarios muy cercanos al expresidente. Los roles que se les adjudican y los mensajes que podrían involucrar a Macri en operaciones ilegales.

Cada vez se cierra más el círculo en torno al expresidente Mauricio Macri en la causa en que se investiga el espionaje ilegal que se realizó contra dirigentes de todo tipo bajo su gobierno. Este martes, los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide pidieron al juez del caso, Juan Pablo Augé, que cite a prestar declaración indagatoria al secretario privado de Macri, Darío Nieto. Sostuvieron su pedido en el análisis de su celular y en el de personas que intercambiaron mensajes con él. Hay notas borradas que pudieron ser recuperadas y se reconstruyeron diálogos. 

Los fiscales también requirieron que se convoque a indagatoria a los jefes de la AFI, Gustavo Arribas –íntimo amigo de Macri- y Silvia Majdalani, quienes ya fueron procesados por una parte del espionaje a CFK que tramita en otro expediente. A su vez, Incardona y Eyherabide solicitaron que se vuelva a indagar a otras 21 personas entre los que figuran agentes de inteligencia y Susana Martinengo, quien estuvo a cargo de la oficina de Documentación Presidencial en la Casa Rosada durante el macrismo.

En el dictamen de 195 páginas, los fiscales –que tienen delegada la investigación- desarrollaron los roles de los imputados y citaron decenas de chats de la banda de espías. Hay mensajes de agentes que podrían comprometer a Macri en operaciones ilegales.

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Desde el inicio, el dictamen de los fiscales hace foco en el rol del Poder Ejecutivo nacional en todo este entramado de espionaje ilegal: “Consideramos que los nombrados conformaron una organización criminal construida desde el propio aparato del Estado Central, en especial desde el Poder Ejecutivo Nacional y una de sus dependencias directas, la Agencia Federal de Inteligencia”. Es difícil pensar que la AFI, que estuvo a cargo de un íntimo amigo del expresidente, actuó por la libre.

"Los nombrados conformaron una organización criminal construida desde el propio aparato del Estado Central"

“Si bien dentro de la estructura de la AFI la dirección de esta empresa ilegal provenía principalmente de Gustavo Arribas y de Silvia Majdalani, también se encuentra probado que los agentes tenían una línea de vinculación con otros funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional, específicamente funcionarios dependientes de Presidencia de la Nación, con los que compartían parte del flujo de información producto de estos espionajes. Tal es el caso de Susana Martinengo, quien no sólo se reunía con Leandro Araque y el “Turco” Sáez en la casa de Gobierno; sino que tenía contacto asiduo con ellos e intercambiaba información que luego utilizaban para sus aspiraciones políticas y a su vez transmitida a un superior, en este caso, al Secretario del Presidente de la Nación, Darío Nieto”, escribieron los fiscales.

El rol de Nieto y Martinengo

“Susana querida! No quería dejar de escribirte y agradecerte x estos años. Una grosa total!! Muchas gracias x todo”, le escribió Nieto a Martinengo el 10 de diciembre pasado, como mensaje de despedida. Aquel día asumía la presidencia Alberto Fernández. Martinengo agradeció el elogio. El diálogo se halló en el celular que le secuestraron a la mujer con despacho en la Casa Rosada. Para los fiscales, la conversación “muestra el vínculo estrecho que poseían los nombrados, contrariamente a lo afirmado por Martinengo en su descargo”.

Es que cada vez queda más claro el vínculo entre el hombre de confianza de Macri y Martinengo. Según se desprende del dictamen, Darío Nieto era el jefe de Martinengo y recibió de su parte al menos dos informes de la banda de espías: uno referido a la comunidad Mapuche y otro “a las manifestaciones vinculadas con el proyecto de ley de movilidad jubilatoria convirtiéndose así en un canal subsidiario de la transmisión de la información producida en violación a la ley de inteligencia por los imputados Saez y Araque, principalmente”. Jorge Sáez y Leandro Araque eran dos espías de la AFI macrista.

Por su parte, a Martinengo se le achaca “haber recibido de los agentes Sáez y Araque un informe relativo a la comunidad Mapuche; un informe sobre los escraches sufridos por el entonces Presidente de la Nación y haber solicitado los informes sobre las manifestaciones en el Congreso de la Nación. Todo ello conociendo la calidad de agentes de AFI de Sáez y Araque y el modo en el que obtenían la información en infracción a la ley 25.520. Además haber utilizado los servicios de los agentes para sus propios intereses y los de su núcleo cercano de personas”. Es decir, hizo usufructo de las actividades ilegales de inteligencia. 

El material que pasó por las manos de Martinengo y Nieto era de interés para las altas cumbres del gobierno nacional de aquel entonces, de acuerdo a la investigación. El informe sobre la Comunidad Mapuche “le interesa al 1”, sostuvo por ejemplo Martinengo. Y respecto al trabajo sobre la situación social en torno al tratamiento de la Ley de Movilidad Jubilatoria, aseguró que le llegó a Macri. Todo indica que la correa de transmisión de la información fue Nieto. “Si tenés un informe que no los comprometa a ustedes pasamelo que yo se lo paso a Nieto, al Secretario Privado, como hice la vez anterior”, le dijo Martinengo a los espías tal como se desprende del caudal probatorio que nutre el expediente.

Un punto clave del dictamen es que para los fiscales “se ha probado, a pesar de que la nombrada lo ha negado en su indagatoria, que los informes remitidos por Saez y Araque los envió a Darío Nieto. No sólo así lo afirmó en múltiples oportunidades Martinengo en las conversaciones reseñadas, sino que además del celular de Nieto, en particular de su bloc de notas, se desprende que el nombrado conocía especialmente el entramado ilícito que aquí se investiga, y por supuesto a Susana Martinengo”.

Este punto es importante ya que una vez que estalló el vínculo de la banda de espías con Martinengo el macrismo salió a desmarcarse de ella. Pero en el aparto telefónico de Nieto se lograron recuperar una serie de notas que fueron borradas y arrojan luz sobre los vínculos.

El 25 de junio pasado, a las 14.16, Darío Nieto envió un mensaje de Whatsapp a una funcionaria preguntándole cómo se llama el abogado de Martinengo. “Casualmente ese día, a la hora indicada, Nieto estaba presenciando el allanamiento a uno de sus domicilios. Surge de dicha acta también que el nombrado accionaba su celular encerrado en su automóvil, negándose a descender. Según los datos extraídos de su celular, durante ese momento Nieto realizó varios llamados telefónicos a su abogado”. “Posiblemente aprovechó ese momento para borrar información que pudiera incriminarlo en la causa, de la cual ya conocía la existencia, conforme las notas mencionadas más arriba”, añadieron los fiscales. 

“Por otra parte, es dable hacer notar que en el celular secuestrado a Darío Nieto no se hallaron conversaciones de chat de relevancia, destacándose que tanto la conversación de chat en la aplicación Whatsapp con Martinengo fue vaciada el 14 de junio de este año, como así también la conversación con Silvia Majdalani”.

Otra novedad de la pesquisa es que Nieto habría tenido un teléfono oficial que “no fue hallado en los diferentes procedimientos”.

Arribas y Majdalani

Según se desprende del intercambio de mensajes entre los espías, la mayoría de las operaciones ilegales de la banda eran ordenadas por Silvia Majdalani, a quien llamaban “la 8”, que es como se conoce al Nº 2 de la AFI. También aparecen referencias al "señor 5", es decir, a Gustavo Arribas, tal como se desprende del espionaje al dirigente gastronómico Luis Barrionuevo.

“Alan Ruíz era quien impartía las órdenes al grupo y también el destinatario de los informes, que se realizaban a pedido de Silvia Majdalani, quien a la vez reportaba funcionalmente a Gustavo Arribas, también mencionado por los agentes”, indicaron los fiscales. 

En lo que hace al espionaje a CFK, sostuvieron que “indudablemente, esas tareas de inteligencia obedecían a órdenes de los máximos referentes de la Agencia, pues llevar a cabo un despliegue de semejante alcance y sistematicidad descarta de plano la posibilidad de que agentes de bajo nivel en la estructura jerárquica de la AFI haya actuado por cuenta propia”.

En esa línea, destacaron que “los seguimientos y ordenes de reunión de distinta información respecto de Cristina Fernández de Kirchner provenían directamente de Silivia Majdalani, quien a su vez también les proporcionaba información”. 

Los fiscales hicieron una descripción de los legajos de las diversas víctimas que tiene la causa (entre los que se encuentran Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli, Nicolás Massot, Hugo y Pablo Moyano, Graciela Camaño). Y afirmaron: “El propósito de estos espionajes ilegales se centraba en determinar los movimientos de las víctimas con el objetivo de establecer cuáles eran sus estrategias, tendencias e inclinaciones políticas en aquel momento y para ello era fundamental individualizar a las personas que frecuentaban y con quiénes se reunían”.

Incardona y Eyherabide remarcaron que “un examen global de las maniobras ilícitas desarrolladas permite concluir que la estructura delictiva era fundamentalmente vertical y se valía de roles supeditados a distintas jerarquías”. La pregunta es cuál es el punto más alto de la cadena de mando. 

 “Le interesa al 1”

El 28 de noviembre de 2017 Araque se encontró con Martinengo en la Casa Rosada. Según la reconstrucción de los investigadores, el espía le remitió a Martinengo un archivo denominado “Mapuches y petroleras 27-11-17.docx”. Menos de dos horas después, Martinengo le expresó por audio al espía: “Lea, volveme a pasar el informe, que le interesa al 1, y lo borré. Dale. Pasamelo que lo está esperando”. Inmediatamente Araque se lo reenvía. Se trata de un informe de cinco páginas titulado “Vínculos entre comunidades mapuches e YPF para desvío de fondos del estado”. 

“Es pedido del 1”

Tal como surge del legajo del espionaje a Martin “Doctrina” Irurzun, presidente de la Cámara Federal porteña, Alan Ruiz le pidió a su tropa que hagan una operación: “Dividanse q es pedido del 1”, aseguró el jefe operativo de los Super Mario Bros. Para los fiscales no hay duda: la frase de Ruiz hace “referencia a Mauricio Macri”.   

El exagente de la AFI, Emiliano Matta, aseguró que “cuando Alan Ruiz decía es un pedido del uno, me acuerdo patente fue frente al Hospital Fernández, se juntan con un hombre que era Secretario del Presidente de la Nación, se juntan con Rodríguez Pepin”. “El uno era el Presidente de la Nación”, resaltó.

El espía de la agencia y amigo de Arribas, Martin Terra, también “refirió que cuando se hace referencia al ‘uno’, se está hablando del expresidente de la Nación Mauricio Macri”.

“Es pedido del hombre”

El nombre de Macri sobrevuelva otros casos de espiados como el de su cuñado, Salvatore Pica, pareja de su hermana Florencia. Ruiz envió un mensaje a la banda donde resalta la importancia del operativo (ilegal): “Escúcheme fíjense de darle prioridad a esto que te pase a ver si tenemos que tirar información rápida, porque es el eeee viste es pedido del hombre viste… así que… denle prioridad a eso eeee…  cualquier cosa habla con la gente ahí viste le metemos un recargo algo viste pero dediquémonos a full a esto ahora.”

En su descargo en sede judicial, el agente Matta relató: “No era un empresario con problemas de lavado de dinero (como les habían dicho) sino que era el cuñado del expresidente de la Nación Mauricio Macri. Ruiz vino al departamento de la calle Pilar y delante de Sáez nos dijo que había que trabajarlo el tema y entregar lo que pedían, ya que lo había solicitado Di Pasquale de lavado de activos, porque lo pide Silvia y que no se discutía”. Fernando Di Pasquale era Director de Análisis y fue uno de los altos jerarcas de la AFI que “visitó” al juez Luis Carzoglio, quien denunció que lo apretaron para detener a los Moyano. Silvia es Majdalani.

Otra coincidencia que cruza los intereses del entonces presidente con el de los objetivos de los agentes de la exSIDE es el del periodista de La Nación, Hugo Alconada Mon, a quien espiaron en 2018. “Justamente para ese tiempo se dedicaba a realizar investigaciones periodísticas que podían dar cuenta de la participación en actos de corrupción llevados adelante por el Presidente de la Nación Mauricio Macri (caso “aportantes truchos”) y por Gustavo Arribas (Caso Odebrecht)”, resaltaron los fiscales. ¿Pura coincidencia?