Envío de armas a Bolivia: surgen nuevos datos del operativo macrista

Continúan declarando los gendarmes que viajaron con las municiones que el gobierno de Mauricio Macri envió a los golpistas en noviembre de 2019. Se suman pruebas que comprometen a la plana mayor de la administración cambiemita. Los detalles del operativo.

25 de mayo, 2022 | 00.05

A medida que avanza la investigación judicial se conocen más detalles de cómo fue el operativo por el cual el gobierno de Mauricio Macri envió municiones a Bolivia en noviembre de 2019 para apoyar el golpe de Estado contra Evo Morales. En el marco de la causa por contrabando agravado que tramita en el fuero Penal Económico, donde está imputado el expresidente y altos exfuncionarios de su administración, están declarando los gendarmes del Escuadrón Alacrán que viajaron con las armas. Sus testimonios complican a los dirigentes políticos investigados.

El 10 de mayo pasado declaró el gendarme Juan Carlos Zarza, Suboficial Mayor de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) e integrante del Escuadrón Alacrán que viajó a Bolivia el 12 de noviembre de 2019 para custodiar la embajada argentina en pleno derrocamiento de Morales. Al día siguiente, el 11 de mayo, fue el turno de Carlos Bogado, también Suboficial Mayor e integrante del grupo de intervención de los alacranes que fue trasladado a La Paz para proteger la sede diplomática. El primer grupo del Escuadrón Alacrán que estuvo en Bolivia fue el que viajó en el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina junto a las municiones, que se enviaron “camufladas” en ese vuelo.

Estos dos gendarmes, que se suman a otros cuatro que ya prestaron declaración testimonial, dieron cuenta de cómo fue el traslado de las municiones de la sede de la Gendarmería al Aeropuerto de El Palomar y de cómo fueron cargadas y descargadas en Bolivia.

En esta causa en la que están declarando los gendarmes están imputados el expresidente Macri, la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, el exjefe de Gabinete Marcos Peña, el exministro de Defensa Oscar Aguad, el excanciller Jorge Faurie, el exSecretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, el exembajador en Bolivia Normando Álvarez García e integrantes de la Gendarmería, como el exjefe de la fuerza, Gerardo Otero. Es una causa de alto impacto político. En Bolivia, a la par, se investiga el tráfico ilegal de armas y ya fueron imputados quienes eran los jefes de la Fuerza Aérea y de la Policía local al momento de los hechos, Jorge Terceros Lara y Yuri Calderón, respectivamente. Se trata de las dos fuerzas que recibieron el armamento.

La carga: desde la Gendarmería a El Palomar

Zarza relató ante el juez Alejandro Catania que el 12 de noviembre de 2019 el escuadrón partió rumbo al Aeropuerto de El Palomar “en dos IVECO Daily, dos furgones”. Cada integrante de GNA “llevaba su arma primaria y secundaria, que consistía en fusil y pistola, chaleco y casco”. El punto clave de su declaración es cuando la Justicia le preguntó si además de lo que relató “trasladó algo más” y Zarza respondió que “sí”. “En un vehículo íbamos nosotros, las personas. En el otro iban cajas blancas, que ocupaban casi toda la camioneta y los bolsos nuestros, las mochilas y baúles que llevábamos con nuestro equipamiento”, precisó. Y contó que él cargó las cajas en esa otra camioneta. Si bien el gendarme no lo dice, está comprobado que en esas cajas estaban las municiones que la gendarmería, que estaba bajo la órbita de Patricia Bullrcih, envió de forma irregular a los golpistas que derrocaron a Evo Morales.

¿Cómo fue el traslado de las armas? Salieron de la GNA. Los propios alacranes las cargaron en los vehículos que partieron hacia el Aeropuerto: “Intervinimos los que estábamos asignados a esa misión. Algunos cargaban los bolsos, otros ayudaban a hacer lugar porque no había mucho lugar”, dijo Zarza. La Justicia quiso conocer detalles sobre quiénes estaban presentes. Zarza respondió: “Todos los que componíamos la misión. El Segundo Comandante Hidalgo, yo y mis compañeros. Estábamos todos. El Principal Dardo Coceres; Sargento Ayudante Duarte, Sargento Ayudante Brito, Sargento Villalba, el Sargento Primero Gomez Roberto, todos los que componíamos la misión. ” No había personal ajeno a la Agrupación Alacrán. Los gendarmes Brito, Villalba y Gomez ya prestaron testimonio en sede judicial, tal como publicó El Destape. Hidalgo, por su parte, era el jefe de la misión y por ende el que deba las ordenes.

Al llegar al Aeropuerto de El Palomar, los mismos gendarmes descargaron su equipaje y las cajas con las municiones. Las dejaron “en un depósito”. Zarza relató que “el personal de Fuerza Aérea nos dijo que saliéramos afuera porque no era correcto que estuviésemos ahí”. Entonces, las armas pasaron a manos de la Fuerza Aérea, que comandaba el avión Hércules C-130 que voló rumbo a Bolivia con el Grupo Alacrán y las armas para los golpistas. “No nos dejaron tocarlas. Eso se trasladó en un Clark, un tractor, no sé cómo se llama” hasta la aeronave, señaló el gendarme. ¿Qué pasó con esas cajas blancas luego? “Estaban en un palet arriba del avión. En el Hércules”, indicó el alacrán Zarza.

El gendarme Bogado dio cuenta de las demoras que se produjeron en el aeropuerto de El Palomar. Es que los alacranes llegaron “a las 5 de la tarde y el vuelo salió a las 12 de la noche”. Estuvieron 7 horas esperando para embarcar. Esta demora podría relacionarse con la forma en que se resolvió enviar el armamento para los golpistas. Es que el mismo día en que partía el vuelo, de apuro, el gendarme imputado Rubén Yavorski elevó una nota en la que autorizó el cargamento que viajaría de contrabando en el Hércules C-130, es decir, las 70.000 balas antitumulto, gases y granadas. Ese material no fue contemplado en el primer pedido de autorización que había realizado Yavorski para despachar en el vuelo. En ese primer documento había detallado el armamento que los Alacranes llevarían consigo, que fue aprobado por la ANMaC para ser transportado.

Consultado por la Justicia, el agente Bogado indicó que hubo un control aduanero respecto a su equipamiento: “Había gente que hizo el control, un hombre y una mujer, vestían camisa celeste y el pantalón creo que era azul”, describió. También aseguró que en el avión que embarcó había “4 o 5 personas” de la Fuerza Aérea.

La descarga en La Paz, Bolivia

El Hércules C-130 aterrizó en el aeropuerto de La Paz en la madrugada del 13 de noviembre. Los gendarmes descendieron del avión y se dirigieron a realizar trámites que se cree fueron migratorios: “Nosotros bajamos, bajamos nuestras cosas, el grupo Alacrán, y nos hicieron pasar en una oficinita chiquita que nos hicieron completar un papel amarillo, una especie de Migraciones”, señaló Zarza. Es decir que bajaron sus “bolsos y baúles”.

Luego de pasar por Migraciones “había un minibús y dos camionetas”, esperándolos. “Una parte subió al minibús, previo a cargar los equipos a la camioneta, y nos dirigimos a la residencia del Embajador”, indicó el gendarme. ¿Qué pasó con las cajas blancas? Zarza no logró verlo. En su declaración, al igual que Bogado, corroboró lo que ya se sabía: que en Bolivia no hubo prácticas de tiro ni entrenamientos, como se sostuvo en un documento de la GNA al regreso de la última comisión de escuadrones. Bajo esa coartada se buscó justificar la falta de 70.000 balas antitumulto y alrededor de 600 granadas.

Bogado dio más precisiones de cómo fue el operativo cuando arribaron a Bolivia. “Llegamos, bajó la rampa del Hércules, bajamos por orden de Hidalgo, y allí estaba la gente de Fuerza Aérea de Bolivia. Nos embarcamos en un minibús y fuimos a la residencia”, narró. El juez Catania le preguntó si había personal de alguna fuerza militar boliviana y el alacrán dijo que “en la pista no”. “Había gente de fuerza aérea, y había un par de personas de civil. Agarramos nuestros bolsos y salimos de la pista en fila hacia una oficina de Migraciones”. Luego, embarcaron “en un minibús en el que había funcionarios de la embajada”.

De acuerdo a la reconstrucción de los hechos, parte de las cajas se cargaron en camionetas de la Policía de Bolivia que estaban en el aeropuerto y otra parte se dejó en el hangar de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB). Las municiones entregadas a la fuerza de Seguridad fueron halladas en sus depósitos. Se encontraron allí 26.900 balas antitumulto argentinas y granadas. A su vez, se encontró una carta de agradecimiento del exjefe de la FAB, Jorge Terceros Lara, dirigida al embajador argentino en Bolivia durante el gobierno de Cambiemos, Normando Álvarez García. En esa nota Terceros Lara da cuenta de la recepción de otras 40.000 balas AT 12/70 y más de 100 granadas y gases. Según indicó a El Destape Edmundo Novillo, ministro de Defensa del país vecino, se está investigando qué hizo la Fuerza Aérea con las balas. Consideró que “es muy probable” que las municiones que el gobierno de Macri envió a los golpistas se hayan utilizado en la represión que ejecutó el régimen de Jeanine Áñez poco después del golpe y provocó decenas de muertes.

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