Vocero de Educación de Patricia Bullrich en las elecciones 2023: “No estoy de acuerdo con que haya paritaria nacional docente”

El diputado nacional de la UCR Fabio Quetglas aseguró que la discusión paritaria tiene que quedar entre los gremios y las provincias. El proyecto para declarar como "esencial" la educación -y limitar el efecto de futuros paros- y las pasantías laborales.

12 de septiembre, 2023 | 19.57

La candidata a presidenta de Juntos por el Cambio en las elecciones 2023, Patricia Bullrich, presentó la semana pasada a su equipo de voceros en distintas áreas y en la educativa designó allí al diputado nacional de la Unión Cívica Radical, Fabio Quetglas. En diálogo con El Destape, habló sobre las propuestas en este tema, que entre los principales puntos apunta a mejorar la calidad y evaluación educativa, y anticipó que si la alianza opositora llega a Casa Rosada no continuará la paritaria nacional docente. “La paritaria es entre los gremios provinciales y las provincias”, afirmó.

Así, Quetglas coincidió con la decisión tomada por Esteban Bullrich en 2017 cuando rechazó este mecanismo en el que no solo se discute el piso salarial de un docente sino también discutir con los gremios nacionales políticas educativas. “Cuando uno dice una paritaria está hablando de condiciones de trabajo y esos temas se hablan entre empleador y trabajador”, afirmó el legislador.

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Para Quetglas, “la Nación debe ayudar a las jurisdicciones más rezagadas con incentivos para una mejor equipamiento en sus escuelas técnicas y supervisar que se apliquen a los fines establecidos”. Y propuso: “Acá se pasó del extremo de la centralización a la descentralización. Hay que ir a un tercer lugar que sea de colaboración entre los distintos niveles de gobierno”.

El primer proyecto de Bullrich para “un país ordenado”, como proyecta, es declarar como “servicio esencial” la educación y así evitar que las medidas de fuerza gremiales no impidan que se cumplan los 190 días de clase dispuestos en el calendario escolar. 

El equipo educativo de Bullrich también está integrado por Soledad Acuña, Sabrina Ajmechedt, Jaime Correas y Alejandro Finocchiaro. El mismo pretende que el eje de la educación sea la calidad. “Sin calidad la educación es un fraude. Precisamos que sea de calidad porque esperamos mucho del resultado educativo y si no lo es produce un enorme año”, aseveró Quetglas. Una manera de llegar a ese objetivo, explicó, será medir qué se hace bien y mal, y en donde es o no eficiente la inversión. “Medir como una cultura permanente”, señaló.

- ¿Qué implica declarar la educación como servicio esencial?

- El equipo que acompaña a Patricia tiene una visión y ella también: la disrupción del sistema educativo provoca lesiones a los derechos muy graves de cara al futuro. El problema lo ves cuando el chico o chica termina el secundario y no puede integrarse al mercado de trabajo o tiene dificultades en el acceso al sistema universitario. La hiperconflictividad en el mundo educativo no nos ha llevado a buenos resultados. Esa metodología ha fracasado y hay que ir por un pacto en favor de la educación pública en el que el compromiso de los días de clase sea parte de la conversación. La declaración de esencial excede a la cuestión gremial. Hay que construir cuáles son los elementos que le dan jerarquía a esa condición de esencial de la educación. Eso habrá que pactarlo en el Consejo Federal de Educación con los ministros provinciales.

- ¿Piensan modificar el sistema de medición?

- La discontinuidad de la política ha hecho que nuestras pruebas funcionen como un semáforo episódico que funciona dos horas, deja de funcionar, y después vuelve a funcionar con otro criterio. Por eso se necesita un consenso amplio porque precisamos crear una cultura. No todo tiene que ser un censo nacional ni pruebas nacionales, podemos hacer pruebas en un nivel o modalidad. Precisamos volver a darle al sistema todos los elementos de juicio, de mejor conocimiento para poder gobernarlo. No tenemos que hacer la epopeya de movilizar a miles de escuelas, podemos tener escuelas testigo. Quizás con una selección de escuelas testigo en distintas jurisdicciones y modalidades podés tener todos los años un panorama. cuando vos tenes esa información va a hablar de la gestión pública educativa y del contexto que impacto educativo como fue la pandemia.

- El Gobierno propone elevar al 8% del PBI el financiamiento en educación. ¿Ustedes proponen subirlo?

- Hoy no se cumple lo que determina la ley, que es el 6%. Podés cumplirlo, pero si el PBI se te derrumba es malo. Para que se deje de derrumbar hay que conseguir un equilibrio general. Necesitamos invertir la cantidad de dinero necesaria para que el sistema funcione bien en el marco de una lógica de equilibrio general. Argentina tiene que recuperar su cultura presupuestaria, tener un marco fiscal razonable porque sino puede que cumplamos ese 6% pero en una economía que se derrumba. Medir nos va a permitir hacer las inversiones en los lugares que más se necesitan. Toda inversión educativa es buena, pero Argentina tiene que ser consciente que vive en una crisis.

- ¿Piensan impulsar las prácticas laborales como sucede en la ciudad de Buenos Aires?

- Estoy a favor de que los pibes, desde una edad razonable, aprendan un conjunto de condiciones de la cultura laboral. El espacio educativo y laboral se parecen y en otras no, son diversos. Hay que volver a poner o intentar poner en valor la idea de que nutre a la condición de un adolescente que aprende y que no sea un shock el ingreso al mercado de trabajo. Hay que hacerlo bien, pero primero hay que hacerlo porque uno aprende haciéndolo. Tenemos que pensar cómo esa práctica contribuye a la formación de ese adolescente. Vamos a intentar que las jurisdicciones lleven adelante políticas que pueden ser distintas porque el mundo del trabajo es distinto en la ciudad de Buenos Aires que en Santiago del Estero, pero  hay que romper el tabú y es importante que los pibes aprendan a trabajar.

- ¿La paritaria nacional docente la van a respetar?

- El empleador de los docentes son los gobiernos provinciales. No está bien que se saquen ese sayo de la obligación. Estoy bastante de acuerdo con la idea de que no haya paritaria nacional porque la paritaria es entre los gremios provinciales y las provincias. Después la Nación hace y puede hacer muchas cosas para contribuir a la educación en cada una de las provincias. No significa que esté prohibido que el ministro no se reúna con los gremios. Cuando uno dice una paritaria está hablando de condiciones de trabajo y esos temas se hablan entre empleador y trabajador.

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