Mientras el avión que traslada a la comitiva durante esta gira europea sobrevolaba el océano Atlántico rumbo a Roma, Alberto Fernández comentó con sus interlocutores que de la cumbre del G20 esperaba llevarse dos apoyos explícitos: uno, a la eliminación de los sobrecargos en las tasas de interés que cobra el Fondo Monetario Internacional, el otro a la creación de un Fondo de Resiliencia para financiar la salida de la crisis de los países de ingresos bajos y medios. El documento final, tras 48 de deliberación, recoge ambos puntos, algo que se celebró en el equipo argentino como un triunfo.
Sin embargo, advierten cerca del Presidente, es sólo un pequeño paso que de ninguna forma deja atrás los múltiples y urgentes problemas que enfrenta el gobierno en este flanco. La idea de alcanzar un acuerdo con el FMI antes de fin de año parece cada vez más desdibujada, las sobretasas representan unos mil millones de dólares al año, cifra significativa pero que empalidece ante los 19 mil millones que debería desembolsar la Argentina en 2022 y el Fondo de Resiliencia, si se pone en práctica, no estaría listo antes del final del año que viene. El camino es tortuoso pero este fin de semana, en Roma, se dieron pasos importantes.
Ya en Escocia, donde participará de la Conferencia Global sobre el Cambio Climático para exigir un mayor compromiso de los países desarrollados en la movilización de recursos financieros hacia los de ingresos medios y bajos para que la transición a un esquema sustentable no amplifique las desigualdades, Fernández dialogó brevemente con El Destape y otros enviados especiales para dar precisiones sobre los avances obtenidos en el G20 y el futuro de la negociación con el FMI. “Está claro que lo que firmó Macri es imposible de cumplir y está claro que fue un plan que propuso el Fondo y que en la primera revisión se demostró su fracaso”, aseguró.
- Teniendo en cuenta la reunión con Krystalina Georgieva más el comunicado del G20, ¿cuán cerca está el acuerdo con el FMI? ¿Las negociaciones pueden acelerarse después de la elección?
- El proceso de negociación está activo en este momento. Martín Guzmán y Gustavo Béliz se quedaron en Roma negociando con el equipo del Fondo. Así que eso está funcionando. Yo creo que lo que tuvo mucho sentido en el G20 para Argentina es que nosotros vinimos con un planteo de llamar la atención sobre lo que está pasando en el mundo. El mundo de la post pandemia es un mundo sufriente, donde hay muchos países endeudados, donde hay muchos países en crisis. Y lo que nosotros hicimos, fue llamar la atención sobre los problemas de financiamiento que va a enfrentar el mundo después de la crisis de la pandemia. Advertir que estamos ante un problema económico de gran seriedad, de enorme desigualdad, que esa desigualdad reclama financiamiento y que ese financiamiento el mundo desarrollado lo tiene cubierto.
- Por el acuerdo que firmó Macri, Argentina el año que viene tiene que pagar 19 mil millones de dólares. ¿Se llega a cerrar la negociación antes de que se venzan esos plazos?
- Es evidente que Argentina no puede pagar 19 mil millones de dólares el año que viene. Estamos trabajando para que podamos encontrar un acuerdo que sea sostenible. Eso quiere decir que no se postergue el desarrollo y el crecimiento que la Argentina está sintiendo, que no nos imponga un ajuste que socialmente cueste y que además se pueda cumplir en el tiempo. Está claro que lo que firmó Macri es un acuerdo de imposible cumplimiento y está claro que ese fue un acuerdo de un plan que propuso el Fondo y que en la primera revisión se demostró su fracaso.
- ¿Crees que el apoyo de los países del G20 a las propuestas argentinas implican que cuando esos temas lleguen al directorio del FMI esos países van a votar a favor?
- Yo hago desde el primer día un trabajo laborioso con toda Europa, que en este encuentro volvió a repetirse, con Merkel, con Macron, con Pedro Sanchez, con los comisionados europeos. Y en todas les agradezco el apoyo que siempre he conseguido de ellos para tratar de resolver el tema de la deuda de una forma razonable. Lo que logramos hoy es que el G20 entienda el planteo argentino y no solamente proponga fondos para la resiliencia de la pandemia para los países de renta baja y media, que era nuestro reclamo, porque los países de renta media contienen el 60 por ciento de la pobreza del mundo, sino que también le planteó al Fondo la necesidad de seguir avanzando en la reunión de directorio de diciembre para seguir avanzando en la necesidad de eliminar los sobrecargos. Estoy satisfecho, porque los objetivos que nos fijamos los logramos y pudimos avanzar en algunos otros. El vínculo que logramos con Europa, con Alemania, con Italia, con España, con Francia es muy importante para que nosotros podamos seguir adelante con nuestros planteos frente a la comunidad internacional financiera.
- ¿Cuáles son las conclusiones del encuentro con Kristalina Georgieva? ¿Se buscaba darle un punto de inflexión a la negociación?
- La negociación va avanzando con las dificultades que la negociación supone porque hay muchos intereses en pugna. Hay un mundo financiero que ha demostrado un fracaso y que se resiste a cambiar y se resiste a aceptar la crisis que ha generado. Fue una buena reunión y después en la cena (que brindó el anfitrión, Mario Draghi, a los invitados a la cumbre) volvimos a hablar. Nos dijimos francamente las cosas, ratificamos nuestro deseo de cumplir nuestros compromisos pero no a costa de postergar a nuestra gente. Fue fructífera, buscamos mecanismos para seguir avanzando y encontramos puntos de acuerdo. Hablamos de los sobrecargos, me dijo que estaba previsto que se analice en la reunión de directorio diciembre. Me voy satisfecho. En la premura de buscar una solución, se quedaron los equipos del Fondo con Martín Guzmán y Gustavo Beliz para seguir trabajando. Nosotros seguimos trabajando para tener un programa acordado.