Cuadernos: tres jueces macristas dictan la falta de mérito del ex policía que adulteró los anotadores

Los jueces nombrados por Mauricio Macri en la Cámara Federal porteña, Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, beneficiaron al exagente Jorge Bacigalupo, quien había sido procesado en diciembre pasado por Marcelo Martínez de Giorgi por manipular los anotadores adjudicados al chofer Oscar Centeno. Las razones.

03 de julio, 2024 | 20.11

Tres jueces nombrados por Mauricio Macri en la Cámara Federal porteña revocaron este miércoles el procesamiento que tenía el ex policia Jorge Bacigalupo por adulterar los cuadernos adjudicados al exmilitar y chofer Oscar Centeno. Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, puestos a dedo en el tribunal revisor por el expresidente, dictaron su falta de mérito porque los peritajes que comprometieron al ex agente se hicieron sobre copias digitales de los anotadores y no sobre los originales. Mariano Llorens, visitante de Macri en la quinta de Olivos, fue más lejos aún en su voto de minoría: postuló revocar lo resuelto en diciembre pasado por el juez Marcelo Martínez de Giorgi y enviar el expediente al tribunal de juicio que tiene la causa central de Cuadernos. Estos tres magistrados demoraron 7 meses en resolver la situación procesal de Bacigalupo, vinculado a Centeno y al fiscal Carlos Stornelli, cuando tenían 5 días para dictar una resolución.

El 1 de diciembre de 2023, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dictó el procesamiento del sargento retirado de la Policía Federal Jorge Bacigalupo por adulterar los anotadores adjudicados a Oscar Centeno. Se trata de una causa lateral a la central de Cuadernos que se inició por una denuncia del empresario Armando Loson. El magistrado consideró al expolicía y entonces amigo de Centeno “autor del delito de encubrimiento agravado” y de “falsificación de documento público”. A quién encubrió y por qué es algo que se debiera investigar en la causa. Pero Bacigalupo, con la defensa de la abogada Nuria Drendak, apeló ese procesamiento para que la cámara porteña revise la resolución que lo comprometía. El tribunal revisor se tomó 7 meses para analizar la situación procesal del expolicía. Y este miércoles resolvió favorecer a Bacigalupo y quitarle el procesamiento.

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Bertuzzi y Bruglia conformaron el voto de mayoría. Llorens hizo su propio voto.

¿Qué dijeron Bertuzzi y Bruglia, quienes están en la cámara federal de forma irregular según lo estableció la Corte?

Ambos hicieron hincapié en la materialidad de los cuadernos que se usaron para el peritaje oficial. Resaltaron que no fueron los originales sino copias digitalizadas. El punto es que ni el juez de instrucción, el difunto Claudio Bonadío, ni el TOF 7 peritaron los originales. El elemento central de esa causa emblemática del lawfare, que ya quedó claro que fue adulterado, nunca fue analizado en la investigación central.

Si bien los peritajes que realizaron la división de Scopometría de la Policía Federal y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sobre 3 de los 8 anotadores son contundentes respecto al rol de Bacigalupo (que su defensa ni siquiera puso en duda), Bertuzzi y Bruglia se tomaron de una serie de aclaraciones de los peritos respecto a que trabajaron sobre copias y no sobre los originales para dictar la falta de mérito. Lo curioso es que el peritaje nunca había sido cuestionado por ninguna de las partes. El propio perito de Bacigalupo dijo que el expolicía fue el que manipuló los anotadores. Pareciera que los camaristas se esforzaron más que los abogados defensores en blindar al exagente.

En el documento de 18 páginas al que accedió El Destape, Bertuzzi resaltó: “Repárese en que los peritos específicamente señalaron que el material fotográfico no es suficiente para llevar a cabo un adecuado examen que, de realizarse sobre el papel original, permitiría analizar correctamente los trazos, presión y demás puntos técnicos propios de su experticia, de modo de ‘elevar el grado de asertividad’ de sus determinaciones, las cuales por el momento, consisten en meras ‘inferencias’”. Para Bertuzzi, “dadas las características propias del material dubitado analizado, el estudio presentado no resulta idóneo para obtener de él conclusiones definitivas en uno u otro sentido”. Y agregó: “Estamos en presencia de falencias que podrían ser superadas mediante la realización de un nuevo informe en el cual se cuente, por un lado, con todo el material indubitado de confronte que sea necesario –en el caso, signos gráficos cursivos, que hasta el momento resultaron insuficientes- pero fundamentalmente, que se realice sobre los documentos originales”.

Por esto, Bertuzzi señaló que Martínez de Giorgi deberá solicitar los cuadernos originales al Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 7, que tiene a cargo el juicio central de Cuadernos y nunca ordenó peritar los anotadores. Para este juez, si el TOF 7 “ya dispuso la realización de esta pericia respecto de la documentación original, o si se encuentra próxima a realizarse como consecuencia de una solicitud formulada por alguna de las partes (…) deberán arbitrarse los medios que correspondan a efectos de que todos los estudios que se ordenen se realicen de manera conjunta, siguiendo los lineamientos antes apuntados”.

Bruglia se manifestó en el mismo sentido y resaltó que esta causa es escindible de la causa central, algo con lo que disiente su colega Llorens, quien también fue nombrado por Macri, lo visitaba en la quinta de Olivos al expresidente y ataja en el equipo de fútbol Liverpool que nuclea a jueces y fiscales. Según Bruglia “la materialidad del hecho objeto de esta investigación resulta ser un delito autónomo y escindible del objeto procesal circunscripto en las actuaciones N° 9608/18 y sus conexas. Pues en el presente se investiga un presunto encubrimiento y falsificación de un instrumento de prueba incorporado en aquellas actuaciones, cuya indagación respecto a estos hechos excede el ámbito de su competencia. Sobre un mismo instrumento -los cuadernos-, en este proceso se inquiere si las frases allí enmendadas constituyen un ilícito penal y en las otras se analizará su valor probatorio”.

Dicho eso, Bruglia dijo que en la causa a cargo de Martínez de Giorgi “no se ha logrado conformar un plexo probatorio que permita, con el grado de probabilidad que requiere esta instancia, corroborar la participación de Bacigalupo en la presunta falsificación que conforman el marco fáctico de estas actuaciones. Ello es así, en tanto la pericia caligráfica efectuada en la causa no arriba a un dictamen concluyente al respecto. Si bien los expertos infieren que formalmente surge la intervención del nombrado en la confección de las leyendas agregadas y enmendadas en los cuadernos en cuestión, aclaran que esta afirmación se efectúa con ciertas limitaciones relacionadas tanto con el material indubitado como el debitado”. Acto seguido, suscribió lo resuelto por Bruglia: “Esta falencia probatoria y huérfana de otros elementos que puedan suplirla, imponen la necesidad de profundizar la pesquisa llevando a cabo las medidas que resulten pertinentes para recabar el material necesario expuesto como faltante por los especialistas”. Luego votaron revocar el procesamiento y dictar la falta de mérito.

Mariano Llonres fue un paso más allá que la dupla Bertuzzi-Bruglia. Tras resaltar que él se había excusado en esta causa y no se  le aceptó su apartamiento dijo que esta causa que tiene Martínez de Giorgi podría hacer caer la causa central de Cuadernos por lo que debe acumularse allí y no investigarse por separado. Es una forma de blindar a Bacigalupo y a la causa central que este expediente hace tambalear.

“Lo que primero se observa al ingresar en el estudio del caso es un intento por cuestionar la validez de una prueba del expediente 9608/2018 sobre la que se estructuró la imputación y plataforma fáctica del proceso radicado ante el TOF 7; no cualquier prueba, sino una sustancial, medular. Esta circunstancia, por cierto, no puede ser obviada. Por el contrario, exige ser abordada al momento de contemplar los agravios introducidos en este incidente (…)”, remarcó Llorens.

Para este magistrado “se inició un proceso paralelo por parte de un presunto damnificado respecto a la presunta adulteración de esa prueba y, en consecuencia, se avanzó sobre algunas personas indicadas como protagonistas de esa alteración”. Para Llorens eso fue incorrecto. Dijo que  este caso está “apuntando al corazón de la prueba que sostiene la acusación” por lo que debe ser abordado por el TOF 7.

“Retrotraer el debate a etapas pretéritas, conforme la conveniencia o el interés de una de las partes, forzando discusiones ya saldadas, para impedir la sentencia definitiva de un asunto constituye un exceso incompatible con la rápida, efectiva y debida administración de justicia”, sostiene Llorens y se tira sobre la granada. “La hipótesis del querellante en esta causa no puede ser motivo de un análisis separado de aquella prueba que, en el caso particular, podría desacreditar la pesquisa que actualmente se encuentra en la instancia de juicio”, agregó.

Luego atacó a Loson, el denunciante en este expediente: “Aparece muy diáfano entonces el intento del denunciante Loson de generar un contundente elemento de prueba para hacer valer en su estrategia de defensa en aquellas actuaciones al intentar desacreditar el valor convictivo de esos cuadernos. Y ello no puede tener otra utilidad -dañina desde ya- que derramar hacia este terreno un debate que debe darse en la otra causa”.

Po todo esto, para Llorens, se debe revocar el procesamiento y “poner todo lo actuado a disposición del TOF 7 para que, en el marco de su jurisdicción y en lo pertinente, incorpore al debate a desarrollarse ante sus estrados los elementos de aquí que puedan ser de utilidad para las posiciones de las partes, lo que así voto”.

Por qué había sido procesado Bacigalupo

En diciembre de 2023, Martínez de Giorgi determinó que Bacigalupo adulteró los Cuadernos y que lo hizo para encubrir a alguien de nombre Marcelo y perjudicar a los empresarios Armando Loson y Gerardo Ferreyra. Se basó en un peritaje oficial que realizó la Policía Federal que confirmó que la letra del expolicía aparece en los cuadernos Nº 4 y Nº 7.

Bacigalupo quedó muy comprometido luego de que dos peritajes oficiales, uno caligráfico realizado por la división de Scopometría de la Policía Federal, y otro lingüístico hecho por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se realizaron son sobre 3 de los 8 anotadores, determinaran que los cuadernos adjudicados a Centeno fueron adulterados, escritos por más de una persona y con fragmentos que fueron dictados o copiados.

Tras esos resultados, Martínez de Giorgi puso la lupa judicial en Hilda Horowicz, expareja de Centeno, y en Bacigalupo, por ser quienes tuvieron contacto con los cuadernos. Tras una serie de nuevos peritajes oficiales que realizó la Policía Federal, se determinó que el sargento retirado fue quien modificó el contenido de los textos.

Entonces, Martínez de Giorgi destacó que “la intervención caligráfica de Bacigalupo, de conformidad con los alcances delimitados por el estudio pericial, expone que las sospechas en torno a su actuación, ponen de manifiesto su participación en las modificaciones del denominado cuaderno N° 7” y también “en el llamado cuaderno Nº 4”. Allí, se agregó los nombres "Armando", por Loson, e "Ing. Ferreyra" por Gerardo Ferreyra, y la dirección “Alem 855”, que es la dirección donde están las oficinas de Loson. El nombre del titular de la empresa Albanesi se inscribió sobre otro que se buscó esconder: “Marcelo”. Es decir, se incluyó el nombre de unos empresarios y se sacó el de otro.

Bacigalupo es un hombre clave en esta operación política, mediática y judicial que se detonó en 2018 durante el gobierno de Macri. De acuerdo a la narración oficial, el sargento retirado era amigo de Centeno y tuvo los anotadores en custodia. En ese lapso en que guardó los cuadernos, el expolicía se los entregó al periodista de La Nación Diego Cabot, quien tras escanearlos se los devolvió. Luego el periodista llevó las copias digitalizadas al fiscal Carlos Stornelli. Cinco años después se supo que Bacigalupo manipuló los cuadernos. Ahora la cámara porteña revocó su procesamiento y favoreció su situación procesal.