La pandemia de coronavirus frenó la recuperación del índice de empleo en la Argentina y generó una caída como la que se produjo en 2009, durante la última crisis financiera mundial. En sus priemras semanas el Gobierno de Alberto Fernández no solo había logrado cortar la inercia heredada del macrismo, donde cada día se perdían puestos de trabajo. En febrero se habían registrado más de 10.000 empleos nuevos. Ahora, con la llegada del COVID-19, el panorama es otro.
Los nuevos datos surgen del Ministerio de Trabajo y fueron analizados por el Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (CEDyT), que funciona en el ámbito de la Universidad de San Martín y cuyo director es el ex ministro de Trabajo Carlos Tomada.
El informe del CEDyT explica que “en febrero de 2020 parecía que se comenzaba a revertir el proceso de caída del empleo asalariado registrado que nuestro país atravesó durante 2018 y 2019. Durante ese mes, la cantidad de asalariados registrados en la actividad privada se expandió en algo más de 10 mil. La aparición de la pandemia interrumpió ese proceso”. Agregan que “durante el mes de marzo, el empleo formal en nuestro país se contrajo en una medida similar a la de 2009, año en el que la crisis financiera internacional impactó fuertemente sobre las economías y los mercados laborales a nivel global”.
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Los datos muestran que la pandemia de coronavirus afectó la recuperación que había comenzado este año. Con los datos actuales, el CEDyT asegura que “se interrumpe lo que parecía ser un incipiente inicio de la reversión de la crisis laboral que tuvo lugar desde 2018. Después de 22 meses de pérdida ininterrumpida de puestos de trabajo (entre abril de 2018 y enero de 2020), durante febrero de 2020 la cantidad de asalariados registrados en la actividad privada había mostrado una leve expansión: se contabilizaron más de 10 mil nuevos asalariados”.
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En números: en marzo de 2018 había 6.280.959 trabajadores registrados en las bases del ministerio de Trabajo. El número fue en descenso hasta enero de este año y en febrero mostraba un pequeño repunte. Eso se cortó con la llegada del COVID-19.
El CEDyT plantea: “la caída del empleo no estuvo ocasionada por un aumento en los despidos de personal aunque recién el último día de marzo se decretó la prohibición de esa práctica (que abarcó a los despidos sin justa causa, por falta o disminución de trabajo o por fuerza mayor). Por el contrario, el principal determinante de la contracción del mercado laboral fue la reducción en las contrataciones de trabajadores para cubrir la importante cantidad de puestos vacantes que todos los meses se producen por renuncias, jubilaciones, finalización de contrato, etc. De hecho, desde 2002 no sucedía que las contrataciones fueran menores en marzo que en febrero”.
Los datos que analizó el CEDyT muestran que “el empleo se contrajo en las empresas de todos los tamaños, pero la caída fue más pronunciada (-0,7%) en las firmas de menor tamaño (10 a 49 ocupados). En las firmas de 50 a 199 ocupados, la reducción fue de -0,6%, mientras que en las empresas grandes (de más de 200 ocupados), fue del -0,2%”.
En cuanto a la actividad económica, el informe del CEDyT recoge los datos que comunicó el Indec en estos días. La actividad industrial se contrajo un 17%, la construcción un 47% y las ventas minoristas de las Pymes un 49%.Los datos de empleo empeoran de acuerdo al sector. La construcción tuvo una baja del 3,1% en un mes y del 19,7% en el último año. “Comercio, restaurantes y hoteles, por un lado, y la industria manufacturera, por otro, tuvieron reducciones mensuales del 0,8% y 0,5%, respectivamente”, detalla el informe. También indica que en el Gran Buenos Aires la caída fue del 0,4% mientras que en los aglomerados del interior del país llegó al 0,6%.
Por último, desde el CEDyT advierten que en abril los datos pueden ser aún peores. “La complejidad de la situación que atravesamos queda de manifiesto si se considera que la contracción de la actividad económica y el empleo tuvo lugar durante un mes en el que el aislamiento social dispuesto por el gobierno nacional abarcó sólo un tercio de los días hábiles (desde el 20/3). Posiblemente, los indicadores de abril den cuenta de un empeoramiento del cuadro”, indicaron desde el centro de estudios que dirige Tomada. Destacaron, por otro lado, que “las políticas públicas implementadas por el estado nacional no podrán evitar completamente el impacto de la pandemia sobre el tejido económico y social pero sí están reduciendo los daños”.