Procesan al periodista Daniel Santoro como partícipe necesario en un caso de extorsión de D’Alessio

Los resolvió el juez Luis Rodríguez, quien consideró al periodista de Clarín como partícipe necesario en la tentativa de extorsión de la banda del espía ilegal Marcelo D’Alessio al empresario Gabriel Traficante. Santoro es el único de los imputados de esta causa que aún no fue enviado a juicio.

19 de abril, 2021 | 15.46

El juez federal Luis Rodríguez procesó este lunes al periodista de Clarín Daniel Santoro al considerarlo “partícipe necesario” en un caso de tentativa de extorsión de la banda del espía ilegal Marcelo D'Alessio. Consideró que con sus publicaciones, donde se volcaba “información falsa”, reforzó y dio “sustento a la presión realizada” contra la víctima. Le trabó un embargo de 850 mil pesos y no le dictó prisión preventiva.

Rodríguez procesó a Santoro en el “caso Traficante”, donde se investiga la extorsión de D'Alessio y su organización criminal al empresario Gabriel Traficante. La causa tramita en los tribunales de Comodoro Py. Todos los imputados salvo Santoro ya están afrontando el juicio oral. El periodista de Clarín había si excluido de la elevación porque el juez estaba esperando el resultado de una serie de medidas de prueba. 

Este lunes, el magistrado procesó a Santoro “en orden al delito de extorsión en grado de tentativa, en calidad de partícipe necesario” y “sin prisión preventiva”.

De acuerdo al magistrado, “Santoro es considerado como partícipe en la intimidación ejercida por Marcelo Sebastián D'Alessio sobre Gabriel Traficante, reforzando y dando sustento a la presión realizada para obtener el dinero exigido bajo las falsas alusiones a que iría preso en el marco de la investigación conocida como la mafia de los contenedores”. 

El juez Rodríguez estimó que “Santoro tuvo un importante rol en el suceso criminal investigado, teniendo incidencia directa sobre la credibilidad de los dichos de D'Alessio hacia Traficante, en la intimidación moral que ejerciera sobre éste”. Por eso lo consideró “partícipe necesario del delito de extorsión en grado de tentativa, puesto que recordemos no hubo un desapoderamiento patrimonial de Traficante, esto es, no llegó a efectuarse el pago pretendido en la extorsión perpetrada”.

En pos de justificar su decisión, el magistrado resaltó que “no se advierte elemento alguno que justifique el accionar del imputado o lo exima de responsabilidad; juzgándose en consecuencia que su conducta disvaliosa fue ejecutada con voluntad y discernimiento”.

Entre otras cosas, el magistrado evaluó que “varios periodistas reconocieron a Marcelo Sebastián D'Alessio como su fuente, vínculo que cuenta con protección constitucional” pero sostuvo que “no es lo que se discute en estas actuaciones” por lo cual “Santoro se encuentra sometido a la jurisdicción de este Tribunal”. En ese sentido, Rodríguez remarcó que “las publicaciones, además de ser un fiel reflejo de la información que D'Alessio necesitaba publicar para extorsionar a Traficante, estaban sincronizadas con el plan extorsivo en curso”. Y contenían “información falsa”. 

“Pero no termina allí", añadió el juez, y sumó: "A la postre, luego de iniciadas estas actuaciones por la denuncia de la querella, el aquí encartado se vio inmerso en distintas situaciones de similar ilegalidad”. Es decir, Santoro siguió publicando sus notas con información que no era cierta luego de que Traficante realizara la denuncia sobre la extorsión que estaba sufriendo. La causa por el caso Traficante se inició en los tribunales de Comodoro Py el 19 de diciembre de 2016.

Ante este marco, Santoro “pretende sopesar su accionar delictivo bajo argumentos tales como haber sido engañado por un ‘mentiroso serial … un estafador en todo el sentido de la palabra … un fabulador, un engañador, un extorsionador y todo en su conjunto’, calificativos que no pueden ser admitidos en contraste con la multiplicidad de elementos probatorios recolectados que lo vincularían objetiva y subjetivamente a los hechos pesquisados”, señaló el juez.

Para Rodríguez, Santoro "conocía y tenía intención de colaborar con el plan criminal de D'Alessio".

En su resolución de 99 páginas, el juez también dedica un apartado a derribar el argumento del periodista de Clarín de que se está atacando la libertad de prensa con su imputación en esta causa: “La condición de periodista no implica una habilitación normativa para la comisión de delitos. Este ámbito de protección constitucional referido a la libertad de expresión y de prensa, ciertamente demanda precaución, por cuanto la censura debe ser rechazada. Pero no nos equivoquemos, también debe serlo la instrumentalización de la libertad de prensa para estigmatizar inescrupulosamente a un ciudadano en miras de obtener un rédito económico por ello”, indicó. “En síntesis, la condición de informador de Santoro no lo habilitaba a participar dolosamente en el delito aquí investigado, mediante la utilización de publicaciones periodísticas con contenido especialmente pergeñado para amenazar y exigir dinero a un ciudadano. Esto es lo que se discute en este expediente”, enfatizó. 

Para el juez no hay dudas: “El aporte de Santoro proporcionó a D´Alessio un marco de verosimilitud que le permitió intimidar a Traficante con una intensidad alarmante, puesto que la presión fue publicada en un medio de la categoría e importancia nacional que posee el diario Clarín. Como ya dijera, la significancia de estos aportes radica en la falsedad de sus esbozos”.

En ese sentido, Rodríguez resalta que no hubo “una conducta negligente” de Santoro “sino ciertamente voluntaria y consciente que permite, al menos con el grado de probabilidad requerido en esta etapa, tener por configurado el dolo típico respecto del accionar del encartado”, es decir, el periodista de Clarín.

Tras hacer referencia a otro caso de extorsión de la banda de D’Alessio que también comprometió a Santoro (el caso de Mario Cifuentes, que se investigó en los tribunales federales de Dolores), Rodríguez afirmó: “Coordinación, complementación, sincronización, reiteración, intimidación, son todas palabras que permitirían definir el vínculo delictivo entre Marcelo Sebastián D´Alessio y Daniel Pedro Santoro. La negligencia y la imprudencia lejos están de serlo”.

El caso Traficante y las "falsedades" de Santoro

Según precisó el juez Rodríguez en su resolución de este lunes, “desde el 2 de noviembre al 9 de diciembre de 2016, Marcelo Sebastián D´Alessio extorsionó a Gabriel Traficante con el fin de obtener distintas sumas de dinero”. En la investigación “se tuvo por acreditado que D´Alessio durante aquel periodo se contactó con Traficante” y lo presionó. Entre otras cosas, le refirió que iba a aparecer “su nombre en el diario Clarín por intermedio del periodista Daniel Santoro” y “le exigió el pago de distintas sumas de dinero”. 

Todo aquello tuvo lugar por la inteligencia ilegal que practicó D’Alessio y su banda sobre Traficante. Entre otras cuestiones, el espía ilegal poseía “información privilegiada” sobre “los registros telefónicos”  de la víctima así como “los dominios de dos vehículos que según le dijo a Traficante lo estarían persiguiendo”. D’Alessio le advirtió al empresario que estaba complicado en la causa “conocida como ‘la mafia de los contenedores’” que se sustanciaba en el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 6. Le adelantó también que Santoro lo “implicaría públicamente”.

El testigo Juan Pablo Di Pierro manifestó en la causa que sustancia el juez Rodríguez que “D´Alessio le envió mensajes a su móvil, diciéndole que al día siguiente el periodista Daniel Santoro publicaría una nota en el diario Clarín vinculando a Gabriel Traficante en la causa de la mafia de los contenedores y que todavía estaba a tiempo de decirle a Santoro que bajara su nombre del artículo periodístico en cuestión”. Di Pierro “relató que cuando le contó a Traficante, éste le dijo que no le creía, pero ‘se sorprendió porque al día siguiente efectivamente salió una nota en el diario Clarín vinculando a Gabriel Traficante con la mafia de los contenedores’”.

Para Rodríguez, “puede advertirse con claridad que Marcelo Sebastián D´Alessio contó con la colaboración de Daniel Pedro Santoro para el desarrollo de su conducta criminal”.

El juez hizo un racconto de las afirmaciones del periodista en sus notas y las comparó con lo que sucedía en el expediente. Por ejemplo, señaló que la primera nota de Santoro sobre Traficante fue una titulada: “Aduana: investigan si un millonario es el jefe de la banda del cuñado de De Vido”. Se publicó el 26 de noviembre de 2016. Allí, entre otras cuestiones, el periodista de Clarín afirmó:

 - “La justicia investiga si el despachante de aduana, amante de los autos de alta gama y los hoteles cinco estrellas, Gabriel Traficante, es el jefe de la banda de contrabandistas de contenedores que integraban Claudio `Mono´ Minnicelli y Oldemar `Cuqui´ Barreiro Laborda, revelaron a Clarín fuentes judiciales”. El juez Rodríguez resaltó: “Hay que ser claro con esto. El involucramiento de Gabriel Traficante como imputado en la causa a cargo del Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nº 6, es totalmente falso. Es falso que Traficante estuviera siendo investigado como posible ‘jefe de la banda de contrabandistas de contenedores'”.

- Santoro también escribió: “Dos de los imputados en la causa de la mafia de los contenedores que investiga Aguinsky señalaron a Traficante como supuesto `cerebro´ detrás de la organización y uno de ellos lo implicó con supuestas maniobras millonarias con las declaraciones juradas de anticipo de importación (DJAI)”. Esto, según reconstruyó Luis Rodríguez, también “es falso”. 

- El periodista también mencionó en la misma nota: “Está confirmado que Traficante exhibe un alto nivel de vida y está casado con Mariana Saric, quien tiene una cadena de locales de belleza. Traficante (45 años) está registrado como monotributista ante la AFIP pero vive en Puerto Madero y en el exclusivo country Saint Thomas Sur de la localidad bonaerense de Canning”. 

- Y añadió: “Y en los registros de automóviles, el ex despachante de Aduana aparece que por sus manos pasaron dos Mercedes Benz Elegance, cuatro Peugeot de alta gama y dos BMW. Dos testigos también lo vieron en fiestas organizadas en hoteles como el Faena y el Facebook de su esposa, que ayer apareció bloqueado, se lo veía en cumpleaños costosos”. 

Para el juez Rodríguez “estas falsedades se encuentran inmersas y mezcladas con datos ciertos de la investigación, de la cual el encartado era conocedor dadas las múltiples publicaciones realizadas sobre este tema y por encontrarse ciertamente bien informado de fuentes judiciales”. Agregó que “la publicación periodística es un fiel reflejo de la información con la que Marcelo Sebastián D´Alessio increpaba a Gabriel Traficante”.

De acuerdo al magistrado con asiento en los tribunales de Comodoro Py, “la publicación efectuada por el imputado Santoro resultaba fundamental para el desarrollo de la extorsión en curso”. 

Por ejemplo, “luego de tal negativa de Traficante de seguir hablando con D´Alessio, pocos días después, el 9 de diciembre de 2016, el encartado Santoro publicó en el diario Clarín la nota titulada ‘Mafia de la Aduana: la Justicia busca ahora a `Mister Corea´’, donde el periodista mencionó otra vez a Traficante vinculado en la investigación del fuero Penal Económico, nuevamente con notoria falsedad”. 

En este artículo, Santoro sostuvo: “A principios de esta semana, Barreiro Laborda amplió su declaración indagatoria y afirmó que el supuesto jefe de la banda `sería el ex despachante de Aduana y actual millonario Gabriel Traficante´, pero como no dio más precisiones el juez se negó a darle ese beneficio”. “Lo cierto –indicó el juez Rodríguez-  es que si bien mezcla dicha referencia con distinta información sobre este tema, se toma el minucioso trabajo de intercalar una nueva falsedad para dar a entender que Traficante seguía siendo acusado como autor principal en la causa conocida como la mafia de los contenedores. Esto no solo no era así, sino que ni Barreiro Laborda amplió a principios de esa semana su declaración indagatoria ni nadie lo había vuelto a mencionar”.

En su defensa, Santoro dice que fue engañado por D’Alessio, que este usó su nombre sin su conocimiento y autorización y que no estaba al tanto de las operaciones del falso abogado. De acuerdo al juez Rodríguez, para esta etapa de la instrucción hay sobrados elementos de que eso no fue así. Por eso decidió procesarlo.