Un día después del atentado contra la vida de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a metros de su domicilio en Recoleta, Ambar, la novia del acusado y detenido, Fernando Andrés Sabag Montiel, rompió el silencio. "Para mí era una persona copada, que hace chistes, amoroso, buena persona, no tenía pensado que sería capaz de algo así", aseguró este viernes.
En diálogo con Telefe Noticias, la joven se mostró sorprendida por lo ocurrido. Al mismo tiempo, se refirió al allanamiento que se llevó a cabo en la casa que compartía con Montiel y negó haber visto cajas con balas o cualquier tipo de arma. "Tal vez las tenía escondidas", supuso. Y agregó, algo angustiada por la situación: "En el allanamiento se llevaron muchas cosas mías y ahora ando con lo puesto. Me gustaría que me devuelvan aunque sea la ropa porque yo no tengo nada que ver con esto".
Por otro lado, al ser consultada sobre si el detenido se encuentra medicado, Ambar señaló: "Tiene Escoleosis, pero no sé si toma pastillas para algo más". Es importante resaltar que tras realizarse las pericias médicas se dictaminó que el hombre de 35 años estaba ubicado en tiempo y espacio, por lo que se le pudo tomar declaración aunque se negó a explicar lo ocurrido. Mientras que, con respecto al abogado defensor, la joven dijo: "No sé de dónde salió, nunca llamé a nadie para que lo defienda".
En la misma línea, la novia de Montiel dijo que, desde el atentado, no tuvo ningún tipo de comunicación con él y aseguró que está viviendo "una pesadilla, un calvario". También se mostró "perpleja" y denunció, al igual que sus amigos, diversas amenazas a través de las redes sociales. "Nos amenazan por redes, que nos quieren matar. Es una situación horrible la que estamos pasando", concluyó la joven.
Durante la misma entrevista, uno de sus amigos también se expresó sobre los hechos. Nicolás, con quien trabaja en la venta de algodón de azúcar, dijo: "No tenemos nada que ver nosotros, éramos compañeros de trabajo y había una amistad de ahí". El joven sostuvo que el agresor de CFK "era tranquilo y hacia chistes". Y añadió: "Nosotros somos trabajadores, nada más. No tenemos nada que ver con esto. Cuando la gente está alterada tiende a meter todo en la misma bolsa y no es así. Se quejaba de la economía, de la suba del dólar pero como uno más, no con agresividad".