"Él quiere jugar", comentaba un funcionario que dialogó en estos días con el presidente Alberto Fernández respecto a la situación interna del Frente de Todos de cara al año electoral. Luego del deshielo por el alegato del fiscal Diego Luciani y el atentado, la relación entre el Presidente y la vice Cristina Kirchner volvió a la acostumbrada distancia y ya parece difícil que esa situación vaya a modificarse en lo que resta de mandato. Ante eso, Fernández resolvió con su círculo íntimo la designación de tres ministras y las puso este jueves en funciones en un acto concurrido y con entusiasmo militante en la Casa Rosada. Además, este viernes se presentará en el Coloquio de IDEA para expresar sus planes ante la crema del empresariado, que posiblemente ya tenga puesta las expectativas en otro lado. En tanto, todavía no está resuelto qué hará para el 17 de Octubre.
Hay muchos en el Frente de Todos que ya no lo tienen en sus análisis, pero el Presidente dio muestras en los últimos días que está lejos de resignarse a un papel secundario en las discusiones clave que el oficialismo tiene por delante. Una muestra lo dio al decidir, sin consultas con sus socios, el recambio de gabinete. En su lógica de equilibrios internos, Fernández consideraba que los tres ministros salientes estaban alineados con él por lo que las tres reemplazantes también debían estarlo. El acto para la jura se realizó en el parque detrás de la Casa Rosada, con un marco colorido del que participaron funcionarios, legisladores, gobernadores y sindicalistas.
Las nuevas ministras llevaron hinchada y el encuentro terminó siendo con más clima que lo previsto. "Con estas tres mujeres que incorporamos al gabinete estamos queriendo empezar una etapa, en el último año de este gobierno, de este ciclo de gobierno, para ponerle toda la fuerza que hace falta. Si hay algo que nos une a ellas es la convicción de que tenemos que estar unidos, aunque intenten separarnos la separación no tiene sentido", recalcó Fernández. También tiró una frase que algunos leyeron como una apuesta a la disputa que se viene acerca de si mantener o no las PASO. "Allí todos hacen falta, nadie sobra. Para ganar, como dice la marcha, debemos estar unidos y las diferencias deberemos saldarlas en unidad y respetándonos", deslizó.
Habitual vocero de las posiciones del kirchnerismo, el ministro bonaerense Andrés "Cuervo" Larroque había cuestionado en la previa no tanto las designaciones de las nuevas funcionarias como que desde el Ejecutivo se destacara que el Presidente las había resuelto en soledad. Sin embargo, Larroque estuvo este jueves en la Casa Rosada sentado en la misma primera fila de asientos junto a los popes cegetistas Héctor Daer y Carlos Acuña de un lado y al saliente ministro de Trabajo Claudio Moroni del otro, en muestra de amplitud frentetodista. También encabezó junto al camionero Pablo Moyano y el secretario de la CTA, Hugo Yasky, la conferencia de prensa en la que anunció una movilización a la Plaza de Mayo para este 17 de octubre, separado del acto que harán Daer y Acuña en Obras Sanitarias. Fernández todavía no definió si concurrirá a alguna o al cabildo abierto que prepara el Movimiento Evita en La Matanza. Por ahora no va a ninguna.
La otra actividad protagónica que realizará el Presidente será el cierre del Coloquio de IDEA en Mar del Plata. Al momento, los funcionarios eran una rara avis en el encuentro. Por ejemplo, el ministro de Economía, Sergio Massa, grabó su mensaje en video debido a que viajó a Estados Unidos. En 2020, el Coloquio se suspendió por pandemia y el año pasado Fernández estuvo, pero se hizo en Buenos Aires. Será entonces su debut en el Sheraton marplatense, tradicional sede del foro empresarial convocado con la particular consigna "Ceder para crecer". "Para ceder, primero debemos crecer", intervino este jueves el secretario de Industria, José de Mendiguren, en diálogo con el portal Letra P. De Mendiguren se movió allí entre conocidos. Que el Presidente finalmente haya accedido a participar es muestra de sus ganas de contarle sus planes a futuro al establishment empresarial en un evento al que históricamente el kirchnerismo siempre le rehuyó.
Aquella referencia a los supuestos deseos de Alberto de "jugar" que hacía el funcionario no quedaba claro en cuanto a si, realmente, todavía mantiene las expectativas de pelear por la reelección o si no quiere permanecer ajeno a las definiciones. "Tal vez armar algo que pueda competir con posibilidades, algo que tenga más que ver con su forma de pensar que con la de Cristina", analizaba un dirigente cercano. Qué sucedió en los últimos tiempos para que la distancia con el kirchnerismo volviera a establecerse. "No sé si hubo algo en especial. Son los mismos rumores que van y que vienen de siempre, que terminan haciéndole recordar los obstáculos que tuvo en su gestión y la poca colaboración que encontró", añadía.
Lo cierto es que el Presidente vuelve a mostrarse activo y con ganas de retornar a los primeros planos en un país intenso como la Argentina en el que un año de gestión puede ser eterno para un "pato rengo", un mandatario sin poder y de salida. En días nomás retomará la agenda internacional, un plano donde le ha ido bastante bien. Tiene una invitación de su amigo el presidente Emmanuel Macron para participar de un foro por la paz en París y luego una cumbre del G20 para alquilar balcones en Indonesia, donde podrían coincidir Joe Biden, Vladimir Putin, Xi Jinping y los jefes de Estado europeos. El centro mismo del poder.