Pensar las desigualdades de género en perspectiva económica

11 de marzo, 2022 | 00.05

La masiva movilización del 8 de marzo convoca a reflexionar sobre las demandas históricas que evidencian profundas desigualdades en todos los ámbitos de la sociedad. En ese marco, analizamos las principales brechas existentes en el acceso al mercado laboral, los ingresos percibidos y el impacto de la política económica.

A dos años de la pandemia, las desigualdades en el mundo del trabajo persisten y dan cuenta de que la recuperación económica (10,3% acumulado en 2021) tiene mayor impacto positivo en los varones que en las mujeres.

¿Qué pasa en el mercado laboral? Para el tercer trimestre del 2021 la tasa de actividad y de empleo de las mujeres es 20 puntos más baja en relación a los varones, en tanto que la tasa de desocupación es 1,3 puntos más elevada. Estos datos se desprenden del informe “El 8M en perspectiva económica: a dos años de pandemia y con la igualdad como meta” del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), y dan cuenta de que la diferencia en la desocupación por géneros se mantiene vigente aunque con una leve reducción ya que se ubicó en 9% para las mujeres, guarismo por debajo de los dos dígitos que venía arrastrando y el más bajo de los últimos cinco años, aunque mayor al de los varones (7,7%).

Un aspecto no mejor es la desocupación en la franja etaria de 14 a 29 años, que encuentra mayores dificultades al momento de ingresar al mercado laboral. Se observa una reducción general de la tasa que además para las mujeres bajó del 23,1% del tercer trimestre del 2020 al 18% en mismo periodo del 2021 (último relevado en EPH-INDEC). Se encuentra aún 1,4% por arriba de los varones jóvenes desocupados.

Otra pregunta clave tiene que ver con la tasa de informalidad. Este sector que venía golpeado por las condiciones macroeconómicas que dejó el gobierno anterior y que debió afrontar luego la crisis de la pandemia también evidencia una recuperación desigual por géneros. Un 36% de las mujeres que trabajan remuneradamente no están registradas. Esto implica que no solo se sostuvo el nivel de informalidad sino que se profundizó el diferencial con los varones, ascendiendo de 1,8 a 5,4 p.p.

¿Hubo recuperación en los ingresos? La respuesta es que las brechas de ingreso se mantuvieron en el periodo analizado ya que los varones percibieron 28,4% más de ingresos personales (laborales y complementarios) y en los ingresos por ocupación principal, la masa salarial de los varones es 25,3% superior. Al desglosar entre sectores registrados y no registrados, en los primeros la brecha fue del 19,6% (similar a los últimos cuatro años) mientras que en asalariados/as informales se profundizó y alcanzó el mayor nivel de los últimos cinco años, 38,2% más para los varones.

Se agrega el interrogante sobre ¿qué es la brecha patrimonial? Un aspecto innovador del estudio del Observatorio de Géneros de CEPA es el análisis de las llamadas brechas patrimoniales y tributarias que dan cuenta de las desigualdades existentes en la titularidad de las propiedades y permiten hablar de una masculinización de la riqueza. Concretamente si se analiza el Impuesto a Bienes Personales que recae sobre el stock de capital acumulado, del total de personas alcanzadas en 2019 el 67,5% son varones y el 32,5% mujeres. Similares datos arroja el estudio de los 10 mil contribuyentes del Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas, donde el 74% fueron varones y el 26% mujeres, es decir, 3 de cada 4 aportantes son hombres. Si se mira el Impuesto a las Ganancias, del total de presentaciones en 2019, apenas un 29,6% pertenece a mujeres.

¿Cuál fue el rol del Estado en estos dos años? Para romper las desigualdades existentes es fundamental la implementación de programas y medidas asociadas a fortalecer las autonomías y cerrar brechas. El estudio de CEPA relevó 29 programas y medidas en el orden nacional con impacto en la autonomía física, brechas de tiempos y cuidados, laborales, habitacionales, de salud. Cabe destacar la incorporación por primera vez a nivel nacional del Presupuesto con Perspectiva de Género (PPG), una herramienta clave de gestión que incorpora la perspectiva de género en todo el proceso presupuestario. En 2021, el gasto de las actividades etiquetadas como PPG representó 17,4% del gasto total de la Administración Pública Nacional y su ejecución fue del 99,8%.

Las mujeres ganan menos, poseen menos riqueza y destinan más porcentaje de sus ingresos al pago de impuestos indirectos por consumo, lo que evidencia la necesidad de políticas que promuevan el acceso al mercado formal y en condiciones igualitarias, en tareas no feminizadas y en puestos de jerarquía, y con un sistema de cuidados que acompañe.