Este miércoles el Senado aprobó por unanimidad una nueva ley de vacunas, que apunta a garantizar un control riguroso por parte del Estado para mantener actualizado el calendario de vacunación y así promover su efectivo cumplimiento. ¿Qué implica esta nueva norma?
La ley, que define la vacunación como “de interés nacional”, establece la gratuidad en el acceso a los servicios de vacunación “con equidad social para todas las etapas de la vida”; la obligatoriedad de aplicarse las vacunas para para todos los habitantes; y la prevalencia de la salud pública por sobre el interés particular.
De esta forma, el Calendario Nacional de Vacunación será requerido a la hora de que los niñas, niños y adolescentes hagan su ingreso y egreso de la escuela o para trámites como la realización de los exámenes médicos por trabajo, la tramitación o renovación del DNI, pasaporte, residencia, certificado prenupcial y licencia de conducir, y la tramitación de asignaciones familiares.
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Además, a partir de esta nueva norma que reemplaza la ley vigente desde la última dictadura, “todas las personas que desarrollen actividades en el campo de la salud que tengan contacto con pacientes” y quienes trabajen en laboratorios tendrán la obligación de tener actualizadas sus vacunas.
Por otra parte, establece que “la constancia de la aplicación de la vacuna, previa autorización del empleador, justifica la inasistencia laboral de la jornada del día de la aplicación” y el empleador tiene prohibido descontar parte del salario o premios por esto.
A su vez, se creará un Registro Nacional de la Población Vacunada Digital con los datos del estado de vacunación de todos los habitantes del país, un Registro Nacional de Vacunadores Eventuales, y la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas (Conaseva).
Esta ley significa un avance en el contexto actual, en el que ciertos sectores conservadores intentan promover la no obligatoriedad de las vacunas usando fundamentos sin bases científicas para justificarlo.