Cuando aún faltaban dos horas para el comienzo del acto que aglutinó a la militancia kirchnerista en el Luna Park, las columnas ya colmaban las calles aledañas al mítico estadio del bajo porteño. Allí, el Frente para la Victoria (FpV) cerró la campaña presidencial de Daniel Scioli, a la espera de que los números le den una buena noticia el próximo domingo.
Unos de los primeros en llegar fue la columna del flamante candidato a intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, que derrotó en las PASO al eterno cacique del Oeste Raúl Othacehé. Sus simpatizantes se acordaron del Vasco, que integra también al FpV pero luego de haber pasado a visitar a sus colegas por el Frente Renovador, coqueteo que le terminó costando caro. "El que no salta, es de Othacehé", cantaban ingresando por la avenida Corrientes.
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En los alrededores del estadio no podía faltar la gastronomía típica de los actos: choripán y gaseosa a 50 pesos. Quien quisiera vestirse para la ocasión podía adquirir una remera estampada con las caras de Perón, Evita, Néstor o Cristina Kirchner por la módica suma de 100 pesos. Por el momento, la cara del gobernador bonaerense no aparece en la indumentaria, aunque sí se la pudo apreciar en algunos bombos dentro del Luna.
Además de Merlo, también se hicieron presentes militantes de Florencio Varela, Ingeniero Budge (Lomas de Zamora) y La Matanza. Precisamente, el actual intendente del populoso distrito del tercer cordón (y futuro ministro si Scioli llega a la Rosada), Fernando Espinoza, fue uno de los presentes, junto con la candidata actual a gobernar ese partido, Verónica Magario.
Los gremios aportaron lo suyo. A Corrientes y Bouchard se acercaron columnas de APLA (aeronáuticos), ATILRA (industria láctea) y también dirigentes sindicales como el de los Canillitas, Omar Plaini, Peones de Taxis (Omar Viviani) y Alimentación (Rodolfo Daer). No podía faltar el titular de la CGT oficialista, el metalúrgico Antonio Caló.
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El acto aglutinó posturas que hasta hace poco parecían irreconciliables. Estuvo Roberto Baradel, el sindicalista docente de SUTEBA que encabezó un extenso paro de maestros a principios de 2014 y viejo némesis del gobernador bonaerense durante sus 8 años de gestión. Poco importaba eso ahora: Baradel es un sciolista más que fue a mostrarle su apoyo al candidato oficialista para suceder a Cristina Kirchner.
Si una de las banderas que enarboló el kirchnerismo a partir de 2010 fue la de la diversidad sexual e igualdad de derechos, eso también se iba a ver reflejado en el encuentro. La militante por los derechos de las minorías sexuales María Rachid fue otra de las asistentes. Rachid le habrá provocado un dolor de cabeza enorme a Jorge Bergoglio cuando logró que se aprobara el proyecto de ley de matrimonio igualitario. Mientras tanto, adentro del escenario colgaba una bandera con el lema "Techo, Trabajo y Tierra", que hace alusión a las famosas "tres T" que tanto menciona Daniel Scioli en sus citas al papa Francisco, casualmente el ex Arzobispo de Buenos Aires.
El ex motonauta ha sido un experto en deglutir contradicciones internas. Que lo diga Julián Domínguez, quien a principio de año lo calificó como "un tibio" al que, como todos, los "vomita Dios", a ser uno de los primeros alineados y asegurarse un puesto como ministro de Industria si el FpV se impone. Situación similar es la de Sergio Urribarri. El incombustible Scioli olvidó rápido y los invitó a pasar sin más requisitos.
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La concurrencia, que colmó el estadio que supo albergar grandes veladas de boxeo, levantaba los ánimos cuando sonaba Damas Gratis o Gilda por los parlantes. No acompañaron tanto cuando apareció Ricardo Montaner en el escenario para cantar algunos de sus temas, en especial "Yo sé", el jingle de la campaña naranja. El nacido en Villa Domínico pero con acento caraqueño pasó casi inadvertido por la multitud.
El deporte también dio el presente. Desde Hugo "Perico" Pérez, Jorge "Acero" Cali hasta el campeón mundial y ex candidato a presidente, Carlos Bilardo fueron a darle su endorsement al ex campeón de off-shore.
Primero Aníbal Fernández, luego Carlos Zannini y finalmente Scioli fueron los oradores. Los momentos de mayor ebullición sucedieron cuando se recordaron a Juan Domingo Perón, Evita, Néstor y Cristina, que incentivó a la muchachada con sus banderas a entonar "con la Jefa los soldados de Perón". Scioli, experto en transmitir imagen de serenidad, aun no logra despertar grandes pasiones. Se verá si alguna vez lo necesitará.
En su discurso el candidato apuntó "a la clase media y la clase trabajadora". Y pasó a lo concreto: para los primeros, aumento del mínimo no imponible de Ganancias con actualización anual; para los segundos, devolución del IVA para quienes cobre jubilación mínima o reciban algún tipo de ayuda social.
Cerca de las 8 los manifestantes ya se estaban desconcentrando, a la espera de lo que ocurra el próximo 25 de octubre. Scioli, el candidato que supo tener el tiempo de su lado para que los astros se terminen alineando a su favor, convirtiendo a viejos rivales en aliados impensados, aguarda que este domingo le digan que ya ha llegado a su hora.