Lo que dejó Alfredo Jaar en su paso por la Argentina

06 de marzo, 2015 | 17.05


Por Sebastián Dunphy
Redacción El Destape

PUNTO CIEGO

En la entrada de la muestra, hacia la derecha, se observa un texto de Andrea Giunta que presenta la obra "Punto Ciego". A modo de introducción, formula una descripción visual intercalada con percepciones sobre su poética y una mirada global de la obra del artista chileno.

Entrando a una sala oscura, en un rincón hay un televisor que emite la imagen de un rincón. La imagen es de proporciones similares a las de la sala, haciendo las veces de pantalla sobre lo que, se intuye, hay exactamente detrás. A diferencia del rincón real, la imagen de la pantalla es del exterior y se ve afectada por la luz natural, lo que hace que la imagen cambie con el transcurso del día y las condiciones climáticas.

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Esta imagen es lo único que provee luz a la sala. Lo que se ve en la pantalla está a tiempo real. Es una filmación en vivo de un rincón de un cubículo que Jaar dispuso en algún lugar del parque, desconocido para los espectadores.

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INTERROGANTES

Uno de los interrogantes que plantea la obra, para mí el más relevante, es el de la dimensión temporal en el proceso de percepción.

La obra vibra en el transcurso de tiempo en el que el espectador toma conciencia de la totalidad del tiempo que acontece en la obra. La duración íntegra de la obra se hace presente en ese momento de conciencia. Ahí su pasado y su porvenir se hacen imagen única.

Logra hacer foco en la cualidad temporal de la apreciación de la imagen mediante el uso alegórico de la luz como paso del tiempo. Presenta un escenario vacío en el que se refleja la luz natural que cambia y varía según los días.

GEOMETRIA DE LA CONCIENCIA

En el año 2010 Jaar instaló en el Museo de la Memoria, en la Plaza de la Memoria de Chile, una obra en homenaje a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.

Una habitación subterránea en penumbras. En la pared frontal se recortan 500 siluetas de rostros humanos, que emanan luz blanca que aumenta y disminuye constantemente. Estas siluetas son de chilenos asesinados por la dictadura en algunos casos y en otros no, como una manera de referirse a la perdida de vida de toda una generación, de todo un país. Y da lugar a la experiencia global de la desaparición y la muerte. Las paredes laterales están completamente espejadas, lo que convierte a esta experiencia en una estructura infinita de la relación entre el recuerdo y la presencia.

Esto es relevante si se quiere encontrar significados en la obra de materiales mínimos que presentó en Argentina. Y es quizá uno de los motivos que defina su nombre: Punto Ciego.

Para hacer un paralelismo entre estas obras es necesario tener en cuenta las diferencias entre las dictaduras de ambos países: Por un lado las listas oficiales con los detenidos y asesinados en los estadios chilenos y por el otro los secuestrado en campos clandestinos y desaparecidos. No son los informes oficiales sino un estado de ausencia lo que dejó la dictadura en Argentina. Esa usencia de la que habla Gerard Wajman, en "El objeto del siglo" que se gesta en el seno del siglo XX. Esa falta de imágenes es lo que motiva al artista chileno a hacer una obra que presenta en una imagen a tiempo real un escenario vacío, donde el único indicio es la luz como síntoma del paso del tiempo.

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EN EL PARQUE DE LA MEMORIA, EN SALA PAyS

La obra sucede en la sala PAyS -Presentes, Ahora y Siempre-. nombre que hace referencia a la arenga popular que recuerda a muertos y desaparecidos. Esto es significativo porque Jaar nos propone en un escenario vacío una política del presente. Una imagen que, pudiendo apreciar su dimensión temporal, su longitud y su integridad, el pasado y el futuro se hacen presente.