La Superintendencia de Servicios de Salud autorizó a las prepagas a elevar los precios de sus servicios en un 9% desde febrero, pese al pedido de las empresas que habían exigido alzas del 14%.
El argumento del Gobierno es compensarlas por las demoras en las subas tarifarias del año pasado, además de amortiguar el efecto de la devaluación sobre los insumos y los equipos médicos.
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El aumento elevará aún más el IPC de febrero, cuando comenzará la nueva estructura tarifaria de luz y gas, que implica escaladas de hasta 500%.
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