Sin duda alguna, la industria fue, y es, uno de las pilares económicos más golpeados por el plan económico del Gobierno: el sector manufacturero sólo trabajó al 56,6% de la capacidad instalada, el nivel más bajo desde julio de 2002, mientras que todas las ramas de la actividad se deterioran. Sin embargo, hay un rubro que ha sido afectado sistemáticamente en los últimos meses: el textil.
El último informe del INDEC marcó que esta actividad cerró un 2018 con una estrepitosa caída interanual del 36,3% en diciembre. En el balance anual, el desplome de la actividad llegó al 10,7%.
Respecto a la Utilización de la Capacidad Instalada (UCI) de las fábricas, el organismo oficial informó que para el sector textil fue del 32,3% en el último mes del año, con una caída respecto de noviembre. En todo 2018, la UCI promedio general para la industria se ubicó 10,6 puntos por debajo del promedio de 2017 y 17,4 puntos por debajo de 2016.
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Esta cifra se ubicó 24,3 puntos por debajo de la UCI promedio de toda la industria en general. Esto se explica en que el Estimador Mensual Industrial textil sólo registró caídas interanuales en todos los meses entre enero y noviembre del año pasado.
Para la Cámara Argentina de la Indumentaria, estas cifras se deben en gran parte a la apertura comercial promovida por Cambiemos. En 2018, las importaciones de ropa sumaron un total de U$S 509,6 millones, cifra que representa un récord histórico para nuestro país (un crecimiento de 9,9% respecto al valor de 2017). Si la medición se realiza en kilogramos de prendas, las importaciones totalizaron 22.917 toneladas, 15,6% más que el año anterior.
En relación a las exportaciones de ropa nacional, durante los 12 meses del año anterior acumularon un total de U$S 21,3 millones, lo que significó una caída de 34,9% respecto al nivel de 2017. Hace 10 años, Argentina exportaba U$S 106 millones de ropa, cinco veces el nivel del año pasado.
Sin embargo, el impacto más grande de la crisis se da en la vida cotidiana. El Destape dialogó con dos trabajadoras textiles para conocer más acerca de la realidad que viven aquellos que sostienen a la industria.
Adriana Aquino vive en Rosario y trabaja en una cooperativa junto con su familia. “Nosotros venimos de hace años en esto y nunca vimos algo así. Es desesperante porque una nunca sabe hasta donde se puede aguantar”.
“Los costos se hacen cada vez más altos y el consumo no repunta. Hace meses que la venimos luchando contra la corriente. Ojalá el Gobierno de una respuesta porque así es muy complciado seguir”, añadió Aquino.
EL CASO DE SPORT TECH
La empresa textil SportTech cerró su planta de Luján y dejó a 62 trabajadores en la calle. Se trata de una empresa tercerizada que fabricaba indumentaria para las marcas Adidas, Nike y Puma, especialmente camisetas de fútbol.
La planta ubicada en la ciudad de Villa Lynch también presentaba graves problemas y sus trabajadores se encuentran en asamblea permanente. En diálogo con este medio, la exsupervisora de la firma Evangelina García, que se desempeñó durante 11 años, contó los detalles de una crisis que ejemplifica el momento que atraviesa el sector.
“Desde octubre, la patronal empezó a pagar en cuotas por la endeble situación económica y nosotros lo entendimos porque es cierto. Nunca habíamos tenido problemas de pago, pero por el Gobierno que tenemos la situación cambió”, explicó García.
A pesar de las días y vueltas para abonar las remuneraciones, el rumbo de la empresa fue de mal en peor. A los empleados no se les pagó diciembre, el retroactivo ni el bono de fin de año.
“La mayoría de nosotros tenemos hijos chicos y estamos en asamblea permanente. Nos vamos turnando para manifestarnos en reclamo a la empresa y para seguir trabajando. Es un esfuerzo muy grande por parte de todos”, expresó García.