Pese a las enormes irregularidades en torno a la creación de la firma low cost FlyBondi, el Gobierno continúa construyendo un aeropuerto comercial clandestino en donde ahora funciona la aerobase de El Palomar.
En la actualidad, dentro del predio funciona la Escuela Técnica número 4 Brigada Aérea de El Palomar, pero no solo eso, sino que también existen 4 polvorines, es decir, depósitos de explosivos militares de la Fuerzas Armadas locales.
Además, según se detectó en la inspección ocular, se relevaron que existen seis colegios en la zona donde el Gobierno piensa construir un aeropuerto comercial que tendrá al menos 20 vuelos diarios.
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¿Cómo surgió la creación del aeropuerto? Por idea de la firma que lo va a explotar: Flybondi, que esta semana pasó un mal rato a bordo de su única aeronave, Nelson, la cual sufrió un serio desperfecto técnico en su vuelo inaugural. En el mes de febrero de 2017, la low cost se presentó con un capital accionario de $100.000, solicitó 123 rutas y pese a no poseer ni un avión en ese entonces recibió un jugoso premio: unas 85 rutas, es decir, el 70% de las solicitadas, siendo la segunda más beneficiada.
Pero eso no es todo, Flybondi fue la única en incorporar como base operacional el aeropuerto de El Palomar, cuando, hasta entonces, a nadie se le había ocurrido montar allí semejante obra.
Es por eso que la jueza federal Martina Forns decidió dictar una medida cautelar que congela las obras hasta que no se realicen todos los estudios pertinentes, entre los que se incluye la investigación respecto al Sitio de la Memoria que funciona allí dentro también.
¿Por qué Flybondi se benefició tanto con tan poco?
La respuesta probablemente la podamos encontrar a través de la composición accionaria de la firma lowcost: su razón social es FB Líneas Aéreas, y según los registros oficiales, su vicepresidente es Richard Gluzman, quien a su vez desempeñó como director de la firma Pegasus, de la que Mario Quintana es socio fundador. Pero esto no es todo, Gluzman también supo compartir con Quintana el directorio en otras empresas, como GSF S.A, Aroma Café S.A y Gustos y Aromas S.A en donde fue su vicepresidente, y viceversa en la compañía Entertaiment Depot S.A (Musimundo)-investigada por emitir facturas truchas- en donde Quintana figura como su segundo, algo que prueba el estrecho vínculo que ambos mantienen.
El otro socio de la low cost es Gastón Parisier, quien comparte el directorio de la compañía Big Box con Lucas Werthein, hombre que supo desempeñar funciones en el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), el organismo que terminó por facilitarle el negocio a la empresa a través de la habilitación clave que le dio el OK final para que la base de El Palomar se transforme en un aeropuerto comercial.