Un insólito suceso ocurrió en Estados Unidos durante el "Estado de la unión" (State of the Unión), el equivalente a la apertura de sesiones ordinarias de la Argentina: durante el discurso del último año de gestión de Donald Trump, el presidente norteamericano subió al estrado, donde lo esperaban el vicepresidente Mike Pence y Nancy Pelosi, la presidenta de cámara de representantes (Diputados), miembro del Partido Demócrata y principal impulsora del impeachment contra el mandatario.
Al entregarle su discurso escrito, la opositora intentó saludarlo cordialmente pero Trump evitó su mano y le dio la espalda. Para colmo, tras el cierre del discurso, la senadora destrozó ante las cámaras la copia textual que le había otorgado.
En un clima de tensión con la oposición, el presidente de Estados Unidos dio anoche el último discurso del Estado de la Unión de su mandato en clave electoral, celebró "la recuperación económica increíble" que vive el país y prometió que "lo mejor está por venir", sin mencionar nunca la definición hoy de su juicio político.
"El nivel de desempleo es el más bajo de los últimos 50 años", celebró el mandatario y agregó que es el menor "de la Historia" para las minorías negra, hispana y asiática. Destacó que su gobierno tiene "una agenda (que) es pro familia, pro trabajadores, pro crecimiento"; que se "está recuperando la capacidad industrial" y que "3,5 millones de personas en edad de trabajar se han unido a la fuerza laboral".
El mandatario le dedicó tiempo también a los temas que más interesan a los estadounidenses, especialmente en un año electoral: educación y salud. Defendió la eliminación del sistema de salud universal aprobado por el gobierno anterior y pidió al Congreso su apoyo para prohibir que los inmigrantes que viven ilegalmente puedan recibir tratamiento gratuito y otra para "prohibir el aborto" en la segunda mitad del embarazo.
"Todos debemos coincidir en que todas las vidas valen", dijo y puso como ejemplo a una mujer que tuvo un beba prematura de 21 semanas y seis meses y que fue una de sus invitadas de la noche.
Además, defendió "el derecho constitucional a rezar en las escuelas públicas" y la Segunda Enmienda de la Constitución que garantiza la compra y tenencia de armas.
Finalmente, calificó de "sin precedentes" su esfuerzo por reforzar la frontera Sur y aseguró que los acuerdos que firmó con México, Honduras, El Salvador y Guatemala redujeron en un 70% las entradas ilegales desde mayo pasado.
Uno de los momentos más tensos del discurso fue cuando equiparó inmigrantes ilegales con inmigrantes que cometieron crímenes y acusó a gobiernos locales opositores, como el de Nueva York o California, de refugiar a violadores y asesinos.