La renuncia de Valentín Díaz Gilligan, el ex subsecretario general de la Presidencia, generó controversia dentro del gobierno de Mauricio Macri. Acostumbrado a defender a funcionarios que se encuentran en problemas, es la primera vez que el oficialismo apoya la salida de un integrante del Gabinete.
Si bien el Gobierno suele defender a funcionarios que se encuentran en situaciones irregulares, como el caso del ministro Jorge Triaca, quien tenía en negro a su empleada y la había designado en un sindicato intervenido, hasta el ministro de Finanzas Luis Caputo, que al asumir no declaró una offshore en su patrimonio.
El periodista Jaime Rosemberg reveló en el diario La Nación las razones que habrían impulsado la salida de Gilligan: "Lo echó el Grupo Clarín" o 'el Grupo Telefónica - que controla el diario El País, de Madrid (medio que publicó la revelación) - se cobró el acuerdo con Telecom' eran dos de los latiguillos que ayer salieron de boca de importantes funcionarios de la Casa Rosada. Frases que solían escucharse en otros tiempos".
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Fue gracias a una investigación del diario El País de España que se descubrió que el integrante de Cambiemos tenía 1.2 millones de dólares Banca Privada d’Andorra (BPA). Ahora, el Gobierno culpa a los medios que más beneficio, con pauta y beneficios regulatorios, por el escándalo que sacudió a su ex funcionario y dejó mal visto a uno de los ministros de primera línea: Luis Caputo.
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