Lula salva a Milei del colapso energético: Argentina importará de electricidad de Brasil

La importación de energía eléctrica brasileña se convierte en un factor fundamental para evitar una crisis mayor.

15 de enero, 2025 | 11.57

El sistema eléctrico empieza a tambalear ante el aumento de las temperaturas. Ante la inminencia de un colapso energético por un consumo histórico de la energía este jueves, el Gobierno recurre a importar electricidad de Brasil, Bolivia y Paraguay para afrontar el aumento de demanda.

En las últimas semanas, cuando el calor comenzó a sentirse con fuerza, el gobierno de Milei intentó poner en marcha el Plan Verano, pero la realidad demostró que la política energética aún está lejos de ser efectiva. 

Este lunes, los números hablaron por sí mismos: el consumo alcanzó los 24.500 megavatios hora (MVh), mientras que la potencia disponible superaba los 29.000 MVh. Sin embargo, lo más preocupante es la cantidad de energía importada. Mientras que países como Chile, Bolivia y Paraguay enviaron pequeñas cantidades de electricidad, Brasil aportó más de 1.760 MVh.

La dependencia de la importación de electricidad aumenta la presión sobre el sistema local, y lo más grave, es que la energía importada suele ser mucho más cara que la que se genera en el país. Esto pone en evidencia la fragilidad del sistema energético argentino y el fracaso de las políticas implementadas hasta ahora.

El salvavidas energético 

La primera ola de calor del verano ha puesto al límite el sistema eléctrico argentino. El Gobierno, a través de la Secretaría de Energía, comenzó la importación de electricidad desde Brasil, Bolivia y Paraguay para cubrir la creciente demanda, que podría superar el récord histórico de 29.653 MW alcanzado en febrero de 2024.

Durante el pico de demanda, Buenos Aires no aportó ni un solo watt al sistema eléctrico. En cambio, la energía provino de las represas de Comahue y Salto Grande. Esto indica que las cuencas acuíferas, que sufrieron por la sequía en los últimos meses, están comenzando a recuperar niveles adecuados de hidraulicidad. En este contexto, tanto Brasil como las represas argentinas están jugando un papel fundamental para mantener el sistema energético a flote.

La situación podría empeorar. Según los pronósticos de Cammesa, el sistema de abastecimiento enfrentará una creciente demanda hasta el 16 de enero, con temperaturas que podrían superar los 40 grados en varias regiones del país. Si la importación de electricidad no es suficiente, los cortes de energía podrían ser inevitables.

Para enfrentar la contingencia, Argentina importó 2.000 MW de energía desde Brasil, representando casi un 10% del consumo diario. La mejora de la situación hídrica en Brasil, gracias a las lluvias, permitió aumentar su producción hidroeléctrica. Además, se sumaron importaciones menores desde Bolivia y Paraguay. Sin embargo, planes como el uso de barcos generadores de energía flotantes fueron descartados por falta de infraestructura.