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El encargado de hacer el anuncio fue el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien sostuvo esta mañana en la puerta de la Casa de Gobierno que "Florencio Randazzo ha desistido de ser precandidato a presidente por el Frente para la Victoria y no ha querido participar como candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires".
En horas de la tarde de ayer había circulado el rumor que decía que el ministro de Interior abandonaría su cargo, golpeado por le decisión de la presidenta. El jefe de prensa del ministerio, Juan Manuel Belén, fue el encargado de anunciar que Randazzo "cumplía con su palabra" y seguirá en su cargo hasta el cambio de mando.
De esta forma, Scioli quedó consagrado como el único candidato del Frente para la Victoria en las PASO nacionales para suceder a Cristina Kirchner.
Los tiempos se aceleraron abruptamente cuando este martes a la tarde, el gobernador bonaerense anunció por C5N que el actual secretario de Legal y Técnica, un hombre muy cercano al apellido Kirchner desde los inicios de ambos en la política, lo secundaría en la fórmula presidencial. La candidatura de Zannini, de ADN K puro, es un mensaje hacia dentro del FPV, porque engloba en una fórmula al peronismo tradicional y a la centroizquierda, y hacia afuera, porque confirma el perfil kirchnerista de Scioli, puesto en duda muchas veces desde los defensores y los críticos del Gobierno. Inclusive, por el propio Randazzo, que se mostraba como la verdadera continuidad del modelo kirchnerista.
Randazzo, que se lanzó en búsqueda de la Casa Rosada hace un año, basó su campaña en lanzar duras críticas al gobernador, a quien acusó más de una vez de no representar fielmente el modelo kirchnerista y ser una especie de "infiltrado" de los poderes económicos en el movimiento popular. Por eso, el rol de Zannini dejó mal parado el eje del discurso randazzista.
Todo se decidió tras las reunión que mantuvieron durante casi dos horas al mediodía la presidenta, Zannini y Randazzo en Olivos. Tras la misma, el ministro de Interior y Transporte se negó a bajar a la provincia de Buenos Aires y, de esta forma, compartir boleta con su archi enemigo en la interna K.