En la Ciudad, la suerte está echada para una sola persona. Es que, ya sea en la primera vuelta del 5 de julio o el 29 durante el balotaje, Mauricio Macri dejará la conducción porteña tras dos mandatos, y eso ya es un hecho."Sueño con que lo que hicimos en la Ciudad podamos hacerlo en el país, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego", destaca hoy, lejos de la melancolía y la nostalgia, mientras recorre el país de punta a punta en busca del caudal de votos suficiente para llegar a la Casa Rosada en octubre próximo. Sin embargo, ¿en qué situación deja el distrito que utiliza como modelo a aplicar en todo el país?
Según los datos oficiales proporcionados por la Auditoría General de la Ciudad, la recaudación aumentó en un 550% desde el desembarco de la gestión PRO, transformándose en una de las capitales latinoamericanas con mayor presupuesto por habitante.
Sus principales fuentes de ingreso se dieron a través de los impuestos y la emisión de deuda. En cuanto a los tributos, los aumentos fueron superlativos: ABL y patentes registraron subas en un 756 y 582%, cifras que se encuentran muy por encima de cualquier índice inflacionario. Por otra parte, en contraposición a la política de desendeudamiento del gobierno nacional, la administración de Macri entendió que para crecer, era necesario salir a buscar financiamiento: durante su administración se adquirieron más de 1500 millones de dólares, triplicando así la deuda pública con la que asumió. El pago de los intereses de la deuda contraída pasó de representar un 1,3% sobre el gasto total del presupuesto de 2007, a casi un 3% para 2015.
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En cuanto a la distribución del gasto presupuestado para este año, las áreas de Educación, Salud y Cultura pasaron a tener una menor participación en relación a lo que percibían en 2007. Durante ese período, la inversión educativa representaba un 27,8% del gasto, mientras que para este año, en caso de ejecutarse toda la partida, será de apenas 20,4%, siete puntos menos. En los casos de Salud y Cultura, percibían un 22,7% y 3,8% respectivamente, mientras que en 2015 estos se ven reducidos: 19,4% para Salud y 2,5% para Cultura.
Otro de los puntos salientes de la conducción macrista son las obras de infraestructura: en el olvido quedaron los 10 kilómetros de subte que había prometido al asumir y tan sólo se lograron inaugurar 9 estaciones, de las cuales cinco ya se encontraban terminadas al llegar al poder. El Metrobus, uno de los logros más destacados de su administración, requirió del doble de presupuesto que las obras de infraestructura escolar en el último período auditado (2013). Para 2015, se advierte que la inversión en obras será de 15,6%, tres puntos por debajo de lo invertido en 2013, lo que representa unos 2500 millones de pesos que no se verán traducidos en obras para los porteños.
Probablemente el área de Vivienda resulte ser la herencia más pesada que deja Mauricio Macri tras ocho años de gestión en la Ciudad: según indican las cifras del último censo realizado en 2010, casi un 12% del total de viviendas necesitan de una solución habitacional, es decir, 132.000 hogares. No obstante, durante el período 2007-2015, la administración PRO tan sólo pudo dar solución a 6.121 casos, según informa el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). La construcción de hogares fue apenas superior a las 3500 unidades para el período, mientras que se otorgaron más de 3.000 créditos hipotecarios, que no resultaron suficientes para cubrir a un 44% de habitantes que al día de hoy no tiene una casa propia.
Lejos de encontrar en la inversión una solución, para este año el presupuesto destinado a inmuebles se ve nuevamente acotado a un 2,4% del total. Es decir, que entre 2011 y 2015 el recorte total ya supera los 3000 millones de pesos. Sí, la Ciudad destina más recursos al pago de los intereses de la deuda que en la construcción de viviendas.