Crisis económica: ¿Una nueva nominalidad para el “carry trade” o renegociación con el FMI?

Sube el dólar, caen las reservas, la economía real está golpeada. ¿Qué hará el Gobierno?

17 de agosto, 2019 | 21.59

La serenidad con que el pueblo argentino concurrió a las urnas y la esperanza que se reflejó en el veredicto electoral contrastaron con la reacción autoritaria del presidente Mauricio Macri culpando al voto popular del desmadre de las variables económicas provocada por su gestión de Gobierno desde el comienzo del mismo. “El pueblo no sabe votar” fue el argumento esgrimido por los golpistas cívico-militares, los perpetradores del fraude “patriótico” y los que avalaron 18 años de proscripción política del peronismo. Recuerdos ominosos si los hay.

Pero centrémonos en lo ocurrido el lunes pos-electoral, cuando el dólar mayorista aumentó un 22,8% respecto del cierre del viernes, alcanzando los $ 55,75, rompiendo largamente el techo de la banda de no intervención de $52 pactado con el FMI. 

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Sin embargo, el Banco Central corrió de atrás la disparada del tipo de cambio quemando u$s 1.267 millones de reservas en dos días y subiendo la tasa de interés de los instrumentos de absorción monetaria (LeLiq) 1.107 puntos básicos respecto del viernes, para situarla en 74.78%. Este esfuerzo costosísimo sirvió para estabilizar al tipo de cambio mayorista en torno a los $57 e intentar convencer a los agentes económicos de que este era el nuevo piso de nominalidad en que se iban a desenvolver algunas variables de la economía.

Este derrotero ocurrió en el marco de las citadas amenazas y posteriores retractaciones del presidente, y la trepada del riesgo país de 900 puntos a casi 2.000, para luego descender a los 1.600 puntos básicos. Lo más notable fue la ausencia del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y del Presidente del BCRA Guido Sandleris explicando el programa financiero, monetario y cambiario con el que el Gobierno se va desenvolver hasta diciembre para llevar tranquilidad a los que toman decisiones sobre la economía. 

Nadie ha dado explicaciones de por qué se abandonaron las metas de no intervención cambiarias pautada con el FMI, cómo impacta en el programa financiero la suspensión de colocación de Letras del Tesoro (LeTes) a marzo próximo, cómo se encuentra el horizonte de cumplimiento de los servicios de deuda pública en el próximo año y medio, ni una proyección de cierre del sector externo y público a diciembre, frente a un salto cambiario de casi el 25%.

Ahora bien, el otro actor responsable de este cuadro de situación es el FMI, que también hasta ahora no se ha pronunciado. La pregunta en torno a cuál será la evaluación del organismo multilateral del programa “stand by” acordado y modificado varias veces con la Argentina, es una incógnita. El FMI ha desembolsado u$s 45.000 millones desde junio pasado con el objetivo de estabilizar la economía y prevenir el default. Nada de eso ocurrió. 

En el curso de 2019, la devaluación mayorista alcanza 49,3%, la inflación se proyecta en el 60% con riesgo en la cadena de abastecimientos y pagos, la economía real presenta números de desplome, la tasa de interés de referencia flota en el 75% y el riesgo país en 1.600 puntos. También el FMI debiera explicar estos números financiados con sus aportes. Además del doble ajuste monetario y fiscal, la única política llevada a cabo fue aceitar la carrera entre la tasa de interés y la tasa de devaluación en favor de la primera y convalidando la toma de ganancias financieras cada tanto con venta de reservas internacionales, lo que forzaba un nuevo salto hacia arriba de ambas variables: tasa de interés/tipo de cambio.

¿Se está entonces ante un nuevo escalón de este sendero que ha permitido una permanente acumulación de renta en bancos y mesadineristas, sin estabilizar la economía y sometiendo a los argentinos a un sacrificio inútil?, ¿o el organismo multilateral exigirá modificaciones al esquema cuando ya se encuentra visiblemente agotado en términos políticos, económicos y sociales? 

Lo más grave sería que el FMI se desentendiera de su responsabilidad por lo ocurrido hasta el presente en la Argentina, repitiendo historias anteriores. El equipo económico debe renegociar con el organismo multilateral y exponer un plan de estabilidad de corto plazo. Es su deber con la Nación.