El ministro de Economía, Axel Kicillof, defendió al déficit fiscal como una herramienta del Estado para dinamizar la economía y generar condiciones de mayor demanda, inversión privada, agregado de valor, empleo y ahorro.
"El Estado tiene un papel central en estimular la economía", afirmó al presentarse ante empresarios en la 62° Convención de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), del que también participará en la tarde la presidenta, Cristina Kirchner. Allí aseguró que "aún no terminó" la crisis financiera internacional que se inició en 2008 con el estallido de las hipotecas en los Estados Unidos, por lo que siguen los efectos sobre la economía real internacional.
Señaló que los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) están detectando hoy que a pesar de que el dinero es barato en el mundo por tasas de interés "muy bajas", la economía global no se reactiva porque falta inversión privada debido a un "clima de negocios sombrío y expectativas negativas".
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
"No es la cuestión de generar ahorros, fondos disponibles, lo que va a poner en movimiento la maquinaria económica. No es así: lo que empuja es la inversión. Este el mensaje central de (John Maynard) Keynes", resaltó el funcionario antes los empresarios. Y en ese sentido, destacó que las ideas de Keynes son las que dieron lugar al New Deal, en el que "el Estado se puso al servicio de la generación de demanda, porque por más que haya ahorro y bajas tasas de interés, no habrá inversión dado que el sector privado sufre la falta de confianza y expectativas".
Con eso, Kicillof consideró que las recetas que se aplicaron para sacar al mundo de la crisis de 2008 "fracasaron" y recién ahora, después de la última cumbre del G20 este mes, se están por impulsar políticas para generar demandas. "Keynes dice que los Estados deben entrar en déficit fiscal con el objetivo de generar demanda, movilizar los recursos, pero no quedarse permanentemente en esa situación", aseveró el ministro de Economía.
Por ello, ponderó "los grandes proyecto de infraestructura impulsados por el Estado, que generan demanda agregada porque eso atrae a la inversión privada y generan ahorro", en línea con lo que el G20 hoy evalúa aplicar a través de "medidas concretas de estímulo a la demanda agregada". "Se está hablando de los grandes proyectos de infraestructura. Es un punto de inflexión. No es sólo la política monetaria lo que va a sacar al mundo de la recesión sino el Estado en la generación de inversiones", afirmó.
El funcionario compartió "noticias frescas" de lo que está ocurriendo en otras parte del mundo, con lo que él pudo presenciar en la cumbre del G20 en Brisbane, Australia, a mediados de mes, como representante de la Argentina. Dijo que tuvo la oportunidad de ver televisión australiana en la habitación del hotel donde se alojó y destacó que en todos los noticieros nacionales de todos los canales había una sección de internacionales.
"Eso marca la diferencia de cómo nos informamos los argentinos. Los australianos tienen como central para analizar lo que les pasa ellos, lo que ocurre en el concierto de los países, En cambio acá, sólo se remite a cuestiones internas sin precisar lo que sucede afuera", dijo.
La economía planetaria está transcurriendo por una crisis económica que es la primera en importancia para algunos y la segunda para otros en toda la historia del capitalismo, por eso se habló de esto en el G20, explicó el funcionario en su discurso. La crisis se inició claramente en 2008 y en la del 30, la llamada gran depresión, también hubo un inicio en el sector financiero, aquel jueves negro en el que hubo una bolsa monumental en la Bolsa de Nueva York, recordó. Señaló que al igual que lo que ocurrió en el 30, la crisis actual comenzó en el sector financiero: "la caída de Lehman Brothers inició un proceso que tuvo una evolución que todavía hoy no se termina".
En el G20 se analizó algo que se llama "estancamiento secular" de la economía internacional, por eso en el Fondo Monetario Internacional llaman a este proceso "nueva mediocridad". "Toda esa crisis de hipotecas y el desplome de Lehman Brothers, que estaba apestado de activos tóxicos, se sigue hablando en el mundo, a pesar de que en la Argentina ya nos hayamos olvidado de eso", se quejó el funcionario. Y agregó: "La crisis todavía hoy sigue en curso a punto tal que todos los días se revisan las estimaciones de crecimiento mundial para 2014 y el Fondo Monetario ya prácticamente restó un punto".