Las fuerzas israelíes siguieron avanzando en el barrio de Shejaia, en el norte de Gaza, y también se adentraron en las zonas occidental y central de Rafah, en el sur, matando al menos a seis palestinos y destruyendo varias viviendas, según residentes.
Los tanques israelíes, que volvieron a entrar en Shejaia hace cuatro días, dispararon proyectiles contra varias casas, dejando a las familias atrapadas en su interior y sin poder salir, dijeron los residentes.
Al comienzo de la reunión semanal del gabinete celebrada el domingo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró su postura de que no había sustituto para lograr la victoria en la guerra contra Hamás.
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"Nuestras fuerzas están operando en Rafah, Shejaia, en todas partes de la Franja de Gaza. Decenas de terroristas están siendo eliminados cada día. Se trata de una lucha difícil que se libra sobre el terreno, a veces en combate cuerpo a cuerpo, y también bajo tierra", declaró Netanyahu.
"Estamos comprometidos a luchar hasta lograr todos nuestros objetivos: Eliminar a Hamás, devolver a todos nuestros rehenes, garantizar que Gaza nunca vuelva a constituir una amenaza para Israel y devolver a nuestros residentes seguros a sus hogares en el sur y el norte", añadió.
El ejército israelí dijo que las fuerzas que operaban en Shejaia habían matado el día anterior a varios hombres armados palestinos. Las fuerzas israelíes localizaron infraestructura militar dentro de una escuela de las Naciones Unidas y descubrieron docenas de armas y "valiosos documentos de inteligencia", dijeron también los militares.
El sábado, el ejército anunció la muerte de dos soldados israelíes en el norte de Gaza.
En otra incursión en Shejaia, las fuerzas localizaron una "sala de guerra terrorista" en una clínica, dijeron los militares, que volvieron a acusar a Hamás de "incrustarse en estructuras civiles con fines terroristas".
Hamás niega que utilice emplazamientos civiles, como escuelas y hospitales, con fines militares.
El brazo armado de Hamás y la aliada Yihad Islámica informaron de intensos combates tanto en Shejaia como en Rafah, afirmando que sus combatientes habían disparado cohetes antitanque y bombas de mortero contra las fuerzas israelíes que operaban allí.
Tras más de ocho meses de guerra aérea y terrestre israelí en Gaza, los militantes siguen atacando a las fuerzas israelíes en zonas que, según el ejército israelí, controlan desde hace meses.
Los esfuerzos de los mediadores árabes, respaldados por Estados Unidos, no han conseguido hasta ahora un alto el fuego. Hamás afirma que cualquier acuerdo debe poner fin a la guerra y suponer la retirada total de Israel de Gaza. Israel afirma que sólo aceptará pausas temporales en los combates hasta que Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, sea erradicada.
En Rafah, cerca de la frontera con Egipto, los tanques israelíes se adentraron en varios distritos del este, oeste y centro de la ciudad, y los médicos dijeron que seis personas habían muerto en un ataque israelí contra una casa en Shaboura, en el corazón de la ciudad.
Los seis cadáveres de la familia Zurub fueron trasladados al hospital Nasser de la cercana ciudad de Jan Yunis. El domingo, decenas de familiares presentaron sus respetos ante los cuerpos, que estaban envueltos en sudarios blancos, y luego los llevaron en brazos a tumbas preparadas.
Los residentes dijeron que el ejército israelí había incendiado la mezquita de Al-Awda, en el centro de Rafah, una de las más conocidas de la ciudad.
Israel ha afirmado que sus operaciones militares en Rafah tienen como objetivo erradicar los últimos batallones armados de Hamás.
El ejército israelí dijo el domingo que sus fuerzas continuaban con las operaciones "selectivas y basadas en inteligencia" en Rafah, matando a varios hombres armados en diferentes encuentros y desmantelando túneles.
El Ministerio de Salud de Gaza afirmó en un comunicado el domingo que la escasez de combustible provocaría el cierre de todos los hospitales, centros sanitarios y generadores de oxígeno que quedan en el enclave si no llegaba más combustible en las próximas 48 horas.
La última guerra estalló cuando militantes dirigidos por Hamás irrumpieron en el sur de Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas y capturando a más de 250 rehenes, según los recuentos israelíes.
La ofensiva de represalia israelí ha matado hasta ahora a casi 38.000 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza, y ha dejado en ruinas el enclave costero, densamente edificado.
El ministerio no distingue entre combatientes y no combatientes, pero los funcionarios afirman que la mayoría de los muertos son civiles. Más de 300 soldados israelíes han muerto en Gaza e Israel afirma que al menos un tercio de los muertos palestinos son combatientes.
(Reporte y Escrito por Nidal al-Mughrabi en El Cairo. Reporte adicional de Ari Rabinovitch en Jerusalén, Editado en Español por Manuel Farías)