La Corte Suprema de Israel comenzó hoy a estudiar los recursos presentados contra la reforma judicial, un controvertido proyecto del Gobierno de Benjamin Netanyahu que ha originado gigantescas protestas ciudadanas a lo largo de todo el año.
Los 15 jueces del máximo tribunal mantenían esta tarde una reunión extraordinaria para examinar argumentos en contra del primer artículo del proyecto legislativo adoptado en julio pasado por el Parlamento (Kneset).
Esta disposición restringe los poderes de la Corte Suprema para que se pronuncie sobre la "razonabilidad" de las decisiones del Gobierno y del Parlamento, en otras palabras, para invalidar una ley o una decisión gubernamental.
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Unos minutos antes de la audiencia, frente a la Corte Suprema, manifestantes se concentraron ondeando banderas israelíes y haciendo sonar sus instrumentos de percusión, al igual que ayer.
La presidenta de la Corte Suprema, Esther Hayut, declaró que se escucharían ocho apelaciones contra la doctrina de la "razonabilidad", informó la agencia de noticias AFP.
Por su parte, Simcha Rothman, el diputado que inició la enmienda, dijo que "poco a poco, a fuerza de complicados procedimientos legales, la Corte se está otorgando poderes sin precedentes".
De acuerdo con Rothman, no hay "razón" para que este organismo intervenga en el funcionamiento del gobierno.
El anuncio de la controvertida norma desencadenó una de las oleadas de protesta más importantes en la historia del Estado hebreo desde su fundación, en 1948.
Yair Lapid, el líder de la oposición, consideró en Facebook que la enmienda votada por el Parlamento en julio era "irresponsable".
Según el Gobierno de coalición, que combina partidos de derecha, de extrema derecha y formaciones judías ultraortodoxas, esta reforma tiene como objetivo corregir un desequilibrio existente, fortaleciendo el poder de los funcionarios electos sobre el de los magistrados.
Con información de Télam