Red de monitoreo denuncia uso "extensivo" de bombas de racimo en Ucrania

25 de agosto, 2022 | 12.10

Un grupo de organizaciones que monitorea el uso de bombas de racimo -prohibidas por una convención internacional- denunció hoy el uso reiterado de este tipo de armamento por parte de las fuerzas rusas y ucranianas, causando "daños predecibles y duraderos a cientos de civiles", señaló hoy Human Rights Watch (HRW) al publicar la edición 2022 de un informe de 100 páginas.

La Coalición Contra las Municiones en Racimo (CMC) es una red de organizaciones de la sociedad civil, incluidas ONGs, grupos religiosos y profesionales, que señala en su informe anual presentado hoy por HRW que, desde la invasión rusa en Ucrania iniciada el 24 de febrero, se documentaron, reportaron o denunciaron "cientos de ataques rusos con bombas de racimo". 

Las fuerzas ucranianas también usaron municiones de racimo varias veces, según el informe, señaló la agencia de noticias AFP.

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Ucrania es el único país del mundo en el que actualmente se utilizan este tipo de municiones, señaló HRW que ha documentado, denunciado o alegado cientos de ataques en al menos 10 de las 24 regiones de Ucrania.

Los datos preliminares muestran al menos 689 víctimas civiles de ataques con estas armas en la ex república soviética entre febrero y julio de 2022.

"El sufrimiento inmediato y a largo plazo que las municiones en racimo causan a los civiles hace que su uso hoy en día en Ucrania sea inconcebible, así como absolutamente ilegal", dijo Mary Wareham, directora de incidencia de la división de armas de Human Rights Watch y editora del Monitor de Municiones en Racimo 2021.

"Todos los países deberían condenar el uso de estas armas bajo cualquier circunstancia".

Una bomba de racimo o de fragmentación es un proyectil de caída libre o dirigida que puede lanzarse desde tierra, mar o aire y que contiene un dispositivo que libera un gran número de otras pequeñas bombas al abrirse.

Pueden lanzarse mediante sistemas de artillería, cohetes y proyectiles, o arrojarse desde aviones. Muchas no explotan con el primer impacto, y dejan así peligrosas municiones sin estallar, similares a minas terrestres, que durante años pueden causar muertes y mutilaciones indiscriminadas, hasta que son retiradas y destruidas.

La Convención sobre Municiones en Racimo de 2008, ratificada por 110 países y firmada por otros 13, prohíbe completamente estas armas.

Desde la adopción de la Convención, el 30 de mayo de 2008, no hubo informes confirmados ni denuncias de nuevos usos, producción o transferencias de estas municiones por parte de ningún Estado Parte.

El Monitor de Municiones en Racimo 2022 hace un seguimiento de los esfuerzos para erradicar estas armas por parte de todos los países, independientemente de que se hayan adherido al tratado.

Con información de Télam