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El Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Respuesta Rápida (RSF), enfrascados en feroces enfrentamientos tras el golpe de Estado, acordaron hoy tras "intensas" negociaciones mediadas por Estados Unidos un alto del fuego de 72 horas a partir de esta medianoche, informó el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.
"Durante este período, Estados Unidos insta a las Fuerzas de Respuesta Rápida y las Fuerzas Armadas de Sudán a que respeten el alto del fuego de inmediato y en su totalidad", indicó en un breve comunicado publicado en el Departamento de Estado.
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Blinken precisó que su país "se coordinará con socios regionales e internacionales, así como las partes interesadas civiles para ayudar en la creación de un comité" que se encargue de supervisar el "cese permanente de hostilidades" y la asistencia humanitaria".
El acuerdo fue posteriormente confirmado por las paramilitares RSF, que en su perfil oficial de Twitter afirmaron su "plena disposición para cooperar, coordinar y brindar todas las facilidades que permitan a los expatriados y las misiones diplomáticas salir del país de forma segura".
"Afirmamos nuestro compromiso durante el período del armisticio declarado y advertimos contra las continuas violaciones de la segunda parte (el Ejército de Sudán) en el incumplimiento del mismo", agregaron en otro comunicado difundido por la agencia de noticias Europa Press.
Esto se produce poco después de que el Ejército sudanés informara que el asistente del agregado militar egipcio en Jartum murió "por las balas de las milicias rebeldes", una información que sin embargo fue negada por las autoridades de Egipto.
"El embajador egipcio en Jartum, Hany Salá, confirma que todos los miembros de la misión diplomática egipcia están a salvo, incluidos los que trabajan en la oficina de defensa", refirió en un comunicado la Embajada.
Las Fuerzas Armadas de Sudán también acusaron a las RSF de apuntar a los ciudadanos, destruir sus casas y entablar grandes batallas en barrios residenciales, utilizando a los civiles como escudos".
Las hostilidades estallaron en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, quien es además vicepresidente del Consejo Soberano de Transición en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición.
Más tarde, Estados Unidos advirtió que el grupo mercenario ruso Wagner corre el riesgo de agravar el conflicto en Sudán y despachó barcos para ayudar a sus ciudadanos que intentan abandonar el convulsionado país.
"Tenemos una gran preocupación por la participación del grupo de Prighozin, el grupo Wagner, en Sudán", dijo Blinken en rueda de prensa, refiriéndose al fundador del grupo mercenario vinculado al Kremlin, Yevgueni Prigozhin.
Añadió que la presencia del grupo Wagner, que ha estado activo en Malí, la República Centroafricana y la invasión rusa de Ucrania, "trae consigo más muerte y destrucción".
Entretanto, extranjeros continuaron saliendo hoy de Sudán en medio de combates que ya dejaron cientos de muertos, y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, dijo que el conflicto amenaza propagarse por el noreste de África.
"La violencia debe parar. Se corre el riesgo de una conflagración catastrófica dentro de Sudán que podría envolver a toda la región y más allá", enfatizó Guterres en una intervención ante el Consejo de Seguridad, el máximo órgano de la ONU, en Nueva York.
La violencia del país africano, de unos 45 millones de habitantes, se desató el 15 de abril, y es parte de una lucha de poder entre el jefe del Ejército, el general Abdel Fatah al-Burhan, y el jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido, general Mohamed Hamdan Daglo.
Según la ONU, más de 420 personas murieron y más de 3.700 resultaron heridos en los combates, que afectan sobre todo a Jartum, la capital, la vecina ciudad de Omdurmán, y la occidental región de Darfur.
El Programa Mundial de Alimentos advirtió que millones de personas más podrían sufrir hambre debido a la violencia, en el tercer país más grande de África, donde en tiempos normales un tercio de la población necesita ayuda humanitaria.
China, importante socio comercial de Sudán, retiró a un primer contingente y varias capitales árabes también evacuaron a cientos de sus nacionales.
Con información de Télam