Estados Unidos y Colombia acabaron de limar las asperezas que llevaron a un fuerte enfrentamiento entre los mandatarios Donald Trump y Gustavo Petro el domingo por la tarde noche. Aunque el conflicto de fondo -el respeto exigido por Colombia para el trato digno de las personas deportadas fue solucionado rápidamente- había quedado pendiente la reapertura del consulado estadounidense y la reimposición de la entrega de visas para las y los colombianos que requirieran de ese trámite, que Trump echó por tierra en medio de la disputa, con el fin de llevar adelante la idea de "la mayor deportación de la historia".
El Ministerio de Relaciones exteriores sudamericano dio a conocer el restablecimiento de ambos este jueves por la tarde y en un comunicado expresaron su "satisfacción" por la decisión de Estados Unidos y aclararon que el Consulado de Bogotá y el otorgamiento de visas estará disponible desde este viernes 31 de enero.
"Destacamos el trabajo mutuo por el mantenimiento de los canales diplomáticos de interlocución entre dos Estados que son socios estratégicos en el hemisferio", dijeron y, a continuación, destacaron que "la garantía de derechos, le interés nacional y la dignidad" de sus conciudadanos seguirá siendo una de sus prioridades. "La atención de las necesidades de nuestros connacionales dentro y fuera del país es una de las prioridades de este gobierno", señalaron.
¿Qué pasó?
Trump amenazó y cumplió: envió militares a la frontera, habilitó detenciones en escuelas, iglesias y refugios para migrantes y comenzó con las deportaciones masivas. Sin embargo, no todos los países aceptaron las condiciones en las que las personas eran deportadas. El primero fue Brasil, que denunció que sus connacionales fueron enviados en un avión en malas condiciones y con las personas esposadas de pies y manos, a quienes maltrataban.
En el caso de Colombia, Petro rechazó el ingreso de aviones militares con colombianos y colombianas en las mismas condiciones degradantes y Trump respondió con la imposición del 25% de aranceles a los productos colombianos. Petro le respondió con la misma moneda -aumento del 25% de los aranceles a los productos estadounidenses- y con una carta que se viralizó, que comienza así: "Trump, a mi no me gusta mucho viajar a los Estados Unidos, es un poco aburridor".
La diplomacia entre ambos se activó y a las horas el conflicto ya había sido superado y Colombia comenzó a recibir a sus ciudadanos y ciudadanas llegados en aviones puestos por el propio país.