El primer ministro de Somalia, Hamza Abdi Barre, hizo hoy un llamado a la unidad y afirmó que el Gobierno asumirá sus responsabilidades tras el violento ataque del viernes del grupo islamista radical Al Shabaab a un hotel de la capital Mogadiscio, que se saldó con 21 muertos.
"Habrá responsabilidades dentro del Gobierno, nadie dentro del Gobierno escapará a (su) responsabilidad. Cualquier persona que descuidó la responsabilidad que se le confió tendrá que rendir cuentas", declaró el premier, tras visitar a los heridos del asalto.
"Aquí solo hay una opción: o permitimos a los shabab -los niños del infierno- vivir o vivimos nosotros. No podemos vivir juntos", aseguró, informó la agencia de noticias AFP.
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"Si su objetivo es disuadir el valor del pueblo somalí que decidió combatirlos, eso nunca pasará y la lucha entre ellos ya empezó en varios lugares", declaró.
El mandatario también llamó al pueblo somalí "a unirse para luchar contra el enemigo".
Ayer, el Ministerio de Salud precisó que el ataque había durado 30 horas y que, hasta el sábado por la tarde, el saldo era de 21 muertos y 117 heridos.
El comisario de policía Abdi Hassan Mohamed Hijar, por su parte, detalló que "106 personas, entre ellas mujeres y niños", habían sido salvadas por las fuerzas de seguridad.
No obstante, los socorristas aún buscaban el domingo eventuales sobrevivientes entre los escombros y los expertos trataban de detectar si aún quedaban explosivos.
Los yihadistas de Al Shabaab, un grupo vinculado a Al Qaeda, irrumpieron el viernes por la noche entre disparos y explosiones en el popular hotel Hayat de Mogadiscio, frecuentado habitualmente por miembros del Gobierno y el Ejército, y se atrincheraron en el cuarto piso.
Se trata del principal ataque en Mogadiscio desde la elección en mayo del nuevo presidente del país, Hassan Sheikh Mohamud.
Según el grupo islamista, que desde hace 15 años lucha contra el Gobierno de este país del Cuerno de África, el ataque había dejado 40 muertos y 70 heridos.
Los shabab fueron expulsados de las principales ciudades del país, incluida Mogadiscio en 2011, pero siguen habitando amplias zonas rurales.
Uno de los fundadores y antiguo comandante del movimiento, que hoy es ministro de Asuntos Religiosos, Muktar Robow, conocido como Abu Mansur, condenó el ataque y pidió a los combatientes abandonar el grupo.
"Los que les envían a hacer esto, conozco a muchos de ellos y tienen a sus hijos en la Universidad de Mogadiscio y no los enviarían a hacer este trabajo. Así que les pido que tengan cuidado, que se arrepientan, que lo dejen y que vuelvan a su sociedad porque aún hay posibilidades", expresó.
Tanto Naciones Unidas como los aliados de Somalia, como Estados Unidos, el Reino Unido y Turquía, condenaron el atentado.
La delegación de la Unión Europea en ese país, por su parte, reafirmó su apoyo al gobierno "en su objetivo de mantener la paz y la estabilidad".
El ataque "se produjo en un momento crítico" para el recién nombrado gobierno federal y "tiene el claro objetivo" de "aumentar la presión sobre una situación ya tensa" tras las elecciones, añadieron los servicios del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en un comunicado.
Con información de Télam