La antigua capital imperial de la Rusia zarista está preparada para acoger la boda de un descendiente de la familia real rusa en el primer evento de este tipo en más de un siglo.
El gran duque Jorge Mijáilovich Románov se casará el viernes con su prometida italiana Victoria Romanovna Bettarini en la catedral de San Isaac de San Petersburgo, en una elaborada ceremonia religiosa a la que asistirán cientos de invitados extranjeros.
El último zar de Rusia, Nicolás II, su esposa y sus cinco hijos fueron asesinados por un pelotón de fusilamiento revolucionario en julio de 1918 en el sótano de la casa de un comerciante en Ekaterimburgo, una ciudad a 1.450 km al este de Moscú.
"Este fue el primer lugar de Rusia al que regresamos", dijo George Mikhailovich, de 40 años, al portal web de noticias Fontanka.ru sobre la elección de San Petersburgo para su boda.
"Es un lugar muy, muy cercano a la familia".
Jorge Mijáilovich nació en España, hijo de la gran duquesa María Vladimirovna de Rusia —la autoproclamada heredera del trono imperial ruso— y de su marido, el gran duque Mijail Pávlovich de Rusia. Vivió en Francia y España la mayor parte de su vida.
Su bisabuelo, el gran duque Cirilo Vladimirovich, consiguió escapar de la violencia bolchevique hacia Finlandia durante la revolución de 1917. Posteriormente, él y su familia se trasladaron a Europa Occidental.
Jorge Mijáilovich visitó Rusia por primera vez en 1992, y ahora vive en Moscú, donde trabaja en varios proyectos de caridad.
Bettarini, de 39 años, se convirtió a la fe ortodoxa rusa el año pasado y adoptó el nombre de Victoria Romanovna.
La dinastía Románov gobernó Rusia durante 300 años antes de que Nicolás II abdicara en 1917, poniendo a Rusia en camino hacia la Revolución Bolchevique, la guerra civil y 70 años de gobierno comunista.
La Iglesia Ortodoxa rusa canonizó en el año 2000 a Nicolás II, al que las autoridades soviéticas presentaran como un líder débil.