Moscú le baja el tono a los riesgos de su prueba de ayer y EEUU renueva las críticas

16 de noviembre, 2021 | 19.27

Rusia admitió hoy haber destruido uno de sus satélites durante una prueba de un misil espacial, pero rechazó la acusación de Estados Unidos de haber puesto en peligro a la tripulación de la Estación Espacial Internacional, mientras Washington renovó sus cuestionamientos y la OTAN advirtió sobre la maniobra.

Si ya ayer Estados Unidos había criticado el accionar "peligroso e irresponsable" de Rusia, hoy redobló sus quejas al evaluar que el lanzamiento de Moscú muestra "el total desprecio por la seguridad, la estabilidad y la sostenibilidad a largo plazo del espacio para todas las naciones”.

El subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Andrew Bates, pidió en una conferencia de prensa que la comunidad internacional se abstenga de realizar pruebas tan "peligrosas e irresponsables" como las que habría llevado a cabo Rusia.

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"Esta acción demuestra el total desprecio de Rusia por la seguridad, la estabilidad y la sostenibilidad a largo plazo del espacio para todas las naciones. Estos escombros continuarán representando una amenaza directa para las actividades en el espacio exterior durante años", alertó Bates.

El funcionario hizo un llamado a “las naciones espaciales responsables” para trabajar en pos de “normas de comportamiento responsable” y para que se abstengan de hacer “pruebas peligrosas e irresponsables como las llevadas a cabo por Rusia".

Washington dijo que el acto de Moscú creó una nube de escombros y obligó a la tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) a tomar una acción evasiva.

Rusia, en tanto, confirmó que su cartera de Defensa “realizó con éxito una prueba, como resultado de la cual el aparato espacial 'Tselina-D', que ha estado en órbita desde 1982, fue destruido", y su titular, Serguéi Shoigú, declaró luego que “los fragmentos que se formaron no suponen ninguna amenaza para la actividad espacial".

A las quejas se sumó hoy el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien describió a la prueba como un acto "imprudente" y "preocupante", en un encuentro con ministros de defensa de la Unión Europea.

Francia atacó en esa reunión a los "saqueadores del espacio" que generan "desechos que contaminan y ponen en peligro a nuestros astronautas y satélites", y Alemania se declaró "muy preocupada" y pidió medidas urgentes para "reforzar la seguridad y la confianza".

Ajena a los cuestionamientos, el Ejército ruso dijo que estaba llevando a cabo actividades planificadas para reforzar sus capacidades de defensa, pero ratificó que la prueba no fue peligrosa.

"Estados Unidos sabe con certeza que los fragmentos resultantes no supusieron ni supondrán una amenaza para las estaciones orbitales, las naves espaciales y las actividades espaciales", apuntó.

"Declarar que la Federación de Rusia creó riesgos para la explotación con fines civiles del espacio es, por lo menos, hipócrita", dijo el ministro Lavrov.

La Cancillería rusa afirmó en un comunicado que la prueba fue en "estricta conformidad con el derecho internacional" y que "no iba dirigida contra nadie".

La NASA indicó que la tripulación a bordo del ISS -actualmente cuatro estadounidenses, un alemán y dos rusos- tuvo que refugiarse en sus naves de regreso.

Y la agencia espacial rusa Roscosmos señaló que su "sistema automatizado de alerta de situaciones peligrosas" seguía "vigilando la situación para prevenir y contrarrestar todas las posibles amenazas a la seguridad de la Estación Espacial Internacional y su tripulación", reportó la agencia AFP.

"Para nosotros, la principal prioridad ha sido y sigue siendo garantizar la seguridad incondicional de la tripulación", dijo Roscosmos en un comunicado.

El director de la agencia, Dmitri Rogozin, reveló que mantuvo una conversación telefónica "detallada" con el jefe de la NASA, Bill Nelson, y que, “en resumen, se está garantizando la seguridad de las tripulaciones en la ISS”.

El incidente amaga con reavivar el debate sobre la chance de que el espacio se convierta en un campo de batalla entre las grandes potencias, ávidas de experimentar nuevas tecnologías militares.

Hasta ahora, Moscú solía quejarse de los intentos de militarizar el espacio, a donde solo Estados Unidos, China e India habían efectuado pruebas de misiles contra satélites.

Las armas antisatélite (ASAT) son misiles de alta tecnología que sólo poseen unos pocos países.

India fue la última en realizar una prueba contra un objetivo en 2019, un incidente criticado por Estados Unidos y otros países.

Estados Unidos derribó un satélite en 2008 en respuesta a un derribo similar en 2007 por parte de China.

A pesar de la tensión, Estados Unidos y Rusia mantuvieron fuertes lazos espaciales desde el final de la Guerra Fría, cooperando estrechamente en la ISS, que construyeron juntos.

Con información de Télam