Desarrollar una vacuna no es un trabajo sencillo. Se siguen varias etapas, la primera es en el laboratorio para luego pasar a pruebas con animales y, si se demuestra que es segura y puede generar una respuesta inmune, ensayar en humanos. Al principio, es con un número reducido de participantes sanos y luego con grupos más grande, con un control para medir su seguridad y efectividad. Tener una puede llevar meses, años o décadas pero, ante el coronavirus, se están haciendo trabajos a contrarreloj para tenerla lo antes posible y hay seis que ya están bastante avanzadas. Se espera que alguna esté disponible de 12 a 16 meses.
Según recopiló BBC Mundo en base a las opiniones de analistas, la primera vacuna a prueba es la mRNA-1273 - Moderna Therapeutics, en Estados Unidos. La empresa se llama Moderna, está en Massachusetts, y es una de las farmacéuticas que están probando nuevas estrategias de investigación contra el COVID-19. Se explicó que el objetivo es "entrenar" el sistema inmune para generar una respuesta que combata el virus y evite la enfermedad.
Los ensayos son financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, pero no está producida con el virus que causa el COVID-19 sino que está basada en un ARN mensajero o ácido ribonucleico mensajero. Por eso, es necesario inyectarle una parte del código genético del nuevo coronavirus, creado en laboratorio.
La otra también se está desarrollando en Estados Unidos y es la INO-4800 - Inovio Pharmaceuticals. En este caso, la empresa de biotecnología está en Pensilvania y sus ensayos se centran en la inyección directa de ADN mediante un una pequeña estructura genética para que las células del paciente produzcan los anticuerpos para combatir la infección, explicó ese medio. Ambas compañías usan tecnologías nuevas que buscan modificar o manipular material genético.
De todos modos, hasta ahora no se produjo un fármaco o terapia aprobada para uso humano, según le explicó a BBC Mundo el doctor Felipe Tapia, del Grupo de Ingeniería de Bioprocesos del Instituto Max Planck de Magdeburgo, Alemania.
En China, con métodos más tradicionales, hay tres vacunas con ensayos en humanos. La primera es la AD5-nCoV - CanSino Biologics, experimento producido en colaboración con el Instituto de Biotecnología, mientras que la Academia de Ciencias Médicas Militares de China, inició el suyo.
Aquí se utiliza como vector una versión no replicante de un adenovirus, el virus que causa el resfriado común. Éste transporta el gen de la proteína S de la superficie del coronavius y con ella se busca provocar una respuesta inmune.
Además, se está probando en humanos la vacuna LV-SMENP-DC del Instituto Médico Genoinmune de Shenzhen. La misma está centrada en el uso de células dendríticas modificadas con vectores lentivirales.
La tercera es una vacuna de virus inactivado del Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, subordinado al Grupo Farmacéutico Nacional de China, Sinopharm. Ésta requiere producir partículas de virus en reactores y después purificar esos virus para que pierdan su capacidad de enfermar.
"Esta es la tecnología más común y la plataforma de producción más experimentada en producción de vacunas", explicó Felipe Tapia del Instituto Max Planck y agregó que "es una tecnología que tiene productos que ya están licenciados y comercializados". Y finalizó: "Por lo tanto la mayoría de las estimaciones que se dan de que una vacuna (para covid-19) va a estar lista en entre 12 y 16 meses están basadas en este tipo de vacunas inactivadas principalmente".