Túnez anunció hoy que llamaba a consultas a su embajador en Marruecos, en respuesta al mismo gesto adoptado por Rabat tras el recibimiento en la capital tunecina del jefe del Frente Polisario, el movimiento independentista saharaui.
Brahim Ghali, líder del Polisario -que aboga por la independencia del Sáhara Occidental, controlado en su mayoría por Marruecos- fue recibido ayer por el presidente tunecino Kais Saied antes de la cumbre Japón-África, que se realiza hoy y mañana en Túnez.
Marruecos reaccionó inmediatamente anunciando la llamada a consultas de su embajador en Túnez y anulando su participación en la cumbre.
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Sin embargo, aclaró que la medida no afectará a "las fuertes e intactas relaciones entre los pueblos" de Marruecos y de Túnez, según una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores marroquí.
Túnez aseguró hoy que había "mantenido su total neutralidad sobre la cuestión del Sahara Occidental en respeto de la legitimidad internacional" y que la visita de Ghali fue fruto de una "invitación directa" del presidente de la Comisión Africana y no una decisión "unilateral" de Túnez, como afirmó Marruecos.
El conflicto del Sahara Occidental, una excolonia española considerada como un "territorio no autónomo" por la ONU, enfrenta desde hace décadas a Marruecos con el Frente Polisario, apoyado por Argelia.
Marruecos, que controla cerca de 80% de este territorio, propone un plan de autonomía bajo su soberanía, pero los independentistas reclaman un referendo de autodeterminación organizado por la ONU, previsto en el alto el fuego de 1991, que nunca se concretó.
Marruecos se enfrentó con varios países por la cuestión del Sahara Occidentaly una de esas últimas disputas fue en abril de 2021 con España, luego de que el Gobierno español permitiera la entrada al líder del Frente Polisario para ser hospitalizado por Covid-19.
Un mes después de ese episodio, decenas de miles de migrantes forzaron la entrada de Ceuta, un enclave español del norte de Marruecos, supuestamente por el relajamiento de la vigilancia de las fronteras del lado marroquí.
España acusó entonces a Marruecos de "agresión" y "chantaje" por haber permitido la entrada de más de 10.000 migrantes al enclave español, una de las dos fronteras terrestres entre África y Europa.
El roce diplomático concluyó en marzo pasado con el respaldo de Madrid a la postura de Marruecos en torno del Sahara Occidental.
Con información de Télam