EEUU se corona como la capital mundial de la opacidad financiera

La superpotencia escaló por primera vez hasta el primer lugar del índice que todos los años publica la organización británica Tax Justice Network. Pese a las promesas de Biden, EEUU no habilita un intercambio recíproco de información con otros países ni regula los fideicomisos.

18 de mayo, 2022 | 00.05

Hace tiempo que se sabe que los paraísos fiscales ya no son solo islas con playas de ensueño en donde millonarios con dudosos antecedentes llegan con bolsos a esconder su dinero. Las formas para esconder fortunas se volvieron más sofisticadas y los marcos legales que permiten a personas o empresas evitar pagar los impuestos en sus países se volvieron fair play para las grandes potencias ricas y desarrolladas que siguen definiendo la ética dominante de la comunidad internacional. Por eso, en 2022, según la reconocida organización británica Tax Justice Network, la capital mundial de la opacidad financiera está en el país más poderoso del planeta que exige a todo el resto transparencia, intercambio de información y compromisos en la lucha contra la corrupción: Estados Unidos. 

Todos los años, Tax Justice Network publica el Índice de Secreto Financiero, una suerte de ranking que establece cuánto sus sistemas financiero y jurídico permiten ocultar y/o blanquear dinero a individuos y empresas de todo el mundo. No se trata solo de quién tiene las leyes más laxas que permiten una opacidad total, sino también quién tiene un efecto concreto en el lavado y la evasión, que la organización británica estima en unos 10 billones de dólares globales, es decir, "2,5 veces más que el valor de todos los billetes y monedas de dólares estadounidenses y euros que hay en circulación actualmente en todo el mundo", graficó en su comunicado. 

"Hay países pequeños que tienen un indice de opacidad muy grande pero no son los más utilizados por las grandes fortunas o empresas para esconder sus activos y su corrupción. Son muy opacos, pero como no son muy utilizados, no son un riesgo", explicó a El Destape Susana Ruiz, especialista en Justicia Fiscal de Oxfam, y puso como ejemplo: "Si una empresa tiene su domicilio en Nauru (una isla en Oceanía), levanta alarmas que no levantaría si fuera Delaware (en Estados Unidos) porque este último cuenta con una etiqueta de corrección fiscal por el lugar que ocupa en el mundo. Estados Unidos ha logrado algunos avances, pero es la principal economía global, es un país por el que circula mucho dinero y no hace los esfuerzos que debería hacer para evitar esa opacidad...por ejemplo, Dakota del Sur es un auténtico bunker, en el que es imposible rastrear quiénes son los dueños de los fideicomisos", agregó la experta. 

"Estados Unidos ha agrandado el abismo que le separa el resto del mundo al permitir la mayor contribución al secreto financiero que ha registrado el índice hasta la fecha, casi el doble que Suiza, el segundo mayor contribuidor del índice actualmente", sostuvo Tax Justice Network al presentar el nuevo índice y explicó que este primer lugar se explica, principalmente, por dos razones.

Primero, "el índice identifica que uno de los factores más perjudiciales de la postura de Estados Unidos como capital de opacidad del mundo es la negativa del país al intercambio recíproco de información con las autoridades fiscales de otros países". La organización se refiere al marco de cooperación en el que más de 100 países comparten información automáticamente sobre las cuentas financieras que los no residentes tienen en su jurisdicción con las autoridades tributarias de sus países de residencia.

"Estados Unidos solo comparte esta información de manera muy selectiva con algunos países", explicó Ruiz. A finales de marzo, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se reunió con el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Marc Stanley, en su oficina en el Senado y le pidió que Washington coopere compartiendo información cuando se cree "el Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI con recursos recuperados en el exterior del lavado y la evasión", un proyecto que ya tiene media sanción de la cámara alta, pero que aún no generó una respuesta oficial del Gobierno de Joe Biden. 

 

Segundo, la organización explicó que "Estados Unidos recibió la peor puntuación posible (100 de 100) por su regulación de los fideicomisos, uno de los 20 indicadores en los que se basa el puntaje de opacidad de cada país. Actualmente, Estados Unidos no tiene leyes ni políticas que exijan de forma sistemática a todos los fideicomisos que registren su existencia ni información sobre sus titulares y beneficiarios". "Son auténticos especialistas en que sea imposible rastrear el dinero de empresas o grandes fortunas", sentenció Ruiz. 

Desde que asumió el poder, Biden prometió "llevar la transparencia al sistema financiero mundial" y "perseguir las guaridas fiscales ilícitas"; incluso su secretaria del tesoro, Janet Yellen, reconoció el año pasado que Estados Unidos podría ser "el mejor lugar para blanquear y ocultar ganancias obtenidas de forma ilícita". De hecho, Tax Justice Network calculó que la opacidad financiera estadounidense permite a empresas e individuos no pagar 20.000 millones de dólares en impuestos en el mundo al año

Estados Unidos no es la única potencia

La organización británica publicó la última edición de su índice justo un día antes de la cumbre de ministros de Finanzas del G7 de este miércoles, en la que se espera que se anuncien medidas para sancionar a los activos ocultos de oligarcas rusos, en sintonía con la batería de sanciones financieras, comerciales y políticas que las potencias occidentales vienen imponiendo al Estado, principales empresas y la élite política y económica de Rusia por la invasión a Ucrania. 

"Solo cinco países del G7 —Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania e Italia— son responsables de reducir a más de la mitad los avances contra el secreto financiero a nivel mundial", concluyó el comunicado y agregó: "Si se excluyen los aumentos en secreto financiero de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón e Italia, el Índice de Secreto Financiero de 2022 concluye que el secreto financiero mundial se redujo, en realidad, en un 5 %. No obstante, los cinco países del G7 aumentaron sus contribuciones al secreto financiero lo suficiente como para que la reducción del 5 % mundial en secreto financiero llegara hasta el 2 %. Esto se traduce en que los oligarcas rusos, así como los evasores fiscales, los blanqueadores de dinero y los políticos corruptos de todo el mundo tienen más margen de maniobra para esconder sus activos."

Las fortunas de rusos de orígenes dudosos quedaron en el centro del debate con la confrontación económica y diplomática entre las potencias occidentales y Moscú que desató la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, el índice de la organización británica confirma lo que las sanciones ya habían desnudado: estos grandes capitales rusos ocultaron su dinero y activos, principalmente, en las guaridas que les ofrecieron algunas de las naciones occidentales más ricas. Rusia, mientras tanto, se ubica en el puesto 43 del Índice de Secreto Financiero.

La publicación del índice es importante porque muestra una realidad que aún no es reconocida oficialmente por los Estados nacionales y, especialmente, por la comunidad internacional que lideran muchos de los países que componen el top 10. "Mientras no tengas una lista internacional, estricta exigente, sin influencias políticas que demuestren la realidad no se pondrán límites más estrictos, por ejemplo para poner sanciones que eviten contrataciones públicas de empresas con cuentas o domicilio fiscal en algunas de estas guaridas. Es necesario crear una lista vinculante para todos los países. Hoy ni siquiera la lista europea es vinculante porque falta voluntad política", aseguró Ruiz y marcó los límites de las experiencias internacionales más avanzadas.

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