El Gobierno y productores vitivinícolas italianos se mantiene en alerta y advierten posibles medidas ante la decisión de Irlanda de poner un etiquetado negro frontal al vino por considerarlo "nocivo" para la salud.
"La medida anunciada por Irlanda pone en riesgo un sector de 1,3 millones de trabajadores", planteó a Télam Lorenzo Cesconi, presidente de la federación de productores de vino independientes (Fivi, por sus siglas en italiano), en referencia a la decisión de Dublin de marcar los riesgos para la salud del consumo de la bebida.
"Los enólogos italianos y europeos son aliados de las instituciones, no enemigos, en las campañas por la educación y el consumo responsable: lo somos por definición, precisamente porque nuestro vino no es una simple bebida alcohólica, sino un producto cultural a años luz de cuyas sustancias se abusa en la búsqueda de la intoxicación", profundizó Cesconi.
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Desde Coldiretti, la mayor red de productores agroalimentarios de Italia, consideraron la medida irlandesa como "un ataque directo a Italia, principal productor y exportador mundial".
Mientras los productores rechazan desde todas las centrales la decisión irlandesa, el Gobierno italiano planea una acción conjunta con los otros dos grandes exportadores de vino, Francia y España, para pedir la intervención de la Comisión Europea (CE) y llevar el planteo a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"Nuestra posición es clara. Cualquier etiqueta que proporciona un estigma sobre los efectos del vino en la salud humana es inaceptable. Queremos restaurar la verdad. La medida irlandesa no está justificada por ninguna evidencia científica", dijo días atrás el ministro de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques de Italia, Francesco Lollobrigida, al marcar el primer rechazo de su Gobierno a la medida.
Si bien la iniciativa irlandesa ya tuvo el visto bueno de las autoridades europeas, también debe ser autorizada por la Organización Mundial de Comercio (OMC) en un plazo de cerca de dos meses más y en el que Italia, Francia y España buscarán frenarla.
El canciller italiano Antonio Tajani fue otra de las voces críticas a la medida y consideró que la disposición irlandesa "ignora la diferencia entre consumo moderado y abuso de alcohol".
Con información de Télam