El titular del Banco de Inglaterra, el banco central británico, se reconoció como "apocalíptico" ante la acelerada alza de precios de los alimentos y responsabilizó en primer lugar a la invasión rusa a Ucrania y la guerra de sanciones con las potencias occidentales que desató. Dos días antes de que la institución anuncie oficialmente lo que se espera sea la inflación más alta en tres décadas, Andrew Bailey habló ante el Parlamento, calculó que el conflicto armado explica alrededor del 80% de esta alza y pronosticó duras consecuencias para el país y el mundo en vías de desarrollo.
Según publicó el diario The Guardian, Bailey contó especialmente la conversación que tuvo en Washington, durante un encuentro del FMI, con su par de Ucrania, país que junto a Rusia acumulaban antes de la guerra el 30% del mercado mundial del trigo. "Dijo que era optimista sobre los cultivos, pero por el momento no hay manera de sacar la comida del país y la situación está empeorando", relató el funcionario y agregó: "Esta no es solo una preocupación para este país, es una preocupación para el mundo en vías de desarrollo. Perdón por ser apocalíptico, pero es una preocupación", aseguró.
Desde hace semanas que el aumento del costo de vida y, especialmente, de los alimentos encendió alarmas en el Reino Unido. A tal punto que el titular de la Confederación de la Industria Británica, Tony Danker, sostuvo hace unos días que es "la obligación moral" del Gobierno actuar de inmediato para contener la creciente inseguridad alimenticia en el país.
Mientras el Gobierno estima que la cifra de la inflación que será difundida este miércoles mostrará que la tasa anual superará el 9%, el Banco de Inglaterra cree que será de al menos 10%, ya que para octubre próximo se espera un nuevo fuerte aumento del precio de la energía. El banco central duplicó sus pronósticos para la inflación de este año y luego aumentó la tasa de interés. Sin embargo, Bailey aclaró una y otra vez que los elementos causantes de este fenómeno son externos y fuera del alcance de la entidad.
"Otro factor que estamos enfrentando en este momento es otra pata del Covid, que es lo que está afectando a China. Hemos visto una serie de shocks en la oferta, una tras otra, y eso no tiene precedentes", explicó el titular de la entidad en referencia a la reciente ola de restricciones masivas impuestas por la potencia asiática para intentar contener su última ola de Covid-19 y mantener su política de cero tolerancia para la gestión de la pandemia.
"No estoy para nada feliz con la situación en la que me encuentro", sostuvo y agregó: "Esta es la mayor prueba para nuestro marco de la política monetaria de los últimos 25 años. No hay duda sobre ello."
Sin embargo, sus explicaciones no dejaron contentos a los sectores más golpeados. El número dos del Congreso de Sindicatos, Paul Nowak, criticó la posición del Banco de Inglaterra de responsabilizar todo a elementos externos. "Es increible que el Banco de Inglaterra haya vuelto a pedir que los trabajadores acepten un golpe en sus salarios, mientras prácticamente no dice nada sobre las crecientes ganancias de empresas tales como BP (British Petroleum) y Shell. Lo último que los trabajadores necesitan ahora -en medio de la peor crisis del estándar de vida de las últimas generaciones- es que sus salarios se reduzcan", sentenció el líder sindical.
La referencia a las dos gigantes petroleras coincidió con una nueva convocatoria del regulador de ese mercado en Reino Unido para discutir un posible aumento en los próximos meses.