Australia anunció hoy un acuerdo de compensación de 555 millones de euros (584 millones de dólares) con el astillero Naval Group, de Francia, por la ruptura de un contrato de suministro de submarinos que provocó una crisis diplomática de varios meses motivada por el acuerdo militar entre Estados Unidos, Reino Unido y el país oceánico en el Indo-Pacífico
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, afirmó que era un acuerdo "justo y equitativo" tras la ruptura del contrato multimillonario con el constructor francés para, en su lugar, adquirir submarinos estadounidenses o británicos de propulsión nuclear.
El año pasado, la decisión de Australia de anular el acuerdo indignó a Francia, que asegura que no recibió aviso de que Canberra estaba negociando un pacto de defensa con Estados Unidos y Reino Unido llamado Aukus (por las siglas de los tres países en inglés).
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En total, el país oceánico rompió un contrato firmado en 2016 que sumaba cerca de 56.000 millones de euros, lo que desató una crisis diplomática que enfrentó a Australia y a Francia, y que amenazó con torpedear un acuerdo comercial entre los australianos y la Unión Europea (UE).
El ministro de Defensa francés, Sebastien Lecornu, de visita en Singapur, afirmó que su país "toma nota" del acuerdo.
"Este acuerdo es importante porque nos va a permitir abrir una nueva página en nuestra relación bilateral con Australia y mirar hacia el futuro", declaró Lecornu, citado por la agencia de noticias AFP.
Un poco antes de que se pronunciara el Gobierno francés, la empresa Naval Group celebró en un escueto comunicado el acuerdo que calificó como "equitativo", sin hacer mención al monto de la indemnización.
En septiembre de 2021, el entonces primer ministro australiano Scott Morrison rompió repentinamente el contrato con Naval Group para producir submarinos de propulsión diésel, que llevaba años en marcha
Y anunció la adquisición de naves británicas o estadounidenses de propulsión nuclear, un cambio significativo en un país con escasa capacidad atómica.
La decisión indignó al presidente francés, Emmanuel Macron, que acusó a Morrison de mentirle. Las relaciones se enfriaron hasta que en mayo pasado llegó al poder el progresista Albanese.
"Estamos estableciendo una mejor relación entre Australia y Francia", dijo Albanese tras hablar con Macron por este acuerdo. "Estoy deseando aceptar la invitación del presidente Macron para ir a París a la primera oportunidad", agregó.
Desde su llegada al poder, Albanese se apresuró para arreglar las relaciones con Francia, pero también con Nueva Zelanda o con países insulares del Pacífico descontentos con los escasos compromisos medioambientales del anterior Gobierno conservador.
También dio pasos para intentar organizar el primer encuentro a nivel ministerial con China en dos años, tras una serie de disputas políticas y comerciales con el gigante asiático.
La creciente expansión de China en el mar Meridional explica la carrera de Australia para mejorar sus capacidades militares, un esfuerzo en el que los submarinos son fundamentales.
China, Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei reivindican los islotes y archipiélagos del mar de la China Meridional, o mar del Este o mar de Filipinas Occidental.
Estos islotes y archipiélagos están deshabitados, pero hay bases militares, algo que junto con la riqueza en recursos de sus aguas, son el eje central del conflicto.
Con las naves de propulsión nuclear suministradas por Estados Unidos o Reino Unido, Australia podrá operar con más sigilo y dispondrá de una capacidad de disuasión mucho mayor frente a Beijing.
Pero su implementación no será rápida. Los primeros submarinos tardarán décadas en entrar en funcionamiento, dejando un importante vacío mientras el país depende de la anticuada flota actual.
Con información de Télam