Boric termina con la militarización del sur de Chile

El ex mandatario Sebastián Piñera había desplegado tropas hace seis meses para enfrentar grupos mapuches considerados como radicales por ese gobierno.

27 de marzo, 2022 | 15.38

El presidente de Chile, Gabriel Boric, ordenó a las Fuerzas Armadas que abandonen la zona del sur del país donde permanecían desde hacía seis meses debido a una ola de ataques incendiarios atribuidos a grupos mapuches que reclaman tierras y que hasta ahora han sido considerados como radicales. El despliegue militar había sido ordenado por su antecesor, Sebastián Piñera, y ratificado 10 veces por el Congreso.

La disposición ordenaba la militarización de la zona donde se asienta la mayoría de las comunidades indígenas mapuches, la mayor etnia de Chile, que reivindica la propiedad de tierras por derechos ancestrales.

El fin de la militarización "no implica que el gobierno no tenga una preocupación y no tenga la tarea de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos y ciudadanas de Chile", afirmó el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, de visita en la zona, según la agencia de noticias AFP.

"Se han tomado una serie de medidas que fortalecen las capacidades de las policías para cumplir una labor tan importante en una democracia", agregó el funcionario, horas antes de que finalizara el plazo para el despliegue de los militares.

La militarización de algunas provincias de las regiones de La Araucanía y el Biobío, a unos 600 kilómetros al sur de Santiago, fue ordenada por Piñera el pasado 12 de octubre, en medio de un incremento de los ataques y los asesinatos en la zona, en la que también se investiga la acción de grupos de autodefensa de empresas forestales, dueñas de las tierras reclamadas por los mapuches.

Un conflicto con historia

El 15 de marzo, cuatro días después de que asumiera Boric, su ministra del Interior, Izkia Siches, visitó la zona y su comitiva fue recibida con un corte de ruta y disparos al aire en un trayecto. La funcionaria fue evacuada por Carabineros.

En la última década, la falta de diálogo en la zona y de soluciones a los reclamos por devolución de tierras provocaron una escalada de violencia, con ataques incendiarios a predios privados y camiones, redes de narcotráfico y de organizaciones de autodefensa, así como operativos policiales presuntamente montados para inculpar a indígenas.

Una mayoría de los mapuches vive en la pobreza y sus tierras ancestrales fueron sometidas a una reducción debido a la expansión de la industria maderera, responsable de 8% de las exportaciones.

Con información de Télam

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