La izquierda parece haber aprendido la lección luego de quedar afuera del balotaje presidencial en abril pasado por solo 420.000 votos. Por eso, ahora, de cara a las elecciones legislativas que definirán al próximo gobierno las principales fuerzas progresistas se están uniendo en una alianza amplia que les permita conseguir la mayoría en la Asamblea Nacional o al menos una minoría lo suficiente grande para que el veterano dirigente Jean-Luc Mélenchon pueda disputar el cargo de primer ministro y co-gobernar con el presidente Emmanuel Macron.
La unidad de la izquierda había sido un reclamo de muchos votantes de ese sector durante la campaña electoral. Sin embargo, ninguno de los candidatos presidenciales se pusieron de acuerdo; la realidad es que ni siquiera lo intentaron. Pero los resultados de la primera vuelta desnudaron una realidad que ya era evidente para muchos: en el actual contexto de crisis de los grandes partidos y con un gobierno liberal que se quiere presentar como centrista, la izquierda mantiene un importante caudal de votos, pero que solo podría imponerse en un primer lugar si va junta.
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En las presidenciales, la Francia Insumisa de Mélenchon obtuvo casi un 22% de los votos, no tan lejos del mandatario que obtuvo cerca de 28% y de la líder de la extrema derecha Marine Le Pen, quien superó los 23%. El ecologista Yannick Jadot quedó en quinto lugar con un 4,63% y el líder comunista Fabien Roussel, séptimo con 2,28%. Finalmente, los socialistas, la fuerza que supo ser uno de los dos protagonistas de la escena política francesa, quedaron bien abajo con un 1,75% de la mano de la intendenta de París, Anne Hidalgo.
Aunque estos resultados de una presidencial difícilmente pueden traducirse en una legislativa, una coalición aumentaría significativamente las chances de la izquierda de pelear por la jefatura del Gobierno. Por eso, ni bien terminó el balotaje y se disipó la amenaza de una llegada a la Presidencia de la extrema derecha, Mélenchon comenzó a trabajar para forjar una alianza.
El domingo pasado, primero selló un acuerdo con Europa Ecología-Los Verdes (EELV), la fuerza que había candidateado a Janot como presidenciable. "Podemos hablar de un acuerdo histórico", celebró el director de campaña de Francia Insumisa, Manuel Bompard, al anunciarlo en una entrevista con France Inter. Este martes, se sumó el Partido Comunista Francés (PCF). "Acuerdo entre La Francia Insumisa y el PCF para las próximas elecciones legislativas", anunciaron los comunistas en su Twitter, después que su consejo nacional aprobara el pacto por 120 votos a favor, 25 en contra y 13 abstenciones, informó Télam.
Ahora, los últimos que quedan, según la propuesta que lanzó Mélenchon después del balotaje, son los socialistas, una fuerza en plena crisis interna tras dos elecciones presidenciales seguidas en caída libre. Bompard, a cargo de las negociaciones, aclaró a la prensa que "esencialmente" lo único que falta acordar es el repartido de las circunscripciones para los candidatos de cada partido ya que en Francia existe un sistema electoral uninominal que solo permite un candidato por distrito.
Tanto Mélenchon como sus ahora aliados ecologistas y comunistas han dejado bien claro que el principal objetivo es convertirse en gobierno para poder frenar la reforma jubilatoria que prometió impulsar Macron para retrasar la edad de retiro de 62 a 65 años de manera gradual, y limitar futuros proyectos de corte liberal que pueda presentar el mandatario, en consonancia con lo que fue su primer mandato.