Mucho antes de que el avispón asiático gigante comenzó a aterrorizar a los Estados Unidos, estos feroces insectos representaban una amenaza a veces letal para los excursionistas y los agricultores en las montañas de Japón. Pero sorprende conocer que, en la región central de Chubu, los “avispones asesinos” son conocidos como un refrigerio agradable y un ingrediente estimulante en las bebidas.
El avispón gigante, junto con otras variedades de avispas, ha sido tradicionalmente considerado un manjar en esta parte del país. Las larvas a menudo se conservan en frascos, fritas o al vapor con arroz para hacer un plato delicioso llamado hebo-gohan. Los especímenes adultos, que pueden medir cinco centímetros, se fríen en brochetas, con aguijón y todo, hasta que el caparazón se vuelve ligero y crujiente. Dejan una sensación de calor y hormigueo cuando se comen.
Los avispones también le pueden agregar un extra al licor. Especímenes vivos son ahogados en shochu, una bebida destilada clara. En su agonía, los insectos liberan su veneno en el líquido que se almacena hasta que se vuelve de un tono oscuro de ámbar.
Algunos historiadores señalan que estos avispones que se extienden por toda Asia alguna vez fueron valorados como fuentes baratas de proteínas, en especial en los lugres golpeados por la pobreza. Y en los últimos tiempos hubo un pequeño resurgimiento en el interés por comer avispones y otros insectos. En Tokio, por ejemplo, el avispón gigante está en el menú de más de 30 restaurantes.
En Estados Unidos, donde los primeros avispones asiáticos gigantes fueron vistos el otoño boreal pasado en el noroeste del estado de Washington y los científicos tratan de erradicarlos lo antes posible, nadie piensa en el potencial culinario de estos insectos. El objetivo es simplemente erradicarlos antes de que puedan propagarse y eliminar poblaciones de abejas.