Con el objetivo de convencer a los estadounidenses de que es el arquitecto de la recuperación económica y el garante de su éxito futuro, además de revertir el alto pesimismo reinante en el país, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pronunciará hoy su segundo discurso del Estado de la Unión.
La Constitución exige a los mandatarios de Estados Unidos informar a los legisladores "de vez en cuando" sobre el rumbo del Gobierno, una obligación que se ha convertido en el gran ritual anual de la vida política nacional, que incluye declaraciones solemnes, ovaciones en las filas del oficialismo y consternación en los rostros del campo contrario.
Todo esto adquirirá un significado particular hoy a las 21 locales (las 23 de la Argentina), cuando suba a la tribuna, ante ambas cámaras del Congreso, el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos, que además evalúa buscar la reelección en 2024.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
A sus 80 años, el mandatario demócrata tendrá mucho que hacer para convencer a sus compatriotas de que él es su mejor opción, frente a su antecesor republicano Donald Trump, quien ya está en campaña.
Ante un Congreso en el que una de las cámaras, la de Representantes, está ahora en manos de la oposición republicana, Biden insistirá en la prosperidad que vive Estados Unidos y en "el trabajo que queda por hacer" para que beneficie a la clase media, dijo el principal asesor económico del mandatario, Brian Deese, informó la agencia de noticias AFP.
Ayer, el mandatario publicó fotos en Instagram desde la residencia de Camp David, en las que viste un chaleco abrigado y se lo ve rodeado de asesores y de borradores de su segundo mensaje al Congreso.
Biden dedicará gran parte del discurso a resaltar sus esfuerzos en sus primeros dos años en el cargo para crear empleos, combatir la inflación y mejorar la infraestructura de la nación, en momentos en que las encuestas dan cuenta de un creciente pesimismo de los estadounidenses.
Esto, a pesar de que el presidente puede enarbolar una economía resistente, un crecimiento robusto, un riesgo de recesión "muy bajo" según dijo ayer el propio Biden, un desempleo bajo y una inflación en retirada tras haber golpeado duramente a los hogares.
Estos resultados, no obstante, no se ven reflejados en los sondeos.
Una encuesta del Washington Post/ABC destaca que a pesar de las enormes inversiones y reformas votadas por Biden, el 62% de los estadounidenses cree que "no ha hecho mucho" o "casi nada" desde que asumió en enero de 2021.
El propio campo demócrata no muestra entusiasmo por una nueva campaña de su líder octogenario. El mismo sondeo revela que el 38% de los votantes demócratas quiere otro candidato.
Biden, un político moderado sin gran vuelo oratorio, no tiene sin embargo la intención de cambiar de método. Por lo tanto, es de esperar que se presente, nuevamente, como "un presidente increíblemente optimista", anticipó ayer su vocera, Karine Jean-Pierre.
El demócrata repite en cada ocasión que "nada se le resiste" a la primera potencia mundial, a pesar de los crecientes desafíos internacionales.
A medida que se acerca el primer aniversario de la invasión rusa en Ucrania, es muy probable que Biden no dude en elogiar su papel de liderazgo en la respuesta occidental a Rusia y, más ampliamente, su visión de "líder del mundo libre" frente a las autocracias.
En particular frente a China, a la que Estados Unidos acusa de haber enviado un globo espía sobre su territorio, finalmente derribado el sábado.
Este tema empujó a Biden y su equipo de escritores de discursos, que incluye a Jon Meacham, prestigioso historiador presidencial, a ampliar la parte que alude a China, mientras los republicanos esperan que el episodio les sirva para mostrar la debilidad que le atribuyen al mandatario.
Ayer, Biden anticipó que buscará tener "una conversación con los estadounidenses", de la que se espera que más allá de la economía y la geopolítica, aborde también abarcar un amplio abanico de temas como salud, armas de fuego, violencia policial y racismo.
El año pasado, su discurso sobre el estado de la Unión atrajo a unos 38 millones de telespectadores.
Con información de Télam