China inició tres días de ejercicios militares alrededor de Taiwán, que incluyen el ensayo de "un cerco total" a la isla autogobernada después de la reunión de su presidenta con el líder de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos.
Buques destructores, naves rápidas lanzamisiles, cazas y aviones cisterna serán desplegados durante las maniobras del Comando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación (EPL) -las Fuerzas Armadas chinas-, según informaron la cadena china CCTV y la agencia Xinhua. Las maniobras "sirven como severa advertencia contra la colusión entre las fuerzas separatistas que buscan 'la independencia de Taiwán' y las fuerzas externas", señaló en un comunicado el portavoz militar, Shi Yin.
El "ejercicio se centra en la capacidad de tomar el control del mar, el espacio aéreo y de información [...] para crear una disuasión y un cerco total" de Taiwán, precisó la televisión estatal china CCTV. Yin, además, agregó que estos ejercicios son necesarios para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial de su país.
La localización exacta de estas operaciones no trascendió, pero el lunes implicarán disparos con fuego real en la costa de la provincia de Fujian, justo enfrente de Taiwán, comunicó la autoridad marítima regional en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
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El anuncio por parte de las autoridades chinas llegó después de la reunión el miércoles en California entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el titular de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.
Poco después del encuentro, Beijing advirtió de que tomaría "medidas firmes y efectivas para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial".
Por su parte, el viernes, la vocera de la Oficina de Asuntos de Taiwan del Consejo de Estado, Zhu Fenglian, insistió en que desde el gigante asiático no permitirán actividades separatistas. "La reunificación completa de nuestro país debe ser materializada, y puede, sin dudas, ser materializada", sostuvo.
Taiwán y China se separaron en 1949, al final de la guerra civil. Los comunistas tomaron el poder en China continental, mientras los nacionalistas se replegaron a Taiwán, pero Beijing considera la isla como parte de su territorio y aboga por recuperar su control algún día.
En virtud del principio de "una sola China", a priori reconocido por Estados Unidos y por la mayoría de los países, entre ellos Argentina, Beijing se opone a cualquier relación formal entre los dirigentes de la isla y los de otras naciones. Para el Ministerio de Defensa de Taiwán, los ejercicios chinos "socavan gravemente la paz, la estabilidad y la seguridad en la región", por lo que denunció el "continuo expansionismo autoritario" de China.