El coronavirus está provocando un desastre mundial y las pérdidas serán irrecuperables. En la ciudad china de Wuhan, donde se disparó el brote, tomaron una drástica decisión para evitar un rebrote y posterior catástrofe: las autoridades prohibieron la caza y el consumo de animales salvajes, factor que se sospecha podría haber sido el desencadenante del COVID-19.
Después de seis meses desde el comienzo de la pandemia, los contagios en Wuhan comenzaron a bajar hasta desaparecer en las últimas semanas. Para evitar el surgimiento de un nuevo brote las autoridades establecieron que estará prohibida la caza y el consumo de animales salvajes durante cinco años.
Además, anunciaron que la ciudad se transformará en un "santuario de vida silvestre" en el que sólo se permitirá el uso de animales para la "investigación científica, regulación de población, monitoreo de enfermedades epidémicas y otras circunstancias especiales". Con respecto a quienes opten por violar esta norma, se procederá a castigar el consumo y controlar mediante estrictos protocolos la cría de todos los animales salvajes, según informó la cadena CBS.
Los primeros casos de COVID-19 se registraron en Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes en la provincia china de Hubei, a finales del año pasado. Uno de los puntos más alarmantes y foco de contagio que se estudia es el Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan en la ciudad, que incluía una sección de animales vivos que, según datos de CBS, vendía más de 30 especies de animales, incluidos cachorros de lobo vivo, cigarras doradas, escorpiones y civetas. China clausuró el mercado en enero..